CÓMO AYUNAR DE FORMA INTELIGENTE

 Con la cercanía de Yom Kipur, ofrecemos algunos consejos para que el ayuno de ese importante día pueda realizarse de la manera más llevadera posible y sin que afecte a nuestro cuerpo.


Ayunar es, antes que nada, un acto físico -la abstención de ingesta, tanto de sólido como de líquido- y cada cuerpo responde de una manera distinta ante un ayuno de 25 horas sometidos a diferentes condiciones meteorológicas (en el hemisferio norte aún hace calor, por ejemplo) Por eso hay que prepararse de antemano.

Lo primero que hay que saber es que no todo judío debe ayunar. Los menores de nueve años no ayunan en ningún momento. Por supuesto, los mayores de 13, tras su Bar Mitzva, están obligados a cumplir mitzvot. Una mujer que dio a luz  tres días antes de Yom Kipur, o ha sufrido un aborto,  no debe de ayunar jamás. Tampoco si está a punto de alumbrar. Las personas que sufren enfermedades crónicas como la diabetes deben de consultar con su médico y nunca dejar de tomar la medicación prescrita. Así mismo, se debe de interrumpir el ayuno si hay Safek Sakaná, Dudas sobre el riesgo.

Muchas personas ayunan en Kipur desde el mismo momento en que se atiborran de comida en la Seudát Mafsheket (la comida previa al inicio de Yom Kipur) Es lo peor que se puede hacer.

AL ayuno hay que ir preparándose paulatinamente porque no se trata bajo ningún concepto de algo así como la mortificación de la carne. En el judaísmo no hay tal cosa.  Lo habitual es comenzar a hacerlo después de la seudá del seder de Rosh Ha´Shaná (segundo día) Esa preparación comienza con la disminución de sustancias adictivas: café, té, tabaco, alimentos y bebidas con azúcares. Disminuir poco a poco el consumo de estas sustancias impide sentir el síndrome de abstinencia. Por ejemplo, el alcohol ayuda al a deshidratación: si no bebes alcohol en los días previos a Kipur y lo sustituyes por agua, es más fácil que no sientas imperiosas necesidades de beber líquidos durante el tiempo de tu ayuno.

El agua que necesita un cuerpo humano para estar hidratado. para surtir efecto, debe de ser tomada días antes del ayuno, y nunca beber mucho antes de empezar a ayunar. Los dos días previos al ayuno la ingesta de agua, y sólo de agua, debe de ser considerable, pero en vasos pequeños, para poder asimilarlo sin dejarlo en el cuarto de baño.

El día que empieza el ayuno hay que desayunar muy bien. Eso incluye panes -a ser posible caseros, por los hidratos de absorción lenta-  con frutas que sean ricas en agua y  fructosa. Uva y sandía, por ejemplo. Ese día y el anterior, eludir el consumo de sal y los alimentos muy salados, salazones, ahumados, embutidos, alimentos hiper-procesados (pizza, hamburguesa, etc)

En la seudat mafsheket – la colación que se hace antes de empezar el Servicio de Kipur- se deben elegir cuidadosamente los alimentos. Los que sí y los que no. Se debe comer de manera racional, no abusiva, cosas ligeras, de fácil digestión, y sobre todo alimentos proteicos y con carbohidratos (de absorción lenta) para poder tener energía dosificada durante todo el ayuno.  Los sefardíes acostumbran a comer pollo asado en la seudat mafsheket: el shojet sacrifica el ave que se haya usado para las kaparot, una gallina por cada mujer de la casa y un gallo por cada varón.  Con arroz estilo pilafi, keftedes de prasa (buñuelos de puerro) y Pan de Espanya (un bizcocho de naranja con agua de rosas)

Una forma de «comer» es mediante el olor.  Se puede oler cualquier aroma, previa bendición, pero sobre todo se huele agua de rosas durante el momento de la Neilá (el cierre del servicio) El agua de rosas tradicionalmente ha simbolizado la misericordia divina.

Pero el mejor remedio para no sufrir con el ayuno es estar en la sinagoga -donde a nadie se le ocurrirá hablarte de comida ni tendrás imágenes tentadoras de comida- y donde estarás concentrado en el rezo, sin lugar para desear comer. Que de eso se trata, no de sufrir.

Al acabar el ayuno hay que tener cuidado con lo que se come: no debe ser ni mucho ni pesado. De forma tradicional, el sefardí toma pepitada, un almíbar de semillas de calabaza, que se toma también en verano muy frío, como reconstituyente fresco.

El ayuno es el medio simbolicamente ritual para favorecer la concentración personal en el arrepentimiento, la teshubá, lo que en hebreo litreralmente es “lo que retorna” (desde D-os, Su Respuesta) Quien hace bien la teshubá ni siquiera tiene tiempo de acordarse del hambre y la sed. Una cosa es ayunar y otra dejar de comer durante un tiempo.

Tzom Kal!

Ve´Jatimá Tová!