DANONE ADMITE ESTAR ESTUDIANDO ABANDONAR CATALUÑA

La más emblemática empresa sefardí en suelo español hace público que está estudiando la mejor opción para  los intereses de sus  accionistas y trabajadores.


Danone, fundada en Barcelona en el año 1919 por el sefardí de Tesalónica Isaac Carasso, no es la primera vez que se iría de Cataluña: ya lo hizo con la Guerra Civil Española, instalándose en Francia, donde aún hoy está su sede central. Casi siete mil millones de facturación anual con sedes en todo el mundo. Y ahora, valorando la mejor opción para los intereses de la empresa, de sus accionistas, inversores, proveedores, empleados y clientes, es decir, en el argot empresarial, sus stakeholders. 

Isaac Carasso, sefardí con siglos de asentamiento en la Jerusalén de los Balcanes, Tesalónica, abandonó la ciudad -hoy griega, entonces otomana- poco después del asesinato del bisabuelo de la Reina Sofía, Jorge I de Grecia -benefactor y amigo de la comunidad judía. Dicho asesinato ocurrió un año antes del estallido de la Primera Guerra Mundial y la familia Carasso regresó a España, instalándose en Barcelona, donde dio a conocer los beneficios del consumo diario del yogur que había conocido en la comunidad judía de Bulgaria. De hecho la compañía nace como productora de un medicamento, no de un postre lácteo. Y la nombraron con el apelativo familiar de uno de los hijos de Isaac Carasso, Daniel Carasso (Danón es el diminutivo en hebreo de Daniel) Con la Guerra Civil se fueron a Francia, por lo cual parte de la familia sería llevada a la muerte en los campos de concentración. Daniel Carasso, z´´ l,  falleció en 2009.

Una vez concluida la Guerra Civil, Daniel Carasso se asoció con Luis Portabella para desarrollar la Danone local. No fueron los únicos apellidos catalanes de referencia. En su accionariado también hay otros dos nombres de referencia: los Botton y los Fuster. Las cuatro familias han permanecido en el accionariado de la filial hasta hace muy poco.

La filial española, que también gestiona marcas de agua envasada (Font Vella y Lanjarón) aún no ha presentado en el Registro sus cuentas de 2016, así que los últimos datos sobre su evolución son los del año anterior. En ese ejercicio, sus ingresos se situaron en 985 millones de euros, casi un 2% menos que el año anterior.