EDUCACIÓN PARA EL ALMA: EL ESTUDIO

El Rabino Ariel Stofenmacher, Director General del Seminario Rabínico Latinoamericano «Marshall T. Meyer», nos hacía llegar en Rosh Hashaná un texto con sus mejores deseos y bendiciones a la vez que compartía también con nosotros la siguiente reflexión: 


«El rabino Abraham Joshua Heschel, uno de los principales pensadores y teólogos judíos, maestro y mentor del fundador del Seminario, el rabino Marshall T. Meyer, desarrolló en su obra una filosofía de la educación que es, a la vez, revolucionaria y desafiante. El postula que una educación judía seria debe poder integrar inteligentemente la polaridad existente entre el estudio tradicional de las fuentes sagradas y el abordaje académico multidisciplinario del judaísmo. Esta perspectiva nos distinguirá como judíos comprometidos y modernos al mismo tiempo.

También postula que el fin último del estudio no debe ser el mero conocimiento académico, sino la transformación de nuestras vidas. El estudio debe apuntar al cumplimiento de las mitzvot (preceptos) y al refinamiento del carácter. El fin supremo en el estudio de la Torá es, ineludiblemente, la santificación de la vida, en la realidad cotidiana. “Lo haikar ha-Tora ela ha-maase” (lo importante no es el estudio sino la acción), y nuestra responsabilidad es renovar y llevar a la práctica el milenario mensaje profético de paz, justicia social y solidaridad.

El lema que guía al Seminario debería ayudarnos también a reflexionar acerca de nuestras vidas personales y familiares: “Atem Edai”. El profeta dice en Isaías capítulo 43: “Atem Edai neum Adonai”, “Ustedes son mis testigos, dice el Señor”.

Los rabinos interpretan este versículo y lo releen: “Cuando ustedes sean mis testigos, Yo seré vuestro Dios”.

En términos proféticos, ser testigo es ser activo y no un espectador pasivo. Es tomar las enseñanzas de la Torá y transformarnos en instrumentos de Ella. Cultivar nuestras almas, servir a nuestras familias, a nuestras comunidades, a nuestros países, a nuestro pueblo y a toda la humanidad con pureza de espíritu y nobleza de motivación.

Que Di-s ilumine nuestros corazones y mentes y podamos tomar decisiones transformadoras en nuestras vidas.»