CUM NIMIS ABSURDUM

La bula papal contra los judíos de los Estados Pontificios tras la llegada de los sefardíes a la Península Itálica.


 Las bulas papales, documentos pontificios expedidos por la Cancillería Apostólica papal, eran el instrumento más habitual para que un papa difundiera las conclusiones a las que le permitía llegar su desorbitado poder sobre el orbe católico . Una especie de boletín oficial del estado pontificio.

 Una de ellas -hay miles y miles- es la firmada por Pablo IV,   fechada el 14 de julio de 1555, que lleva por título -como es habitual-  las primeras palabras de su texto: Cum Nimus Absurdum , en latín tardío «Dado que es absurdo…»

«Dado que es absurdo y totalmente inconveniente que los judíos, que por su propia culpa fueron condenados por Dios a la esclavitud eterna  (…) «

¿Quién fue Pablo IV y por qué escribía estas bulas en pleno cisma de la Reforma Protestante?

Gian Pietro Carafa – el Papa Carafa de ahora en adelante-  era hijo del conde de Carafa, una de las más nobles familias del Reino de Nápoles -de la Corona de Aragón en ese entonces. De hecho, gracias a un tío suyo que era cardenal, fue nombrado nuncio del rey católico en Nápoles y, en 1515, nuncio del Reino de España, participando con el papa en la redacción de la bula contra Lutero. Luego, en 1536, fue nombrado cardenal, y en 1542, por encargo de prefecto de la Congregación del Santo Oficio, organizó  los tribunales de la Inquisición, que entonces eran dirigidos por cada diócesis en particular, para que ejerciesen sus funciones de manera coordinada. En 1555, a los ochenta años de edad, fue elegido Papa con el nombre de Paulus IV.

 Su pontificado fue clave para el desarrollo de la Inquisición romana ( creada por Paulo III en 1542) El mismo cardenal Carafa fue comisario general de esa institución.  Durante los pontificados de sus dos predecesores, la fuerte personalidad de Carafa se había impuesto sobre la de los otros cardenales miembros de la Congregación del Santo Oficio, contribuyendo de ese modo a alcanzar una decisiva e importante estructuración de la misma a partir de 1540. Es decir, algunos años después de que llegaran los expulsos de las coronas de Castilla y Aragón.

El 14 de julio de 1555, el papa Carafa emitió la bula Cum nimis absurdum, por la cual, junto a una nueva serie de restricciones y limitaciones, se instituía  el gueto de Roma;   además , los judíos fueron obligados a vender sus propiedades a un precio inferior, impedidos de tener servidumbre cristiana, de que las mujeres cristianas amamantaran a los bebés judíos e, incluso, de jugar, comer, tratar con familiaridad o conversar con fieles de la cristiandad. También fueron obligados a llevar públicamente señales distintivas en sus vestimentas que permitieran identificarlos fácilmente. Los hombres debían llevar sombreros glaucos, esto es, verde claro,​ y las mujeres velos o mantones del mismo color.

Crónica de NajmiaY en el puerto de Ancona, en la costa adriática, donde había una gran comunidad, cientos de cristianos nuevos ocurrieron las primeras consecuencias. Paulo IV envió, además, a Ancona dos comisarios extraordinarios, Giovanni Vincenzo Falangonio, jurista napolitano, y Cesare della Nave;  sus  órdenes:  arrestar y procesar a los denominados «marranos» ,  someterlos  a proceso  inquisitorial;  centenares de estos judíos fueron detenidos, 24 de ellos, al año siguiente,  ahorcados y llevados a la hoguera.

Como consecuencia de estos funestos eventos,  en los servicios de 9 de av, durante años,  había espacio para lamentar el triste destino de sus hermanos. La Biblioteca Nacional de Israel conserva un texto titulado «Lamentaciones por las quemaduras de Ancona» , de Mordejai Yehuda Deblanish (¿De Blanes?) el cual comienza con una declaración del copista diciendo que todo 9 de av su tío Yehiel lo cantaba en la sinagoga sefardí de la ciudad.

«Siéntate, viuda, en la casa de tu padre, hija de Judá e Israel, hijo de un hijo miserable, que está triste y solo todo el día y toda la noche. «Incluso hoy, María, mi arbusto espiritual, está plagada por la caída de una corona de hijos justos y sabios en comparación con los hijos de Israel».

Benjamin Najmia, contemporáneo del Papa Paulo, escribió una crónica de aquel papado y a colación de los 24 quemados dice que los que no fueron condenados a muerte lo fueron condenados de por vida, con grilletes en sus tobillos,  a remar en galeras.

 Consecuencia de la bula contra iudeos aedita, que siguió vigente incluso muerto el Papa en 1559.