El edificio de la Capitanía Gral de Valencia, en la Plaza de Tetuán, antiguo convento de los dominicos donde se perpetraban Autos de Fe a los judíos.
Valencia es conocida por ser el lugar donde se realizó el último Auto de fe, en 1826, cuando ya estaba disuelto el deleznable Tribunal de la Inquisición; en este funesto evento, tras dos años de cárcel y tortura, fue ahorcado y quemado al maestro de La Punta, entonces de la jurisdicción de Ruzafa, Cayetano Ripoll. Por hereje. No fue condenado por el Santo Oficio (porque en 1826 no existía ya tan abominable banda criminal, ya que no había sido restablecido por Fernando VII tras el fin del Trienio Liberal), sino que fue asesinado en público por la Junta de Fe de la diócesis de Valencia, que había sido creada por el arzobispo Simón López para que ejerciera las funciones del extinguido tribunal.
Aquí un placa que re-colocaron recientemente en su memoria. (En memoria del populismo del ayuntamiento valenciano, como se puede ver, más que del ahorcado en sí)
Pero en Valencia, de ancha historia y punta de lanza del Tribunal, hay otros lugares directamente relacionados con el antisemitismo inquisitorial – hitos de necesaria difusión pública que ni siquiera son mencionados de pasada por los que estudiaron la judería valenciana y sus guías turísticos. La sede de la Inquisición en Valencia , en 1527, estaba en el Palacio de Benicarló (o palacio de los Borja ) que actualmente es el Palacio de las Cortes, sede de las Cortes Valencianas (Parlamento De la Comunidad Valenciana), donde continuará hasta su desaparición.
La «pechina»(figura de concha) es un elemento constructivo que da nombre al paseo de la Pechina de Valencia situado en los Jardines del Túria , cerca del Jardín Botánico, que era el lugar donde cuentan que se arrojaban los cadáveres y se quemaban a los procesados por la Inquisición.
Los judíos de la ciudad del Turia no sólo fueron quemados vivos en la Plaza del Mercado (hoy Mercado Central, frente a La Lonja) y también en lo que hoy son los Jardines del Botánico, ambos lugares hermosísimos y visitados a diario por lugareños y turistas.
Quizás haya que recordar que el antiguo crematorio, el Cremador de la Inquisició (crematorio de la Inquisición), estaba próximo al puente de San José, precisamente donde ahora se encuentra el Centro Comercial Nuevo Centro, en la vertiente que da al antiguo cauce del río Turia. Por judaizantes, allí fueron injustamente asesinados más de 1000 conversos en diferentes Autos.
Pero lo que aún menos se sabe es que también se perpetraron los Autos de Fe en lo que hoy es el edificio de la Capitanía General, en la actual Plaza de Tetuán, que entonces era Plaza de la Sartén. Por ejemplo, el que tuvo lugar el 2 de abril de 1724, calificado de «particular» porque era ya ajeno a la Inquisición, que se «celebró» (así reza en acta) por la iglesia del Real Convento de Predicadores en casa de Josep Serrete, portero y librero del convento.
Ese convento de predicadores no es otro que la ermita de San Vicente Ferrer, a orillas del río Turia, entre las puertas de El Real y del Mar, que el Rey Jaime I de Aragón cedió en 1238, tras la conquista de la ciudad, a Fray Miguel de Fabra, quien fuera su confesor de la Orden de Predicadores, en agradecimiento por los servicios prestados.
El mismo rey Jaime fue quien pusiera la primer piedra, allá por el año 1239. Después, en el s. XIV , se construyeron – en estilo gótico- el Aula Capitular, el Claustro Mayor y las capillas de tres de sus naves. En 1382 -poco antes de la masacre de los hebreos de 1491- comenzaron las obras de la nave central. En 1439 -cuando ya no había judíos en Valencia- el rey Alfonso V el Magnánimo fundó la Capilla de los Reyes, concluida por su hermano y sucesor Juan II en 1463. En 1460 se comienza la Capilla de San Vicente Ferrer, ampliada en 1781; y posteriormente se levanta la Capilla del Rosario y el nuevo Refectorio (Comedor), actual Salón del Trono.
Con la Guerra de la Independencia, la mayor parte del Convento fue destruida. Y expoliados sus haberes. Más tarde, con el reinado de Fernando VII, volvieron los dominicos, quienes comenzaron la reparación de los destrozos sufridos.
A partir de la Desamortización de Mendizábal de 1836 , que como sabemos implica la expropiación forzososa de los bienes eclesiásticos- el Monasterio de Santo Domingo pasó a servir para diversos usos civiles en manos del Estado, cerrando el templo al culto. Los religiosos toman diferentes rumbos: algunos marchan a misiones, otros se dispersan por diferentes pueblos, abandonando otros la vida sacerdotal, y no regresan hasta el 3 de enero de 1892, para construir el Convento de la calle Cirilo Amorós ( donde hoy se dan conferencias sobre sefardismo y judaísmo en general!!!)
El 3 de junio de 1931 , en la II República, fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional, ni más ni menos que el lugar -hoy Capitánía General- donde fueron condenados, el dos de abril de 1724 (antes de la desamortización) judíos como Simón de Alarcón, natural de la ciudad de Marsella, Francia, pero residente en Valencia, estanquero, de 33 años, judaizante convicto y confeso, condenado a confiscación de bienes, doscientos azotes, cinco años de remo en galeras, y después de ese trabajo sin sueldo, condenado a cadena perpetua. Por sólo poner un ejemplo, porque hay muchos más condenados
Y se puede leer en este archivo pdf
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