LA HISTORIA DE JANUKÁ (PRIMERA PARTE)

La primera fiesta que conmemora la independencia del Pueblo de Israel, entonces bajo el mandato del Imperio Seléucida. Para comprender su sentido tenemos que comprender su historia. Y empezamos por los precedentes desencadenantes.


Januká (o Jag Ha´Urím, la Fiesta de las Luminarias) no es una fiesta ordenada por La Torá, pues el evento que se celebra en Januká ocurre muchos siglos después de que se cierra el cánon hebreo. Pero forma parte de los llamados Días de Hodaá, unos días especiales de agradecimiento por los milagros -como Purim. Por tanto, en Januká estamos celebrando y agradeciendo  no sólo el milagro del aceite de oliva en la rededicación del Segundo Templo tras su profanación sino también todo el milagroso evento histórico que conlleva la restitución de la soberanía política hebrea en la Tierra de Israel.

El cautiverio de los Hijos de Israel en  Babilonia acabó, como sabemos bien,  cuando Ciro el Grande, en el 539 a.e.c. conquistó el Imperio Neobabilónico, lanzando un edicto que permitió a los hebreos -y aotros pueblos cautivos-  abandonar Babilonia. Los judíos- no todos- se apresuraron a regresar a Jerusalén y reconstruir el Templo destruido por Nabucondonosor II. Mientras tanto, Ciro -fundador de la dinastía de los aqueménidas- emprendió un acoso de dos siglos contra las polis griegas: las Guerras Médicas. Hasta que el hijo del rey de Macedonia, Alejandro Magno, conquista todo el Imperio Persa -o aqueménida, si se prefiere. Pero Alejandro, en el 323 a.e.c. muere (dicen que por una herida mal curada de un flechazo en Gaza) El Imperio de Alejandro, enorme, se divide entonces entre sus cuatro generales, LOS DIÁDOCOS (Los herederos, en griego):

  • a Ptolomeo se le entrega Egipto, que reina – desde Alejandría-  sobre Jerusalén.
  • a Lisímaco le toca Anatolia y Tracia, un territorio más o menos de lo que hoy es Turquía.
  • a Casandro, Macedonia  y el resto de la Península Balcánica, lo que había sido La Hélade.
  • a Seleuko,Babilonia, Armenia, Capadocia , Persis, Partia, Bactriana, Arabia, Tapuria, Sogdiana, Aracosia, Hircania, es decir… desde la India al Mediterráneo. Un territorio demasiado grande para gobernarlo fácilmente y para no provocar desesos de arrebatárselo.

Por esta época, en Jerusalén, en el Templo ofician el sumo sacerdocio los descendientes de Tsadok, como SHIMON HA´TZADIK. (los saduceos)

Seleuko,  el general de Alejandro que más territorio heredó, también era macedonio; en honor de su padre, Antíoco, fundó la ciudad de Antioquía, capital  de la provincia siria del extinto imperio alejandrino. Seleuko casó con una princesa sogdiana, Apame, con quien tuvo un hijo, a quien nombró como el abuelo, Antíoco:  y luego también se desposó con una princesa siria , Estratónice.  Seleuko, como gobernador del Imperio Seléucida, funda así la dinastía seléucida. Pero fue asesinado por Ptolomeo Cerauno,  hijo de Ptolomeo de Egipto, que recibió esa  tierra en el reparto a la muerte de Alejandro) De este asesinato para ampliar el reino ptolemaico nace un entuerto en el que van a salir muy mal parados los judíos. Aquí nace el conflicto ptolemaico-seléucida, egipcio-griego, verdadero epicentro del problema político de la época.

Seleuko I

A Seleuko le sucedió Antíoco I Soter, el hijo que tuvo con la sogdiana. Una de las primeras cosas que hizo fue casarse con la viuda de su padre, su madrastra, Estratónice. Algunas ciudades de la Siria se rebelaron, instigadas por Egipto.

Al morir Antíoco I Soter, le sucede su hijo, Antíoco II, que mantuvo costosas guerras contra Ptolomeo II de Egipto.  Antíoco II casó en primeras nupcias con Laodice, que dio a luz a un niño llamado Seleuko;  luego, en un intento de pactos matrimoniales para procurar la paz, Antíoco II se casó con Berenice, la hermana de Ptolomeo III. Pero Laodice, su primera esposa, despechada, envenenó a Antíoco, su marido adúltero. Y a Berenice directamente la mató. Después,  proclamó rey a su hijo Seleuko II.

Ptolomeo quiso entonces  vengar el asesinato de su hermana, Berenice. Para ello, cargó contra Seleuko II, que perdió la guerra. Le sucedieron dos hijos: primero, Seleuko III, envenenado por sus propios generales al poco de empezar a reinar; y luego, Antíoco III.

El Imperio seléucida entra en decadencia con Antíoco III, ya que, ante tanta inestabilidad y magnicidio, surgen las independencias de algunas satrapías persas que desmembran el imperio en sí.  Antíoco III mantuvo guerra, la cuarta, contra Ptolomeo IV, en Gaza; y ganó de nuevo el egipcio. Luego, en la V Guerra Siria, Antíoco derrota a los egipcios en Banias -Altos del Golán- y así termina el dominio egipcio-ptolemaico sobre Judea.

Antíoco IV Epifanes, Museo de Berlín

Envalentonado con el triunfo, Antíoco se enfrentó entonces a Escipión, el romano, sufriendo una derrota descomunal. Murió asesinado cuando le encontraron saqueando un tesoro en Ecbatana para sufragar sus guerras.

Le sucede Seleuko IV, el cual no puede hacer frente a las indemnizaciones que debe pagar  a Roma; así que,  para  solucionarlo,  envía a su hijo en prenda a Roma, mientras que por toro lado  manda a su  primer ministro, Heliodoro, a saquear el tesoro del Templo de Jerusalén. Con ese atraco, lo que obviamente pretendía era pagar a Roma la deuda contraída. Heliodoro, al regresar de Jerusalén, asesina a Seleuko IV (quizás, dicen, para sobornar con el tesoro a los generales y hacerse él con el trono seléucida en Siria) Pero entonces regresa,  ya adulto,  el niño rehén enviado a Roma,  Antíoco, y mata a Heliodoro.

Sube al trono como Antíoco IV Epifanes, con quien no es que sólo se llegue al máximo grado de helenización de la población de Judea, sino que además se decretan una serie de intolerables medidas de prohibición sobre el judaísmo.

Es el año de 175 a.e.c. Faltan 11 años para que se consume la revuelta de los Macabeos contra él y todo lo que él representa.  La guerra de independencia del imperio seléucida, el retorno de la soberanía hebrea sobre el Templo, el primer Día de la Independencia de Israel, que Ha´Shem conmemora con un milagro.