COSTUMBRES SEFARDÍES DE 9 DE AV

El primer  duelo de Tishá B’Av ocurrió cuando el pueblo judío vagaba por el desierto con Moisés a la cabeza.


Como se nos cuenta en la parashá Shlaj lejá, cuando los israelitas  iban a atravesar el Jordán, se enviaron doce exploradores precedentes para tantear  el terreno y con quién habrían de vérselas . La mayoría de estos expedicionarios regresó contando que sería imposible conquistar aquella tierra áspera y llena de gigantes. El pueblo, entonces,  se deprimió y lloró toda la noche. Esa noche era la noche de Tishá B’Av. Dios vio sus lágrimas y respondió:

“[Por cuanto que] derramaron lágrimas gratuitamente, Yo estableceré para ustedes [en este día] una razón para que derramen  lágrimas a lo largo de todas las generaciones” (Talmud Taanit 29a)

El duelo nacional de 9 de Av no es un duelo por la destrucción de un edificio -el Templo de Jerusalén- pues eso sería idolatría. El duelo es por nosotros mismos, al haber sido castigados con esa destrucción.

Para que el duelo adquiera verdadero sentido -que es disfrutar de un gran regocijo con la llegada de El Mesías-  se divide en cuatro fases.

La primera es la que va desde ayuno menor del 17 de Tamuz a Rosh Jodesh Av, tiempo en el que de forma tradicional el sefardí no  se casa, no escucha música , no estrena ropa o no bendice Sheéjeyanu sobre un nuevo fruto (excepto en Shabat)

El segundo periodo va de Rosh Jodesh Av hasta Shabat Jasón (el Shabat anterior a 9 de av) donde se incrementa el estudio de los libros sagrados y se cuida de no incurrir en las acciones no recomendadas en el periodo anterior. Desde el día segundo del mes (el primero es festivo y no cabe duelo) se deja de comer carne -ni roja ni blanca-  y de tomar vino (aunque esto es costumbre y no halajá) No aplica en Shabat, donde toda señal de luto está prohibida.

Después de este período, empieza Shavúa She´Jal Bo. La semana en la que cae. En este periodo el sefardí prepara su cuerpo para el ayuno de 9 de Av, que por caer en verano es muy duro. No tomar café, grasas, ayuda. Desde que empieza esta semana -con la Havadalá de Sahbat Jasón- hay quien no se afeita. Otros no nadan, porque es placentero. Los hay que duermen sobre colchonetas en el suelo. Y hasta quien pone una piedra debajo de la almohada en la noche de 9 de av.

Y el cuarto período es el día de 9 de Av en concreto. No se lee ni estudia en La Torá sino el Libro de la Lamentaciones, Job y pasajes de Jeremías, además de entonar con kavanot, las endechas de luto hebreo, las  KINOT. 

Antes del rezo se realiza una Seudá Mafsheket, la última colación antes del ayuno. Debe constituir un plato único. Generalmente ese plato está compuesto por dos de los grandes símbolos de duelo en el judaísmo: las lentejas y el huevo. El huevo siempre ha sido símbolo de duelo en el judaísmo. En la Keará del Seder de  Pésaj, con sus alimentos simbólicos, tenemos el huevo – beitzá-  en recuerdo del sacrificio  pascual en el Templo. Podía simbolizarse el recuerdo de esa destrucción con otro alimento, pero se eligió el huevo porque éste es símbolo de duelo en el judaísmo: su forma semiesférica simboliza el ciclo de la vida ; y además, es el único alimento que se endurece al hervirlo, lo que simboliza la capacidad de recuperación y fortalecimiento del pueblo judío ante la adversidad.  Además el huevo es blanco, como el color de la mortaja de los muertos. Fue por esto por lo que el huevo pasó a ser símbolo de duelo.

La iluminación es muy baja, la necesaria para leer kinot en la penumbra, sentados en el suelo o en asientos no mayores de 30 cms. se pasará la mañana del día 9 de Av (no así por la tarde, pues la destrucción ocurre a mediodía , a la hora de Minjá) No se usa talit en Shajarit (el talit es signo de gloria y regocijo) Las luces de la sinagoga serán muy tenues y se encienden velas ;  la parojet, el cortinón del Hejal, permanece corrida o en algunos casos , invertida. Se revierte a su posición natural al fin del servicio de Minjá.

Sobre el asunto de la higiene, abstenerse, tanto con agua fría como caliente. No obstante, si en el transcurso del día te ensucias, puedes lavar la parte ensuciada.

Al levantarnos hacemos netilat yadáim, ablución de manos, pero no como siempre sino mojando sólo los dedos de la mano. Se permite aprovechar la humedad de los dedos para frotarse los ojos.

No se estudia este día, pues La Torá y su conocimiento es regocijo. Tampoco se saluda, pero si alguien por desconocimiento te saluda, se responde en voz baja.

No se fuma ni se usan perfumes de ninguna clase.

Para la oración de Minjá se colocan de nuevo los bancos  par poder sentarse como habitualmente. En la Amidá, aparte de la oración de Anenu, se intercala en la bendición de Boné Yerushalayim una oración especial: Nahem, por la consolación de los enlutados de Sion y por la reconstrucción de Jerusalén y de su Templo. La Hazará de la Amidá va seguida de la mención de versículos de consolación, prediciendo el esplendor futuro de Israel.

La receta de las lentejas de 9 de Av, en la tradición marroquí:

Receta de Sol Anidjar, de Ashdod

500 grs de lentejas verdes (que estuvieron en remojo la noche anterior)
4 cucharadas de aceite de oliva
2 cebolla mediana, rallada
2 tallos de apio, recortados
20 ramitas de cilantro
un trozo de calabaza picada
3 tomates rallados
2 litros de agua
1 cucharadita de sal
una pizca de pimienta
1 cucharadita de cúrcuma
4 hojas de laurel

 Se sofríen las cebollas en aceite y luego todas las verduras, la calabaza, las lentejas, la cúrcuma, la sal, la pimienta y las hojas de laurel y llevar a ebullición, luego cocinar dos horas a fuego lento.

Nuestros Sabios  ( Jaz´´ l)  en Talmud Taanit 30 dijeron  que quien se  manifiesta duelo  por Jerusalén,  será recompensado  con ver  el esplendor futuro de Jerusalén y de Israel.

Así dijo el profeta: (Isaias 66,l0): «Regocijaos con Jerusalén… participad en su alegría, vosotros que os enlutáis por ella»