IBIZA, EL PARAISO QUE NO PUDO SER

 La isla pitiusa, en los años ´30 del S XX,  se convirtió en refugio ideal de muchos judíos que necesitaban huir de la persecución nazi, pero lo que debía ser un nuevo paraíso se convirtió, para muchos,  en la primera etapa de un infierno.


De la misma manera que se observa un claro movimiento migratorio de médicos del Imperio Ruso a Galicia,  huyendo de los progromos zaristas, primero, y del stalinismo, después, así hay un claro movimiento de intelectuales y artistas alemanes que en la primera mitad del S. XX, con el cada vez mayor ascenso del nacional-socialismo, tuvieron que huir de sus casas y buscarse nuevas vidas en lugares que en apariencia lo incluían todo para poder empezar desde cero. Tal es el caso de Ibiza, en el soleado Mediterráneo de Sfarad: una isla cercana al continente europeo, con un clima envidiable, que sin ser un atolón desértico en medio del mar mantiene unas formas de vida auténticas, intactas, interesantes…

El caso más conocido quizás sea el de Walter Benjamin, uno de los mayores intelectuales del S XX, que conoció la isla mediante el filólogo indoeuropeo,Felix Noeggerath;  o el artista del movimiento dadá Raoul Haussmann, que se radicó en la isla con su esposa y su amante. Pero fuera de estos tres  grandes nombres de la historia de las Humanidades en Europa había también otros , mucho más anónimos, que formaron una pequeña comunidad de judíos alemanes -askenazíes- ilustrados  y con un denominador común inolvidable: el nazismo les persigue.

Haussmann y Walter Benjamin con su novia.

Raoul Haussmann, que entre todas las disciplinas que cultivó incluye la fotografía, quedó encantado con la arquitectura y las costumbres ibicencas, para él, exóticas, que retrató con profusión. Sus fotografías las revelaba en el Studio Estrella, fundado por un colega suyo, Walter Sterm , con su esposa Elizabeth  Munschau y su hijo, Erik, el mayor, y el pequeño, nacido en la misma Ibiza, César, que hoy vive en Cartagena de Indias.  Stern abrió el estudio  el 6 de julio de 1933 , en el número 11 de la calle José Verdera (la Marina), frente a la iglesia de Sant Elm, pero  vivían en una casa de s´Hort d´en Bisbe.  W. Stern, que ocupaba un importante puesto en la radio alemana,  fue depuesto el mismo día en que Hitler llegó al poder.

Walter era asistente del departamento de arquitectura y bellas artes de la emisora Werag (Westdeutscher Rundfunk AG; después WDR), además de editor de la revista ´A-Z´, en la que participaban los artistas más progresistas de Colonia. Tanto por su ascendencia judía como por simpatizar con formaciones de izquierda, el ministro de Propaganda Joseph Goebbels lo despidió junto a una docena de sus compañeros de la radio. Fue quien trajo a  Rudolf Eberle –que residió en Ibiza desde 1935–que no era judío pero era perseguido  al haber contraído  matrimonio con la judía Hermine Holzinger.

Fueron, dicen, los años más felices de sus vidas, participando activamente en la vida social de la época: Elizabeth formó parte del grupo que tocó varias piezas clásicas en el restaurante Verner y Gertrudis, abierto en el año 1934 en la plaza del Parque y que un año más tarde sería alquilado por los hermanos Hanauer, judíos alemanes emigrados a Ibiza en diciembre de 1935. Los Stern quedaron separados en tres el día del alzamiento militar de Franco: César, en Ibiza, al cuidado de amigos, la madre y Erik de visita en Alemania y el padre, Stern, en Barcelona, comprando material fotográfico. Consiguieron reunirse en Génova, incluido el niño de once años, que salió de Ibiza en un submarino, y de allí partieron hacia Suiza, desde donde salieron  hacia Colombia porque no les  gustaba el otro destino posible: Thailandia.

Otro conocido matrimonio judío de origen alemán eran Roberto Sternau y su esposa, Ilse Walach, que vivieron las mismas circunstancias que tantos otros judíos alemanes en Ibiza :  Hermine Holzinger y Rudolf Eberle, Helmut Wallach o los hermanos Hanauer, por ejemplo.

Los Sternau

Ilse y Robert llegaron en 1935 con la idea de abrir una librería, pero se encontraron con que ya había una -en un lugar tan pequeño no era buena idea tener dos- así que abrieron lo que menos se podían imaginar que un día abrirían, un bar en Ca na Marqueta, en el barrio de la Marina, que era propiedad de la familia Prieto. Estrecho, conectaba su fachada principal, en el número 32 de la calle Castelar, 32, con la posterior, que se hallaba en el número 3 de la calle Obrador.  Lo llamaron el Bar Puerto, restaurante de cocina internacional con menú del día a 2,5 ptas. A Roberto, también fotógrafo, le dio tiempo a fotografiar media isla, pero Ilse, que era bailarina de clásico,  no se encontraba a gusto entre fogones (por mucho que en las paredes del bar colgaran cuadros de sus amigos artistas) . Para rematar, contrajeron el tifus. Pero aun así, se casaron en Ibiza, banquete de bodas en Puerto y pronto en cinta. La atendió el doctor Max Heimann, que vivía en la calle Ignasi Wallis junto a su esposa Fany.  Roberto  Sternau,  con la Guerra Civil,  fue denunciado como comunista y detenido pro los nacionales, pero el carcelero era cliente del bar Puerto y le dejó escapar una noche;  emigraron a Argentina , donde se había radicado el padre de Roberto como abogado.

Elsa Hanauer y marido

Los Hanauer eran  siete hermanos llegados  a las Pitiüses por las mismas circunstancias. Fundaron el Restaurante Alfredo (primero, en 1937, tras regentar el Verner y Gertrudis en la plaza del Parque desde 1936) y luego varios hoteles en Sant Antoni.

Y así muchas familias más, todas alemanas, todas judías, todas huyendo del nazismo y todas fascinadas por la vida que empezaban en la isla. Pero no pudo ser y algunos, en la huida , fueron llevados a campos de concentración, o se suicidaron temiendo que eso pudiera pasar, como hizo Walter Benjamin, o se tuvieron que convertir en clandestinos en Francia, como Raoul Haussmann. Porque no había lugar seguro en aquellos años en toda Europa, y Europa en aquellos momentos alcanzaba Palestina, gobernada por el Mandato Británico tras la Primera Guerra Mundial, y no se admitía la inmigración legal.