JANUKA II (DE ALEF A TAV): DE ANTÍOCO A MATATÍAS

Antíoco IV Epifanes, rey seléucida de Siria, represor del judaísmo, profanador del Templo de Jerusalén y autoridad contra la que se rebela la familia de los Hasmoneos.


Antíoco IV Epifanes (literalmente «en el que el dios se revela») nació en el año de 215 como Mitrídates, miembro de la dinastía de los Seléucidas ; era hermano de Cleopatra I (no confundir con Cleopatra VII, la última reina de Egipto) a quien casaron con  el faráon Ptolomeo V para buscar la paz.  Tanto ella  como Mitrídates eran hermanos de Seleuko IV, que era quien había heredado el trono de su padre Antíoco III El Grande.

Como habíamos visto en el capítulo anterior, Seleuko había osado desafiar a Escipión y, no pudiendo pagar las indemnizaciones a Roma, dejó a Mitrídates en prenda. Hasta que hubo un intercambio: Mitrídates regresa a Siria y Seleuko envía a Roma a su hijo, Demetrio. Para recuperar el hijo pagando a Roma lo que debe, Seleuko  manda a su general Heliodoro saquear el Templo de Jerusalén. Heliodoro, al regresar, mata a Seleuko IV y entonces Mitrídates mata a Heliodoro para hacerse con el trono bajo el nombre de Antíoco IV Epifanes .Era el año 175 a.e.c., once años antes del fin (profetizado por Daniel)

El Akra, la fortaleza de Antíoco en Jerusalén

Un año antes de su ascenso al trono seléucida,  había muerto,  en Egipto,  su hermana Cleopatra I. Ahora reinaba en Alejandría su hijo, Ptolomeo VI, joven inexperto, que reclamaba para sí el valle de la Beká -entre el Líbano y Siria, la Galilea, Samaria y Judea. Antíoco entonces invadió Egipto, excepto Alejandría, y dejó a su sobrino como rey marioneta de su poder, no por piedad familiar, sino por no  molestar a Roma. De retorno, sucedieron los asuntos de Jerusalén.

Por ese entonces era Sumo Sacerdote, Ha´Cohén Ha´Gadol, el prohelenista Menelao, de la tribu de Benjamín; era hermano de Shimon, denunciante del predecesor de Menelao,  el anti- helenista Onías III;  Shimon también fue  quien revelara  el lugar secreto del tesoro del Templo a Heliodoro. Y junto a otro helenizado llamado Jasón se habían rebelado contra Onías III para que Menelao fuera el Gran Cohén. Menelao, después de  asesinar a Onías,  fue quien convenció a Antíoco para helenizar el judaísmo diciéndole que los judíos apoyaban a los egipcios.

Antíoco, entonces, decretó la prohibición del judaísmo, abolir la Ley de La Torá,  perseguir y castigar  a quien practicara la circuncisión o cuidara el Shabat; mandó detener el sacrificio diario en el Templo  y dicen que hasta pidió  sacrificar cerdos  en su lugar, además de erigir allí  una estatua de Zeus. Frente a ella y por negarse a adorarla,  asesinaron a una tal Jana y a sus siete hijos. Tras la reconstrucción efectuada al regreso del cautiverio de Babilonia, hacía 472 años, el Beit Ha´Mikdash volvía a ser absolutamente profanado por el paganismo.

52 Mucha gente del pueblo, todos los que abandonaban la Ley, se unieron a ellos y causaron un gran daño al país, 53 obligando a Israel a esconderse en toda clase de refugios. 54 El día quince del mes de Quisleu, en el año ciento cuarenta y cinco, el rey hizo erigir sobre el altar de los holocaustos la Abominación de la desolación. También construyeron altares en todos las ciudades de Judá. 55 En las puertas de las casas y en las plazas se quemaba incienso. 56 Se destruían y arrojaban al fuego los libros de la Ley que se encontraban, 57 y al que se lo descubría con un libro de la Alianza en su poder, o al que observaba los preceptos de la Ley, se lo condenaba a muerte en virtud del decreto real. 58 Valiéndose de su fuerza, se ensañaban continuamente contra los israelitas sorprendidos en contravención en las diversas ciudades. 59 El veinticinco de cada mes, se ofrecían sacrificios en el ara que se alzaba sobre el altar de los holocaustos. 60 A las mujeres que habían circuncidado a sus hijos se las mataba, conforme al decreto, 61 con sus criaturas colgadas al cuello. La misma suerte corrían sus familiares y todos los que habían intervenido en la circuncisión.
62 Sin embargo, muchos israelitas se mantuvieron firmes y tuvieron el valor de no comer alimentos impuros; 63 prefirieron la muerte antes que mancharse con esos alimentos y quebrantar la santa alianza, y por eso murieron. 64 Y una gran ira se descargó sobre Israel.
Macabeos I

Y  por si fueran pocas penurias, los judíos de Judea sabían que en Alejandría se estaba efectuando la traducción nefasta del Tanaj al griego, la Septuaginta. Y en la isla de Elefantina, cerca de Assuan, los judíos se habían construido un templo propio, paralelo al de Salomón. La situación era desastrosa.  Era el año de 167 a.e.c.

Tras la reconstrucción del Templo de Salomón, se había re-institucionalizado en la liturgia un servicio de turnos para sacerdotes auxiliares; cada uno de ellos  representando a una localidad judía, tal como Moisés hiciera con  ocho familias cuando el Arca de la Alianza. Cuatro de Itamar y cuatro de Aarón.  Ahora eran 24 los sacerdotes. Una  de  estas  dinastías sacerdotales era la de r. Yojanán ben Shimón, de la tribu de Leví, padre del sacerdote  Matitiahu (o Matatías )   a su vez padre de  cinco hijos … Todos ellos, tras los decretos profanadores de Antíoco,  habían abandonado Jerusalén y residían en Modi´in, en las faldas de los Montes de Judea -vertiente occidental. Todos ellos estaban escandalizados de los decretos de Antíoco Epifanes.

Tal es así que,  cuando un funcionario seléucida , un tal Apeles, llegó a Modi´ín para anunciar los decretos antijudíos, Matatías y sus cinco hijos le mataron.

Matatías, entonces, imitando a Moisés cuando lo del Becerro de Oro, gritó ante el pueblo: «Mi La´Shem Elai, «מי לה’ אלי!» , esto es :  Quien esté con Adonai, que venga a mí. Y se tiraron al monte.

Comenzaba así  la gran epopeya revolucionaria por la independencia del Pueblo de Israel del Imperio Seléucida.

Un año después, 166 a.e.c., Matitiahu falleció por causas naturales. Antes, ordenó a sus cinco hijos cumplir los mandamientos de La Torá y vengarse del enemigo helenista, nombrando a su hijo Yehudá su sucesor en el liderazgo de la rebelión.

En las ruinas de la localidad de Ben Shemen, a dos kms del aeropuerto de Ben Gurion,  hay una antigua tumba considerada como la de Matatías (la foto principal)