BLANQUINA MARCH: LA MADRE DE LUIS VIVES

El ayuntamiento de Valencia edita una guía literaria para conocer rincones históricos de la ciudad a nombre de la madre del humanista Luis Vives.


El 6 de marzo de 1492, días antes del Edicto de Granada, en la ciudad de Valencia Blanquina March daba a luz a  Juan Luis Vives, que será uno de los más grandes filósofos y humanistas del Renacimiento europeo, así como el pionero en Europa en planear un servicio público de asistencia social y un precursor de la organización futura de los servicios sociales europeos a favor de los necesitados, entre otras cosas.

¿Pero quién era Blanquina March?

Nacida en la  Valencia de 1473, en 1491, ante  la presión inquisitorial, se convirtió en cripto-judía. Y seguidamente se casó con otro converso,  Lluís Vives Valeriola, comerciante valenciano. En 1492, como ya hemos dicho,  fueron padres de un niño, Luis Vives. La familia vivió en la casa que vemos en la foto principal.

LLuis Vives i March

Pero el padre, en 1501, fue detenido y procesado por judaizante  por la Inquisición. Su hermano,  Salvador, casado con Castellana Guions, tenía una sinagoga secretísima en casa, de la que era rabino un primo hermano de Juan Luis, Miguel Vives; fueron delatados todos los Vives por rezar en aquel lugar.

Luis Vives, no obstante, consigue eludir la pena inquisitorial. Esto puede parecer extraño, pero el dinero todo lo puede. Pocos años después, en 1508, su esposa, Blanquina, muere en Játiva, no asesinada por los inquisidores, sino víctima de la peste. Fue enterrada en Alcira.

Al año siguiente, el padre -para salvar al hijo del acoso inquisitorial- manda a Luis Vives a estudiar a La Sorbona (París). Una vez allí doctorado pasa a Brujas, donde se casa con Margarita Valldaura, también valenciana.

Su viudo, el comerciante Vives Valeriola, en 1522 vuelve a ser condenado y, después de que se le confiscaran todos sus bienes,  muere en la hoguera. Los autos de fe de Valencia se perpetraban frente a la Lonja de La Seda, junto al hoy llamado Mercado Central.

 

Beatriz y Leonor, las dos hijas del matrimonio, reclamaron los 10.000 sueldos que la madre aportó como dote. Y ganaron el pleito, siéndoles abonado el primer pago en 1527. Pero para evitar el pago total, se inicia un proceso inquisitorial contra Blanquina, fallecida 20 años antes. Arnau Alberti, inquisidor de Mallorca, condenó a Blanquina por herejía y apostasía. Desenterraron el cadáver enterrado en el cementerio de Alzira y quemaron sus restos  ya convertidos en ceniza en la hoguera. Luis Vives, que por aquel entonces está en el Reino Unido, a la vera de Tomás Moro y Catalina de Aragón, entra en una depresión y, sabiendo que sería su perdición, rechaza la cátedra de la universidad de Alcalá de Henares. Uno de los mayores humanistas, filósofos y pedagogos de su tiempo. Murió en Brujas en 1540.

El consistorio de Valencia, la concejalía de Patrimonio y Recursos Culturales realizó una guía literaria -conjuntamente con una sobre Azorín-  para que el interesado en la Historia, siguiendo los pasos de los Vives, pueda realizar una ruta histórico-literaria que no sólo descubre rincones desconocidos de las calles de Valencia, sino que también descubre aspectos de la historia valenciana que por desgracia han estado ocultos durante siglos. Darlos a conocer es, en última instancia, una forma de incitar a la tolerancia.

La guía de Blanquina Vives ha sido redactada por la arquitecto de la Universidad de Valencia,  Marilda Azulai, miembro destacado de la comunidad ortodoxa de Valencia.