Artículo de JULIO E. VILLARINO ESPINO sobre el papel del nazismo en Vigo desde 1933 y en especial en 1939 y después.
No hace falta bucear demasiado para encontrar en Vigo numerosos rastros de la presencia del régimen nacional socialista alemán. Y es que tras la Guerra Civil, las Rías Bajas y en especial su capital, Vigo, cobró una importancia geopolítica sin precedentes, acrecentada por la inminencia de un conflicto bélico a nivel global.
La proximidad de las famosas minas de wolframio hacían de Vigo un puerto de referencia, pero lo que realmente interesaba de la ría era su capacidad como puerto refugio y su posicionamiento geográfico en el centro de la fachada oriental del Atlántico. Para muestra un ejemplo; durante la invasión de Polonia, en septiembre de 1939 hasta el 10 % de los cargueros de toda la flota alemana presentó refugio en Vigo.
Ya desde el 1933 (año de la victoria en las elecciones alemanas) la presencia e influencia del Partido Nacional Socialista Alemán se mostraba como relevante. La colonia alemana en Vigo se contabilizaba en más de 200 personas, muy cohesionadas y de gran influencia social. Desde finales del siglo pasado (1896) la Deutsche Atlantische Telegraphengesellchaft -la importante multinacional de cable alemana- abría sus puertas en Vigo y con ella la instalación de técnicos, directivos y gestores.
Como dato curioso fueron los empleados alemanes e ingleses del cable alemán los que en 1876 dieron acceso en Galicia del sport o foot ball, mucho antes de que se tenga crónicas de los partidos relacionados en las minas de Río Tinto en Huelva.
Existía además una fuerte colonia de industriales y de algunos comerciantes atraídos por la línea regular marítima que unía Vigo con Hamburgo hasta el inicio de la Gerra Civil, con la instalación de la naviera germana correspondiente. Muchos de estos empresarios dejaron su huella en el perfil industrial actual de Vigo como son la tienda de ortopedia Küne, las empresas navales de los Kindling o los Meyer, la firma química Vorkauf o la tienda de electrodomésticos Steinbürggen, que pervivieron en el tiempo.
Pero fue en Marzo de 1916, con la declaración de guerra entre Alemania y Portugal cuando los alemanes fueron expulsados de la nación lusa y Vigo impulsó su colonia alemana de forma exponencial. Los grandes industriales y comerciantes se instalaron en Portugal, poniendo testaferros en sus empresas y manteniendo el control de sus negocios por proximidad geográfica. Se crea además un Hogar Alemán en la calle Príncipe, siendo éste local el principal punto de visibilidad alemán en la ciudad.
Vigo presentaba entonces una notable colonia, instalada además en los mejores puestos de la alta sociedad olívica. Como muestra un ejemplo, durante la Primera Guerra Mundial, se instaló en la calle colón el llamado «Pasaje del Faro» donde, a falta de prensa escrita actualizada y radio, se anunciaban los avances de Alemania en la contienda en pizarrones y pancartas. Recprdemos que Vigo es la única ciudad española, junto a Tenerife, mencionada en el Tratado de Verdsalles que pone fin a la primera contienda mundial y refleja la relevancia para alemania del enclave gallego.
Con el ascenso de Hitler al poder se podía ver la relevancia de esta colonia en la visibilidad de cruces gamadas por las principales vías de Vigo, y en el famoso Colegio Alemán (fundado en el 1910) se creó la primera sección de las Juventudes Hitlerianas de Vigo, al margen de las Juventudes de la Falange, presentes en Galicia. En el Teatro de García Barbón se proyectó la película germanófila » El triunfo Nazi en Alemania». Se instala en Vigo un consulado, que posteriormente sería centro neurálgico de la influencia de los nazis en la ciudad, con sus propios funcionarios de la Gestapo.
Con las primeras tensiones internacionales, las minas gallegas de wolframio (Beariz, Varilongo o Fontao) aumentan su relevancia. Se establece un reparto igualitario por la neutralidad del país propiciada por Franco, pero de igual forma el importante mercado clandestino tiene en Vigo uno de sus puntos neurálgicos de salida. Había fondeaderos clandestinos de embarcaciones alemanas en las Islas Cíes y en las proximidades de Rande, donde los restos de un embarcadero en Chapela aún se conocen como «la fábrica del alemán».
Uno de los ejemplos más visuales del poderío nazi en Vigo fue el embarque, el 26 de mayo de 1929 de la Legión Condor. El gobierno franquista local quiso manifestar su apoyo a las fuerzas alemanas (a pesar de la neutralidad marcada por el gobierno franquista) y establecieron un desfile militar sin precedentes, presidido por el general Antonio Aranda. Presidió todos los festejos la cruz gamada, y el desfile, de cinco mil soldados nada menos, discurrió por la Puerta del Sol, la Farola de Alfonso y la bajada de la calle Urzáiz, hasta llegar al Berbés, donde las legiones embarcaron en hasta cinco trasatlánticos: el Wilhelm Gustloff, el Deutsche, el Stuttgart, el Sierra Córdoba y el Robert Ley.
Es en Vigo donde Alemania establece en 1942 una base permanente de suministro de combustible, con el carguero Bessel que se establece en el medio de la ría. El nombre en clave de la ciudad olívica, para las comunicaciones abiertas, era «Bernardo» Las embarcaciones alemanas podían parar en sus proximidades y obtener suministro y carga de combustible en tiempo récord. Es ciertto que en Vigo se había establecido un puerto de refugio neutral, y que ambos contendientes podían recibir auxilio y apoyo durante 24 horas, tras las cuales debían abandonar el puerto refugio. Pero no deja de ser evidente que Vigo era un puerto mucho más volcado hacia el bando germano.
Al calor de la anterior base petrolera, los nazis establecen en la ría de Vigo uno de sus principales puntos de encuentro para su flota de submarinos U-Boots. La ría de Vigo, recordemos nombre en clave «bernardo» era la guarida de los lobos, como la llamaba el comandante Doenitz, jefe de la flota, que tomaba Bernardo como uno de los puntos fundamentales para sus manadas de lobos en el Atlántico.
Hay presencia actual de al menos tres pecios hundidos en las proximidades de Vigo. El U-506 hundido por el avión norteamericano Liberator, provocando 48 muertos. El U-134 hundido por la RAF frente a las Cíes. El U-523 hundido por dos fragatas británicas, con 17 muertos. Otros tantos pecios localizados se hayan en la ruta que va desde Vigo hasta Baiona y La Guardia. Es evidente que la ría de Vigo vivió sangrientas batallas navales y que aunque en tierra se guardaban las formas por la neutralidad establecida por el régimen, la pasividad de las autoridades era evidente.
De hecho, las listas presentadas tras la Segunda Guerra Mundial revelaban la importante presencia de espías alemanes en Galicia, con base en el consulado de Vigo, vinculados a las importantes vinculaciones de la ciudad con Suramérica y Portugal. Algunos con nombres tan relevantes como Alten Meyer, Thomas alias Walter Gieze, Alfred Shulz o Eduard Arnold. Nazis protegidos posteriormente por el régimen franquista. Hasta una treintena de nombres fueron establecidos como red de espionaje en Vigo, tras los interrogatorios en Nuremberg.
Tal era la importancia de Vigo, también en clave de información que se revelaba como el punto de comunicaciones internacionales fundamental. Alberto Carballo, ex empleado de la Eastern Telegraph Cpmpany, en sus memorias inéditas, comenta que a diario el ministro de exteriores nazi, Joaquim Von Ribbentrop cruzaba decenas de cables en clave con Japón, especialmente con el príncipe KOnoe, y el general Hideki Tojo. Los despachos se enviaban desde Hamburgo y se remitían desde Vigo, principal línea de comunicación con los aliados en Asia, tras cifrarlos con las famosas máquinas Enigma o Lorenzo.
Pero es tras la Segunda Guerra Mundial cuando Vigo alcanza, curiosamente, un papel más relevante en la historia europea. Los altos mandos alemanes ponen en marcha la operación ruleta (Derr Spinner) que trataba la fuga y puesta a salvo de los altos mandos y oficiales alemanes a países neutrales. Vigo, como principal puerto hacia Sudamérica tuvo un papel fundamental en estos viajes trasatlánticos, ante la pasividad del régimen franquista y cierta complicidad del MI6.
No obstante, muchos mandos alemanes se ocultaron y vivieron en Vigo y sus proximidades, como Walter Kutschman uno de los carniceros de los campos de exterminio que residión bajo identidad oculta en Vigo durante varios años hasta huír a Argentina, Heinz Ger Sauer, Comandante de la Gestapo que residió en Sotoaxuste (O Viso) o Roderick Prince Mann, jefe de los servicios de espionaje en Galicia que residió en sabarís (Baiona) hasta su muerte.
Incluso varios autores proponen que fuera Vigo el puerto de salida de Hitler en una trama que fingiría su suicidio y planearía su huída a América como Julio Villarino en su obra «Operación Eneas», Xavier Quiroga en su novela «Izan o da saca» o Gerrard Williams en su libro «Grey Wolf», por poner tres ejemplos.
En cualquier caso hablamos de una muy potente presencia del régimen nazi en la ciudad de Vigo, de la que quedan elementos materiales, restos fundamentados y una multitud de bibliografía, tristemente desperdigada y en muchos casos perdida. Un pasado casi desconocido para la gran mayoría de los vecinos de la ciudad que no merece el olvido a que se está condenando este capítulo de la historia local.
Bibliografía:
Baena, Ana. «Cuando Hitler mandaba en Vigo«. Artículo publicado en Atlántico Diario,
Cabanelas, José Ramón. «Vía Vigo»
De Blas, Ceferino. «La huella Alemana«. Artículo publicado en Faro de Vigo,
García, Antonio.«La ría de Vigo, el eslabón oculto de Hitler».
Giraldez Lomba, Antonio. «Vigo y su colonia alemana durante la Segunda Guerra Mundial».
Meyer, Eliah. «The factual list of nazis protected by Spain»
Moreno, Rafael. «El misterio del submarino nazi de las Islas Cíes». Artículo publicado en ABC
Orio, Manuel. «U-Boots bajo las aguas de Vigo»
Prego, Carlos. «Así era la embajada nazi en Vigo«. Artículo publicado en Faro de Vigo
Quiroga, Xavier. » Izan o da saca»