SABA KADISHA

R. Salomon Eliezer Alfandari, más conocido como Saba Kadisha, un rabino netamente sefardí cuya casa en Jerusalén llegó a ser lugar de peregrinación  al acabar la Primera Guerra Mundial.


Jerusalén, imparable en su grandeza,   continuó expandiéndose más allá de las murallas tras el fin de la Primera Guerra Mundial -la época del Mandato Británico. En ese momento -hacia 1924-se compran unos solares   al norte de eje vertebrador de la calle Yafo, a la altura del shuk,  y se va levantando, después del crack del ´29, el barrio de Mekor Baruj, donde hoy, junto a las mejores burekas sefardíes del mundo,  se levanta el Talmud Torá que es buque insignia en la educación sefardí de la ciudad santa, Yekirei Yerushaláim. La calle principal del barrio es el Rejov Rashi. Perpendicular , el  Rejov Alfandari,  calle así llamada por  honra del rabino que vivió en el número 27 de esa misma calle:  r. Salomon Eliezer Alfandari, el Abuelo Santo, Saba Kadisha. 

Su casa no existe, pero en la que la sustituye hay una placa que le recuerda con honor

Los Alfandari son una conocida estirpe de rabinos cuyo más antiguo miembro rastreable es Salomon Alfandari, judío de la ciudad de Valencia de 1367 cuyo hijo, Ya´akov, asistió al también valenciano Samuel Zarza a traducir a  IBN EZRA al hebreo. El origen del apellido Alfandari no está claro, pero la mayoría lo hace venir de una pequeña localidad aragonesa, Alfambra, en Teruel,  que tiene la misma raíz que la Al´Hambra, esto es La Roja. No obstante, los Alfandri que han transcendido, son todos de Constantinopla a principios del S XVII, así como alguno en Esmirna y luego emigrados a Jerusalén y Jebrón. Todos ellos de la tribu de Yehudá y para más señas descendientes de Betzalel ben Uri, el artesano al que en el desierto se le encargó la realización del diseño divino del Arca de la Alianza, el Mishkán que tras muchas vueltas estuvo en el Kodesh Ha´Kodeshím del Templo de Jerusalén.

Saba Kadisha nació en Constantinopla en 1820 0 1826, no se sabe a ciencia cierta. Su padre descendía de la ya mencionada estirpe de rabinos  de Kosta.  Su madre , Jana (en otras fuentes, Java)  provenía de una familia conocida; su padre, Ya´akov, era un erudito talmúdico; su abuelo, el rabino Jaím  ben Ya´akov Alfandari, fue autor de Maguid Mi´Reishit;  y su bisabuelo, el rabino Yaakov ben Ḥayyim Alfandari, fue autor de Mutzal Mi´Eish. Con semejantes antecedentes en casa no es de extrañar que ya de muy joven destacara por su conocimiento de La Torá y El Talmud. Pero no obstante, se negaba a tomar la carrera rabínica e incluso a vestir la indumentaria propia de los jajamím estambulitas. Sí aceptó pertenecer al Consejo Espiritual y ser director de una yeshivá que dicen construyeron ex profeso para él. Uno de sus alumnos fue R. JAÍM JIZKIAHU MEDINI

Inauguración de su yeshivá

En 1896, con el beneplácito de las autoridades otomanas, fue elegido jajám bashi de la comunidad de Damasco, cargo que ocupó hasta el fin de la Primera Guerra Mundial. De todos modos, a petición de la comunidad de Tsfat, en 1917 pasó a ser rabino principal de la ciudad azul. El día que llegó a la Tierra de Israel hizo pública una gran decisión: nunca traspasaría sus fronteras.

Uno de los muy escasos retratos que se le pudo hacer

A principios de la década de los ´20, cuando se construía el barrio de Mekor Baruj, se asentó en Jerusalén, en el número 27 de una calle que hoy lleva su nombre desde el día en que allí se reunió con sus padres, en 1930. Mientras vivió allí sólo un exclusivo y pequeño grupo de eruditos entraba en aquella casa, que era lugar de peregrinación de los habitantes de Jerusalén en Sukot: durante todo el jol ha´moed  de la fiesta se anulaban los horarios de estudio para recibir a los invitados en la suká de Alfandari.

Otra tradición de su casa era en la noche de Leil ha´Seder: en su casa el Seder de Pesaj comenzaba temprano, es decir, acababa pronto, y entonces abría la puerta de la casa para quien quisiera ir a preguntarle alguna cuestión halájica tuviera inmediata respuesta.  En el Seder de Pesaj de 1930 empezó de pronto a debilitarse, pese a tener una vejez gloriosa hasta el hecho de no necesitar ni gafas, y el 23 de iyar falleció en la silla en la que se había sentado tras ponerse los tfilín y disponerse a rezar su Sjhajarit. Dicen que que al rezar el  Shmá Israel sencillamente se apagó su luz en este mundo.

De forma póstuma, un nieto suyo recopiló y publicó todas sus respuestas sobre el Shulkán Aruj, que él conocía de cabo a rabo.

Entre sus discípulos, el rabino principal de Alepo en el S XIX, Jaím Shaul ha´Kohén Dweck  o el Baba Sali, por sólo nombrar algunos de los más prominentes.

Su tumba en el Monte de los Olivos