EL ZAR DE BULGARIA Y LOS JUDÍOS

El destino de casi cincuenta mil judíos búlgaros en el marco del nazismo y el papel del zar de Bulgaria en su salvación.


En marzo de 2019 se realizó en Sofía, capital de Bulgaria, una ceremonia en recuerdo de las víctimas del Holocausto Nazi. Pero ese acto no estuvo exento de polémica, pues al mismo no asistió el rey Simeón de Bulgaria (quien  también fue, durante los años 2001 y 2005 el primer ministro del país)  Para salir al paso de las críticas, Simeón de Bulgaria emitió un comunicado de prensa en el que , por un lado, recuerda el papel de su padre, el zar Boris III, en la salvación de casi 50.000 judíos, y por otro , critica que el nombre de este monarca, que sí recuerdan los propios judíos, siquiera fuera nombrado en el acto en memoria de las víctimas de la Shoá en la judería búlgara.

¿Pero quién fue el zar Boris III de Bulgaria ?

Nacido en Sofía el 30 de enero de 1894, era hijo de Mª Luisa de Borbón y Parma, y el  zar Fernando de Bulgaria -el monarca que llevó a Bulgaria a la independencia del Imperio Otomano y que, tras la derrota de la Primera Guerra Mundial, se vio obligado a abdicar y a partir al exilio.

En ese momento, Boris tenía 24 años. Y al frente del gobierno tenía a  dos ministros ingobernables. Para evitar el caos de un intento de golpe de estado, impuso una dictadura en 1934. Poco después, con los nazis a las puertas de Bulgaria, no le quedó más remedio que alinearse con el Eje de Alemania, Japón e Italia. Sobrevivió a dos atentados. Salvó a seis personas de ahogarse en el mar Negro en 1931 y  una vez tomó el control de un  tren estropeado en el que , junto a muchos más pasajeros, viajaba en 1934.

En su memoria y agradecimiento por la salvación de judíos.

Alemania necesitaba a Bulgaria: era su huerta. Bulgaria se había creído lo que Alemania había prometido: que serían devueltos a Bulgaria los territorios que se habían perdido en la Primera Guerra Mundial. Musolini le invitó a invadir Grecia para recuperarlos y Boris rechazó la oferta. También consiguió no firmar el Pacto Tripartito de 1940, lo cual hizo que  Goebbels lo denominara «sujeto astuto y disimulado».

La presión nazi sobre Bulgaria cada vez era mayor. Se había creado un grupo juvenil de corte Juventudes Hitlerianas, se había decretado leyes antisemitas pese a la oposición popular -toque de queda y escarapela amarilla en la solapa- y en 1942 Hitler exigió una solución al asunto judío. Dimitar Pešev, vicepresidente del Parlamento, y Esteban I, exarca metropolitano de Sofía convencieron a Boris  para que no accediera a los requerimientos nazis. En mayo de 1943 se volvió a intentar la deportación de los judíos búlgaros. Pero sin éxito.

Dadas las circunstancias, y puesto que el zar estaba en contacto con diplomáticos norteamericanos, Hitler lo convocó el 14 de agosto de 1943 al cuartel general del frente oriental, próximo a Rastembork en Prusia Oriental. Parece ser que Boris se negó a poner sus tropas en contra de la Unión Soviética y , sin más, abatido, abandonó la reunión. Al día siguiente tomó un avión alemán para regresar a Sofía. Nueve días después se sintió de pronto mal, con vómitos. Cinco días después, el 28 de agosto de 1943, a los 49 años de edad, murió el zar Boris. Los diarios de los médicos del zar hablan de pruebas reales de envenamiento. El hermano del zar hermano, el príncipe Kyril, declaró que Boris había sido envenenado durante el vuelo de vuelta a Bulgaria el 14 de agosto. El piloto había volado a una altitud muy elevada y habría forzado al zar a inhalar un veneno contenido en la máscara de oxígeno.

El hijo del zar, Simeón, entonces un niño de seis años, le sucedió en el trono. Y un año después, la Unión Soviética invadió Bulgaria. La familia real búlgara se exilió primero en Alejandría y luego en España.