¿Qué decimos exactamente cuando usamos la palabra «aljama»? La de Calatayud, una de las mayores de Aragón, un ejemplo de ello.
El término aljama, que proviene del árabe hispano » ŷāma’aʻ», significa – dice Corominas en su «Diccionario Etimológico de la Lengua»- conjunto de personas, esto es comunidad; en lengua española pasó a denominar especialmente a la comunidad judía medieval, «ŷāma’ al-yahud». Pero no estamos hablando de una comunidad física -como el Kal, del hebreo «kahal»- con sus límites territoriales definidos, como hoy cuando decimos «judería», sino que estamos hablando de una entidad abstracta de índole administrativa sujeta a un rasgo distintivo fiscal: el tributo de impuestos anuales en el orden medieval hispánico por parte de una comunidad judía.
Por ejemplo, la aljama de Calatayud no se restringe a su barrio judío -o barrios,en este caso- en los cuales vivieron judíos bilbilitanos, sino que abarca todas las juderías de toda una comarca. M. A. Motis, en «La Minoría Confesional Judía en la Comarca de Calatayud» lo deja claro: De esta ciudad dependen desde 1294 las juderías de Ricla y Cetina; en Ariza la integración es más problemática, por cuanto algunos prefieren tributar con los cristianos –son y algunas casadas de jodios, los quales entro aqui costumpnavan pechar partida con los christianos de Fariça et partida con los jodios de Calatayub–, logrando bajo Jaime II su plena autonomía fiscal e institucional, que será definitiva en 1334.
Ricla, en la comarca geográfica de Valdejalón, entre Zaragoza y Calatayud, se encuentra a 37 kms. de ésta última. Cetina, por su parte, donde se casó el gran antisemita que fue Fco. de Quevedo, queda a la otra mano de Calatayud, ya casi en la frontera provincial con Soria, En 1372 las aldeas de la Comunidad de Calatayud pagaron al rey Pedro IV de Aragón, tres mil quinientos florines de oro para que incorporara Cetina y sus aldeas a dicha Comunidad.
Sin embargo, no todas las comunidades judías cercanas a Calatayud pertenecían a su aljama. Volvemos a citar los magníficos trabajos de Motis : «Fuera de su tutela, cabe señalar la judería de Arándiga, y los núcleos esporádicos de Villafeliche, Velilla de Jiloca y Morés» . Arándiga, por ejemplo, dista sólo 32 kms de Calatayud, un poco más cerca que Cetina, pero sin embargo sus judíos no tributan en la aljama bilbilitana. Y después están las localidades que tras la implantación del Sto. Oficio, reciben la instalación de las familias conversas: Saviñán, Terrer, Ateca o Miedes.
¿Pero de dónde viene que Calatayud sea la aljama aglutinadora desde el punto de vista fiscal?
En principio sería porque era la más grande, la más antigua y la más poderosa de toda la zona -capital comarcal del mundo hebreo de aquel momento y aquel lugar, por entendernos. Pero también porque según la administración medieval existían dos tipos de tributaciones para las juderías: las de realengo y las de señorío.
Realengo viene de «real», es decir, referente a un «rey», y por tanto todas las juderías o aljamas serían de realengo porque los judíos eran propiedad del rey, no individuos libres. Los judíos pagan al rey un impuesto y el rey, aunque les permita tener su Ley, su beit din, o privilegios como poder jurar sobre La Torá. El rey les protege. El sistema feudal.
Pero no todos los judíos pagaban impuestos en una misma aljama. Quienes por sus servicios a la realeza eran eximidos de ese pago se les denominaba «francos». En el caso de la aljama de Calatayud, las familias de Abentilca, Abendahuet y Constantin ostentaban este privilegio de no «pechar» (tributar) aunque sí debían contribuir , por ejemplo, a sufragar derramas por reformas de murallas, por ejemplo. Los judíos contribuyentes, los no francos, por el contrario, constituyen la gran mayoría del corpus social, articulándose, desde fines del siglo XIV, en tres niveles de renta o manos: la mayor, o los oligarcas, la mediana , o artesanos, y la menor, que era la plebe, y que de menor tenía poco, porque era la mayor parte de la población.
Las juderías de realengo se oponían a las de señorío, que eran las juderías sobre las cuales el rey, en un acto de cortesía hacia una casa nobiliaria, orden militar o aristocracia eclesiástica, les agasajaba y cumplía concediéndoles el usufructo del impuesto de realengo. Y esto era de gran uso en la corona aragonesa a la que pertenecía Calatayud, que fue de realengo desde el principio, como Daroca, Ejea, Tauste, Borja, Tarazona, Uncastillo, Teruel , Monclús, Barbastro, Cariñena, Huesa, Fraga, Alcañiz, Montalbán y muchas más. De señorío, Cetina, del vizconde de Biota, o Arándiga, del camarlengo Jaime Martínez. Sin embargo, otras muy cercanas a Calatayud, como Almonacid de la Siera, a unos 20 kms en línea recta, pero con montañas en medio, no pertenecen a la aljama bilbilitana.