ANTONIO FERNANDEZ DE CARVAJAL

 Historia del sefardí que fue el primer judío naturalizado como inglés cuando se permitió el retorno de los judíos a Inglaterra.


Antonio Fernández de Carvajal fue miembro de una familia  conversa de las Islas Canarias que emigró a la localidad de Fundao,  junto a la frontera  entre España y Portugal -a unos 40 kms. en línea recta de Hervás, do judíos los más,  y a la misma distancia que Belmonte. Y en Fundao fue donde nació Antonio, hacia  el año de 1590. Su padre fue el Capitán Luis José Carvajal Rodríguez de Matos, Yosef Lumbroso en su judaísmo -nacido en 1566 en la localidad castellana de Benavente, hoy en la provincia de Zamora. Su madre fue Justa Mendes Enríquez, nacida en Sevilla en 1575. Además de Antonio, dio a luz tres años después a otro chico, al que llamaron Alonso.

Pero cuando el acoso inquisitorial en Portugal se hizo insoportable, la familia de los Carvajal cruzaron el Atlántico y se instalaron en México, donde a la sazón tenían familia (su tío era el fundador de Monterrey) En el virreinato de Nueva España sufrirían el acoso de lo que huían: El capitán fue procesado por la Inquisición y  reconciliado el 24 de febrero de 1590, siendo condenado a prisión perpetua en el hospital de lunáticos de San Hipólito, en la capital mexicana. Lo acabaron quemando en la hoguera en un Auto de Fe. (Alonso, su hijo, no parece haber tenido problemas inquisitoriales: casado en Monterrey con una cripto-judía extremeña, Isabel Rodríguez de Sosa, en 1615 fue padre de una niña llamada Gertrudis, y en 1617, ya en México D.F. , un niño, llamado como el padre y que también fue capitán de los ejércitos españoles en tierras americanas. Alonso murió en México en 1678 por causas naturales, no por fuegos inquisitoriales)

Antonio, el primogénito de los Carvaja, también  se vio obligado a abandonar Fundao, pero no fue a México, sino que decidió regresar a las Islas Afortunadas; allí, se dedicó al mundo de los negocios, compró muchas propiedades y empezó a tejer sus tupidas redes comerciales internacionales. Uno de los lugares con los que comerciaba era con Ruán, capital de la Normandía, en donde se fue desarrollando una comunidad judía desde la expulsión de los judíos de Inglaterra en 1290. De todos modos, a principios del S XVII, en Francia, no estaba permitido el judaísmo -aunque sí se habían dado cartas de naturaleza a los judíos de Bayonne, Burdeos, y toda la comarca aledaña. Cuando Antonio decidió abandonar las Canarias, se instaló en el puerto de Ruán, escala de los navíos que comerciaban entre Lisboa y Amberes e incluso Amsterdam y Hamburgo.

En 1635, en virtud de su condición de converso, abandonó la costa francesa y cruzó el Canal de La Mancha, para instalarse en el Londres post-isabelino de Carlos I de Inglaterra y de Escocia, segundo rey de la Casa de Estuardo. Antonio se domicilió en Leadenhall St., importante centro comercial de entonces que estaba a punto de dejar de llamarse Cornhulle. A propósito de maíz (corn en inglés): Antonio, en 1649 -el año de la ejecución de Carlos I y el inicio de la etapa republicana de Inglaterra- fue una de las cinco personas que recibió licencia para el comercio del maíz, administrando sus propios barcos para comerciar con las Indias orientales y occidentales. Y, además, recibió también licencia para comerciar  en el negocio de la pólvora, el vino, las pieles, la cochinilla y especialmente la plata,  de la cual se informa que manejaba unas 100,000 libras de la época al año. Aunque nominalmente era un súbdito portugués, sus barcos estaban por decreto exentos de incautación…

En 1655, a él y sus dos hijos,  se les otorgó la ciudadanía como súbditos ingleses (la patente, una forma burocrática de naturalización británica,  ya anacrónica, en su caso está fechada el 17 de agosto de ese año) Fueron, de esta manera,  los primeros judíos en recibir la naturalización desde que en 1290 se les expulsara de Inglaterra.

Al año siguiente, esto es 1656, estalló -una vez más- la guerra entre  la  Inglaterra de Oliver  Cromwell  contra la España de Felipe IV. ¿El motivo? El desbordamiento de las tensiones generadas por la rivalidad comercial en las Indias Occidentales, que venía de lejos, de cuando a fines del S XV Isabel I puso al pirata sir Francis Drake a amargar la vida a los españoles que venían de América para robarles todo lo que cargaban sus barcos. (El llamado «Designio Occidental»  fue un plan de Cromwell para intentar quitar a España el imperio que había construido en América y apropiarse  el inglés  de sus grandes riquezas ultramarinas,  a la vez que  expander allí el  protestantismo de la iglesia anglicana) Antonio Fernandez aún tenía muchas propiedades en las Islas Canarias y éstas podrían ser embargadas por los españoles en tanto que súbdito inglés. Así que el mismo Cromwell  medió para que todos los bienes transportables fueran llevados desde las Islas Afortunadas a Inglaterra en un barco con bandera holandesa.

No fue el único cambio que realizó Antonio. También hizo una mudanza interna y personal: retornó al judaísmo con el nombre hebreo de Abraham Israel de Carvajal.

Regalo de Ben Israel a Cromwell

Cuando el rabino de la comunidad sefardí de Amsterdam,  Menashe Ben Israel,  llegó a Inglaterra en 1655 para solicitar al Parlamento el regreso de los judíos a Inglaterra, el ahora llamado de Carvajal -que no tenía motivos para tal empresa,  porque su estadía en Inglaterra estaba más que asegurada-  se asoció con la petición de Ben Israel para, sin duda alguna, utilizar la fuerza de su influencia sobre la república inglesa y favorecer el retorno de los judíos a las islas Británicas; también parece ser que en su casa era donde en un primer momento se realizaron los rezos de la emergente comunidad sefardí de Londres, que por supuesto él presidía; de hecho, de Carvajal fue, con Simon de Cáceres, el comprador del solar donde se construyó el primer cementerio judío, el Velho, en el East End. El mismo sería uno de los primeros en allí ser  enterrado, tras morir -por una infructuosa cirugía de cálculos biliares- el 10 de noviembre de 1659 (24  de Jeshvan, año 5420) Según cuentan los diarios de Samuel Pepys, que asistió al funeral, la pérdida era un evento público de gran impacto, tal es así que hasta en las iglesias empezaron sus campanas a  tocar a muerto.

Según Lucien Wolf, su muerte había acaecido en medio de un proceso judicial : el año anterior al fallecimiento, los oficiales de aduana incautaron una carga de madera de troncos perteneciente a Carvajal.  El litigio al que esto dio lugar fue interrumpido solo por la muerte de Carvajal.

No fue enterrado, con el nombre de Abraham Israel Carvajal sino como Abraham Hiskiahu Carvajal. Esto se debe a que tras la operación quirúrgica decidió hacer una «rogativa» , una oración de súplica típicamente sefardí en momentos de enfermedad grave, que implica el cambio de nombre. El nombre de Ezequías era un nombre popular para el caso de las rogativas -y también Rafael, de «lerapé», «sanar» – pues este rey, aunque Isaías le predijo que no tenía más vida, consiguió vivir quince años más. Otro nombre muy habitual para rogativas era Jaím, por ser en hebreo «Vida».

Fue así como quedó instaurado en Londres el linaje de los de Mattos-Mocatta (recuerden el apellido del abuelo zamorano) que es la estirpe de la aristocracia judía en Londres en la que, años más tarde, a principios del S XVIII, nace la niña que será en su adultez la madre de sir Moshé Montefiore.