ABRAHAM BEN SHMUEL ABULAFIA

Historia del periplo mental de un rabino del S XIII que fue a buscar un río y las Tribus Perdidas  y después de querer convertir al papa al judaísmo creó la escuela cabalística extática.


En 1240, cuando  Jaime I El Conquistador ultimaba la reconquista de Valencia y se convertía en padre de su hijo Pedro, Rabí Shmuel Abulafia, rabino de Zaragoza, fue padre de un niño al que llamaron Abraham. Pero el niño no creció en su ciudad natal; por un motivo que desconocemos, posiblemente para hacerse cargo de alguna sinagoga,  la familia -un hermano y varias hermanas-  se trasladó a la cercana Tudela, en Navarra. Abraham -lo cuenta él mismo en «Tesoro del edén oculto» – estudió allí, de la mano de su padre,  la gramática del Hebreo, los 24 Libros de La Torá,  algo de El Talmud , pero no  Cabalá, que rechazaba;   hasta que en 1258, siendo él un pimpollo de 18 años,  su progenitor  y maestro muere.

Dos años después, a la edad de 20 años,  mientras Alfonso X otorga un permiso extraordinario a la comunidad judía de Toledo para construir la Sinagoga Mayor de Toledo,  Abraham Abulafia decide abandonar Tudela, pero no para irse a la entonces floreciente Toledo. Su destino es  la Tierra de Israel; su objetivo, la búsqueda del río Sambatión. Esta legendaria corriente, dice un midrash de El Talmud, fue por donde habrían salido a la diáspora de Nínive las diez tribus perdidas de Israel. Pero no es conocido tanto por esto como porque durante los seis días de la semana su corriente arrastraba piedras -y lo hacía intransitable- mientras que en Shabat se detenía la corriente de piedras.

Por  el tiempo en que Abulafia partió a buscar el Sambatión, los mongoles -que ya habían pasado por Bagdad- quisieron desafiar a los mamelucos, que gobernaban desde Egipto  el sultanato de Siria. El bisnieto de Genjis Jan fue totalmente vencido en el Valle de Jezrael, en la batalla de Ain Yalut.  Abraham creía que el pueblo de los mongoles era lo que había quedado de las Diez Tribus de Israel. Pero cuando fue testigo de la batalla, zarpó del puerto de Ako rumbo a Europa, lejos de lo que él denominó la Guerra entre Ismael y Esaú.

La primera parada fue en Grecia, donde conoció a la mujer que sería su esposa. Luego, el matrimonio siguió hasta Capua, Italia, donde se puso a estudiar filosofía con r Hilel de Verona, que fue quien le abrió los ojos a la obra «Moré Nebujím», del Rambám. De Capua pasó a Barcelona hacia 1270, para iniciarse en la Cabalá extática con r.  Baruj Tugrami, mekubal que dominaba  los secretos místicos y esféricos del «Sefer Ha´Yetsirá» . La Cabalá extática , a diferencia de la teológica, que es teocéntrica, se caracteriza por ser antropocéntrica, basada en la propia experiencia mística.  El denominaba su camino cabalístico Cabalá de la Profecía, porque aseguraba que al final del tránsito por el Arbol de la Vida se obtenía el don de la profecía (servir como vehículo de los mensajes de H´) Tras años de dominio de la materia, fue a Burgos y a Medinaceli para enseñar su ciencia mística, donde entre otros enseñó a r Yosef Chiquitilla. Tras otro viaje por Grecia e Italia, empezó a escribir obras que firmaba como Raziel o Zejariya, nombres que tienen el mismo valor númerico que el de Abraham: 248.

Fue así como , según él, a la edad de 39 años, tras nueve en el camino profético, se le encomendó la misión de ir a Roma para convertir al papa, Nicolás IIIm  el primer día de Rosh Ha´Shaná. Según «Sefer Ha´Ot» («El Libro del Signo») , en el que firma como Raziel (arcángel  «Guardián de los Secretos»). Nicolás III , a quien Dante colocó en el «Infierno», dió órdenes desde su residencia de verano para que detuvieran y quemaran en la hoguera a Raziel si osaba acercarse a su mansión en Soriano para hablarle de judaísmo. Abraham/Raziel fue advertido, pero tenía muy claro su propósito y siguió adelante. El mismo día que puso el pie en Roma, el papa murió de una aplopegía. Abraham fue detenido y encarcelado durante cuatro semanas en un convento de franciscanos. Y cuando fue liberado, partió para Sicilia, que por entonces estaba sufriendo la revuelta de las Vísperas Sicilianas, entre los partidarios de Carlos de Anjou y Pedro III de Aragón.

 La comunidad siciliana se dirijió entonces a r. Shlomo ibn Aderet, principal de la judería hispánica, azote de las ínfulas mesiánicas,  para que reprimiera las actividades de Abulafia. Ha´Rashba envió una carta circular a todas las aljamas para prohibir la difusión de los escritos de Abulafia. Por esta persecución fue encarcelado unas cuantas veces y tuvo que cambiar de domicilio en otras tantas ocasiones, viendo cómo su obra era vetada en Sefarad pero no así, luego,  en los incipientes círculos cabalísticos de Tsfat (que serán influenciados por las 50 0bras que escribió acerca la experiencia mística y el análisis de los textos judíos.)

Sefer Ha´Shem, El Libro de El Nombre

Abulafia buscó refugio en  la pequeña isla maltesa de Comino, donde redactó El Libro del Signo -«Sefer ha Ót»  y su última obra, «Palabras de Hermosura». Después, su rastro se pierde, dando por hecho que muere allí en 1291, sin que se sepa de descendencia otra que su obra para alcanzar la profecía mediante el uso de las santas letras: «El libro de la vida del mundo», «El libro de la luz de la mente», «El libro de Emery Sheffer», «El libro del deseo» y «El tesoro del cielo». Además, el rabino Abraham Abulafia escribió un comentario sobre La Torá llamado «El libro de las llaves».