EL BISABUELO CONVERSO DE CERVANTES

Historia del médico  Juan Díaz de Torreblanca, ancestro del mayor escritor  en lengua española


 Desde hace muchos años -y encabezados por Américo Castro- no han sido pocos los filólogos especializados en Historia de la Literatura que han investigado el  origen judío de Miguel de Cervantes y Saavedra, teniéndole por natural de Alcalá de Henares,  en Madrid, o en  Sanabria, en Zamora, o hasta Oseja de Sajambre, al norte de León. En 2017, la profesora Margarita Cabrera Sánchez, de la Universidad de Córdoba, junto a Miguel Angel Ladero, dieron un giro importante a este tema: encontraron y analizaron paleográficamente unos documentos inquisitoriales del S XV -unos extraños pagos a la Inquisición- que permitieron reconstruir un árbol genealógico que hacía, a la postre,  a la familia de Cervantes -que no a Cervantes- de origen cordobés y judío. Ese mismo 2017, el arqueólogo y escritor cordobés Fernando Penco sacó a la luz una obra titulada «Un País llamado Cervantes», en el que se especifica todo el desarrollo genealógico de la familia en cuestión.

  Estamos hablando del médico cordobés Juan Díaz de Torreblanca, converso que continuó con la tradicional profesión de la medicina y no con los oficios funcionariales a los que la conversión le permitía acceder. Hijo de Ruy Díaz de Torreblanca y María Alfonso,  la cual  al enviudar rehizo su vida con un bachiller en medicina  llamado Maestre Juan. Posiblemente el padrastro inculcara en Juan Díaz de Torreblanca la afición a la medicina, convirtiéndose en bachiller en 1483. Tres años más tarde consta como físico de Luis Méndez de Sotomayor,  7° Señor de El Carpio, Señor de Morente y Consejero del Rey don Juan II, además de primo de Isabel La Católica, que ya entonces era reina de Castilla y que ese mismo año de 1486 mantuvo su primera entrevista con Cristóbal Colón. Según consta en el testamento de este noble, Juan Díaz de Torreblanca permaneció a su lado durante los tres meses que duró la agonía, lo cual indica que debía ser un médico de gran renombre. Algunos historiadores soistienen que el maestre Juan, el padrastro de Juan, fue el médico que acompañó a Colón en su primer viaje.

Díaz de Torreblanca casó con Isabel Fernández, hija de un mercader llamado Diego Martínez. Hija de éste y hermana de aquella fue Inés Fernández, casada con un boticario genovés llamado Leonardo de Esbarroya. En aquella botica paró Cristóbal Colón en los días que pasó en Córdoba y es más que probable que Díaz de Torreblanca, a la sazón bachiller en medicina, conociera a Colón en persona e incluso trabaran buena amistad, pues el de Torreblanca incluso llamó a uno de sus hijos, nacido en 1498,  Cristóbal.

Además, Juan e Isabel trajeron al mundo a Ruy, más que probable primogénito, Juan, Leonor, Catalina, que fue religiosa de Sta María de las Dueñas, María Alfonso, Juana, Isabel y Constanza.

 Leonor Fernández de Torreblanca se casó con el bachiller Juan de Cervantes hacia 1506 y tuvieron una serie de hijos. Uno de ellos, llamado Rodrigo, que también se dedicó a la medicina,  será con su esposa Leonor de Cortinas,  padres de Miguel de Cervantes. Así lo demuestra el estudio de los testamentos.

 Ahora bien, ¿por qué conocemos la ascendencia judía? En el Archivo General de Simancas aparce una nómina de cordobeses con procesos inquisitoriales en 1497. Allí aparece el nombre de Mencía -hermana de Juan de Torreblanca, y además la condición de condenado de su padre, Ruy. Es decir, el bisabuelo de Cervantes fue condenado por la Inquisición y Américo Castro tenía razón cuando aludía al linaje de Cervantes como converso.

Bibliografía:

  • «Juan Díaz de Torreblanca, el médico converso bisabuelo de Cervantes» , Cabrera Sánchez, Margarita, Andalucía en la historia Núm. 56, 2027