Notas sobre el cómputo del tiempo en la tradición hebrea.
En este artículo vamos a aproximarnos al calendario hebreo. En la antigüedad el calendario estaba íntimamente vinculado a los ciclos agrícolas y a la celebración de las festividades agrícolas. Estas festividades marcaban la recogida del grano (cebada al entrar la primavera y trigo antes del verano) o la vendimia (antes de que llegue el yoré, las lluvias tempranas). El calendario bíblico se basaba en esa estructura agrícola, por eso los meses, siguiendo a la naturaleza, se iniciaban con ella: en la primavera.
Tras la destrucción del primer templo y durante el exilio babilónico, los judíos enriquecen su tradición con el calendario del lugar, que tenía su comienzo en el mes de Tishrei; y es que el calendario que usamos procede de aquél, y los nombres de los meses evocan la mitología babilónica, teniendo además su correspondencia con los signos del zodíaco. El mes comenzaba con la aparición de la luna, que dos varones sabios atestiguaban ante la corte rabínica. Cuando los antiguos métodos se perdieron, se adoptó una fórmula definitiva: un calendario lunar, de doce meses de 29 ó 30 días, 354 días (un mes lunar dura 29 días, 12 horas, 44 minutos, y 3,3 segundos). Pero la Pascua judía debía coincidir siempre con la primavera, por eso se corrige el desfase lunar con el ciclo solar: en ciclos de diecinueve años, a los años 3º, 6º, 8º, 11º, 14º, 17º y 19º se les añade un mes más, un mes adicional de Adar. Así lo estableció la corte de Hilel II en el año 4119 (358-9 e.c.).
Se estima que estas técnicas tienen sus raíces en los conocimientos de astronomía de los babilonios, muy adelantados para su época, y del astrónomo griego Metón (siglo V a. C.), y son aceptadas hasta el día de hoy. El ciclo lunar, llamado también ciclo decemnovenal o decemnovenario es el período de 19 años en el que los novilunios y demás fases de la luna vuelven a suceder en los mismos días del año, con diferencia de hora y media aproximadamente.
Desde esta base se establece que cada 19 años habrá de haber 235 meses, o 12 años comunes (de doce meses), y 7 años embolismales, con trece meses cada uno: los años número 3, 6, 8, 11, 14, 17 y 19 de cada ciclo decemnovenario. Para saber si un determinado año hebreo es o no bisiesto (en el judaísmo a ese año especial lo llamamos embolismal), hay que dividirlo por el número 19: si el cociente obtenido después de la división nos deja un resto luego del entero con uno de los siguientes guarismos: 0, 3, 6, 8, 11, 14 ó 17, estamos ante un año de 13 meses. A un año de 12 meses se le llama en hebreo shaná peshutá (שנה פשוטה) “año simple”, y a un año de 13 meses (o embolismal) se le llama shaná meubéret (שנה מעוברת).
La duración de los meses hebreos oscila entre los 29 y los 30 días, de la siguiente forma:
- Tishrei (30 días) (תשרי ) – cae aproximadamente en septiembre u octubre
- Jeshván (29 ó 30 días) (חשוון , llamado también Marjeshván – מרחשוון ) – octubre o noviembre
- Kislev (30 ó 29 días) (כסלו ) – noviembre o diciembre
- Tevet (29 días) (טבת ) – diciembre o enero
- Shevat (30 días) (שבט ) – enero o febrero
- Adar (29 días) (אדר ) – febrero o marzo
- Nisán (30 días) (ניסן) – marzo o abril
- Iyar (29 días) (אייר ) – abril o mayo
- Siván (30 días) (סיוון ) – mayo o junio
- Tamuz (29 días) (תמוז ) – junio o julio
- Av (30 días) (אב ) – julio o agosto
- Elul (29 días) (אלול ) – agosto o septiembre
Recordad siempre que cuando se agrega un mes 13º, el mes agregado es Adar Rishón (Adar I, el primer mes de Adar), que tendrá siempre 30 días, pasando el mes de Adar habitual (el que hay todos los años) a llamarse Adar Shení (Adar II, el segundo mes de Adar). Las festividades y fechas a conmemorar cualquier año en un mes de Adar, en ese año embolismal (o de 13 meses) se harán en el Adar Shení (por ejemplo, la fiesta de Purim).
Si os fijáis los meses impares tienen 30 días, y los meses pares tienen 29. Sin embargo hay dos meses que pueden tener 29 ó 30 días: Jeshván y Kislev. En hebreo le damos un nombre particular a cada año según el número concreto de días que tiene:
- el año es “faltante”, shaná jaserá (שנה חסרה), si tanto Jeshván como Kislev tienen 29 días, siendo el total de días del año simple 353;
- el año es “normal”, shaná kesidrá (שנה כסדרה), si Jeshván (un mes par) tiene 29 días y Kislev (un mes impar) tiene 30 días, siendo el total de días del año simple 354;
- el año es “completo”, shaná shelemá (שנה שלמה), si tanto Jeshván como Kislev tienen 30 días, siendo el total de días del año simple 355.
Mes en hebreo se dice jódesh (חודש). El primer día del mes es Rosh Jódesh. Cuando el mes anterior tiene 30 días, muchos judíos celebran el primero del mes (Rosh Jódesh) durante el día 30 del mes que termina y el día 1 del que comienza.
Al día, en hebreo, lo llamamos yom (יום). El día en sí mismo es un ciclo, y los cambios en su transcurso se marcan con oración en la tradición judía. Así, el día se inicia en la víspera (erev), se renueva por la mañana tras el sueño (shájar) y el sol alcanza su apogeo a mediodía (tsohoraim), y a cada parte del día corresponde una de las oraciones que citábamos en artículos anteriores: Arvit, Shajarit y Minjá, respectivamente.
La semana, shavúa (שבוע), es un ciclo de siete días. El séptimo día de la semana es el Shabat (שבת), día sagrado de descanso en el judaísmo. La semana judía no tiene correspondencia con los ciclos de la luna, es decir, que el primer día del mes no es necesariamente el primer día de la primera semana.
En los próximos artículos iremos explicando qué ocurre en cada ciclo, del más breve al más largo: el día, la semana y el Shabat, los distintos ciclos de fiestas que acontecen a lo largo del año, y también el ciclo de la vida, desde que nacemos hasta que morimos.
Si tenéis a mano un calendario hebreo para este año 5780, os animo a calcular qué tipo de año sería según las reglas que hemos explicado.
Shalom ve-kol tuv, Adi Cangado