LA JUDERÍA DE INCA

Repaso a la vida de los judíos en la  segunda judería en importancia dentro de Mallorca


 En el centro de la mayor de las Islas Baleares -Mallorca- se encuentra el municipio de Inca,  paralelo a la Sierra de la Tramontana, en la comarca del Raiguer, cuya capital es la ciudad homónima de Inca. Conquistada por la república romana en 123 a.e.c y por los musulmanes en 902 d.e.c, es posible que hubiera judíos comerciando en la localidad ya entonces, pero no constituidos como comunidad sino hasta el año de 1229, cuando el rey Jaime I El Conquistador reconquista la isla para los cristianos.

 Según la Crónica del Rey Jaime, El llibre de Fets, la Corona de Aragón concedió tierras a varios judíos en el lugar llamado entonces aún con nombre árabe: Inkan. Por ejemplo, a Abembasso se le dieron 3 yovades (Una yovada era una medida de superficie de origen romano -la juguera- equivalente a 11.36 hectáreas) Cuatri a Vualà,  a  Naya y a Raalatim,  pero cinco a  Docax. Luego, las crónicas callan respecto a los judíos hasta el fin de la primera mitad del S XIV, con el estallido de la mortal pandemia de peste negra: Yosef Rapapa recibe 20 libras tras la muerte de su mujer, Dolça, y el proyecto real de construir una nueva aljama para los judíos de Inca queda en suspenso, aunque luego, a pesar de todos los inconvenientes, se configuran como aljama independiente de la de Palma de Mallorca.

 La pandemia diezmó la población de forma significativa: a menos mano de obra agrícola, menos cosecha, y por tanto, hambruna (no se cocsechaba como ahora) Y con la recesión económica, la crisis  general, caldo de cultivo para la crispación social e incluso los enfrentamientos entre los sectores cristiano y judío, sometidos a una elevada carga fiscal a veces inasumible para hacer frente a la situación. El bayle -o gobernador- de Inca impone, por ejemplo, a David Sagrasa (Zaragoza) que aunque no sea judío de Inca, sino de Palma, tribute en Inca porque es donde comercia y gana sus dineros. Otras tensiones derivadas era que la crisis obligó a muchos cristianos a pedir crédito a los judíos, sin que el cristiano pudiera devolverlo. Arnau Riera, Guillem Croquell y Bernart Subirats tendrán deudas con los Mosse. Y de aquí  mana el odio y la envidia hacia las familias judías pudientes de Inca. El poder legislativo incluso se quejó ante el regidor de Inca por  tanto escándalo con los judíos. Los hebreos se dirigieron al gobernador de Mallorca para solicitar protección ante los insultos y amenazas de los que eran objeto continuamente.

  La aljama de Inca había conseguido ser independiente, pero sólo por diez años. En enero de 1383, Omer Leví y Moshé Leví eran los secretarios de la aljama inquera. El director del midrash era Jucef Ben Barahon. (Años más tarde una tal Bartomeua reclamaba para sí la herencia de su familia en Inca, indicando ser descendiente del rabino Barahon)  Bofill de la Argentería tenía un albergue.

 Pero a pesar de estar constituida la comunidad, la tensión era tal que la mayoría de judíos, a la hora de las fiestas, preferían ir a Palma a celebrarlas antes de correr riesgos en Inca. Y también había problemas con las fiestas crsitianas: antes de la Semana Santa de 1357, y a petición de la aljama, el bayle de Inca solicita que se  guarde a los judíos de dicha villa durante la festividad del Viernes Santo. Dos años después, sin embargo, el rey Pedro El Ceremonioso permite las prédicas antisemitas del judeo-converso Nicolau de Gracia, llegado de Gerona y Manrresa, donde había adquirido experiencia en predicar sermones contra los judíos. (Arbós , Jueus a Manresa, Manresa 1917 , pàg. 47) Dicen que este sujeto  murió en 1363, asesinado por un judío de Puigcerdà, en lo que hoy es el sur de la provincia de Gerona. (Riera, Llicències reials, p. 124)

  Por si fuera poco, hacia la década de los ´70 del S XIV vuelve a haber malas cosechas, esto es, más endeudamiento y, por tanto, más tensión social. En Semana Santa de 1373, la aljama de Inca fue asaltada por una horda cristiana enfervorecida que apedreó e insultó a los judíos, a los que no consideraban acreedores de sus deudas para quitarse el hambre, sino que los consideraban deicidas. Al año siguiente, el infante Juan, posterior Juan I, solicita al gobierno mallorquín que se protejiera a los judíos por los tumultos que generaba la subida del precio del pan (entonces se comía mucho pan) La carestía de la harina de trigo también se la achacaban al chivo expiatorio judío, que también compraba y comía pan. De hecho eran los que proveían de pan a los demás, comprando cantidades ingentes de harina en Barcelona.

 También había enfrentamientos internos en la aljama, dice el Padre Fita, sobre todo entre familias poderosas, como el clan de mercaderes de los  Faquim y el de los  Natjar , que pugnaban entre sí por el control absoluto  de la judería inquera.

Los Fanquin aparecen en los archivos de la Corona de Aragón como «familiares reales», esto es, en relación directa con la monarquía no por vínculos sanguíneos. estaban involucradísimos en la creación de la nueva judería y también en el comercio de cereales (se les abonó len 1370 la nada despreciable cantidad de 400 libras en concepto de indemnización real por la confiscación de un barco lleno de harina en aguas de Cerdeña) Los Natjar eran también comerciantes pero asimismo, prestamistas; casi todos los créditos financieros del interior de Mallorca habían sido dados por ellos.

 En 1387 el conflicto entre cristianos y judíos tiene un punto de inflexión: se han estado realizando reuniones secretas y descubren que algunos de estos conciliábulos hay armas. Se envió una circular a los regidores de distintas poblaciones para ilegalizar estas reuniones. Algunos conversos, además, habían sido denunciados porque aparecían en la judería insultando a sus moradores y causando desperfectos en sus casas. Se impuso una alta multa, 25 libras, a quien osara molestar a los judíos. No sirvió de nada, pues al poco tiempo se presentaron en el barrio judío una serie de hombres armados amenazando de muerte a todo el que encontraron por las calles. Tras esto, algunos judíos de Inca prefirieron irse a vivir  a la judería de Palma, creyendo ingenuamente que allí estarían más a salvo. En el verano de 1391, la judería palmesana sería destruida por completo, con el asesinato de unos 300 judíos. No consta documentación que demuestre la matanza también en Inca, lo cual no significa que no hubiera ocurrido, sólo que no ha legado hasta nosotros esos documentos. Clara, esposa de Salomó Pelx, puso una demanda en la que sostiene que sus tres hijos fueron lanzados a un pozo. Abrafim Culitella,  de nombre converso Bernat Palo, denunciaba que  el barbero Joan Sunyer habría entrado en su casa y habría robado bienes. Al poco tiempo se sacó un edicto real pdiiendo se devolviera todo lo robado a los judíos (se supone que en el asalto de la judería de 1391) En 1393 todavía seguían expoliando la judería, llevándose vigasd e madera de las casas abandonadas.

Actualmente en la zona en que se ubicaba la judería se rehabilitó una casa del S XVI, pero con orígenes góticos -como demuestran una serie de arcos y alguna ventana- y que algunos historiadores, como Guillem Reus Planells, identifican como antigua sinagoga de Inca, pues encontraron lo que parece ser su Mikve. El edificio está en manos privadas -Robert Lope y su pareja, Nöelle Ginard- aunque declarado Patrimonio Balear. El nombre de la casa,  Monroig, es el mismo que el de uno de los cristianos que formaron la comisión para la creación del call, y que habría recibido la casa por su ayuda en la conquista de Mallorca por Jaime I El Conquistador.

Bibliografía básica:

  • Maíz Chacón, Jorge. «Entre la integridad y la segregación. La violencia y la conflictividad socio-económica en la judería de Inca (Mallorca, siglo xiv)». Anales de la Universidad de Alicante. Historia Medieval, N. 18 (2012-2014): 171-185,