LA JUDERÍA DE JACA

La aljama jacense, documentada desde el S XI, tuvo una gran importancia entre las aljamas del norte de Aragón.


Jaca, al norte de Huesca, en el hermosísimo Pirineo Oscense, siempre fue la población  más importante  y cercana al tradicional paso fronterizo hispano-francés del Puerto de Somport; y por aquí fue por donde entraron en la Península Ibérica los pueblos germánicos de los suevos, los vándalos y los alanos, además de todos los primeros  peregrinos del Camino de Santiago -luego lo harían por Roncesvalles- y hasta las tropas napoleónicas cuando invadieron España;  o los trenes llenos de judíos que huían del nazismo para  alcanzar , vía Lisboa, las Américas. Es tal su importancia histórica y económica que, cuando Sancho Garcés II, rey de Pamplona, reparte su heredad entre sus hijos, la Jacetania recae en quien sería el primer monarca de Aragón,  Ramiro I de Aragón, cuya corte regia fue erigida en Jaca en el año de 1035.

Por aquel entonces ya en Jaca había judería. La actual calle de Cambras , en la prolongación de la del Coso, se llamó de la judería hasta 1697, según Miguel Angel Motis, que es quien mejor ha estudiado lo que estamos tratando. La judería, divida en dos partes, alta y baja -de unas 70 casas en el S XV- sufrió un incendio en 1375, quedando prácticamente destruida. Anteriormente ya había habido otro, del que se desconoce su capacidad de destrucción, pero consta que el infante d. Juan, hijo de Pedro IV, transfirió el cobro del peaje de Canfran durante seis años para damnificar a las víctimas de la desgracia.

Y en ese mismo siglo, pero 40 años antes de los incendios, la judería jacetana sufrirá un evento que casi la destruye por completo: la cruzada de los pastorellos; una muchedumbre compuesta por facinerosos franceses , aglutinados por un visionario que deseaba acabar con los musulmanes de Al Andalus,  cruzó los Pirineos por Somport, asolaron las juderías de Montclús y Jaca,  llevándose por delante no sól otodo lo que pudieron robar y destruir, sino también la vida de muchos judíos;  algunos consiguieron huir a juderías aledañas que les proporcionaron refugio. Nombres de familias como los Abambrón, una familia muy populosa en Jaca, o los Alcalá (cuyo nombre no tiene nada que ver con el patronímico derivado de Alcalá de Henares) los Almosnin, Avingoyos,

Por si fuera poco, unos años después de esto, en 1348, se desató la terrible epidemia de la peste, un hecho que no sólo era malo por la propia enfermedad, sino porque socialmente hablando los judíos fueron señalados como causantes de la plaga y esto desataba las violencias contra ellos. La noche de Viernes Santo de 1350 , una turba enfurecida cargó contra los judíos, lo que enfureció sobremanera al rey, que dispuso penas contra los cabecillas del ataque, tanto físicas como pecuniarias, con multas por valor de la alta cifra de 500 sueldos. En 1383, constan quejas de la aljama al rey por las incursionesde cristianos en la judería con ánimo de molestar. Las penas dictadas para estos fueron de 100 sueldos o cien días de cárcel para los declarados insolventes.

Si bien la ola peninsular de matanzas perpetradas en 1391 desde Sevilla a Barcelona no tuvieron apenas eco en las juderías del reino de Aragón -no así en las de su Corona, como las de Valencia o Barcelona,que fueron arrasadas por completo- el S XV, para los judíos de Jaca, y por ende, para los hebreos aragoneses, sufrirán las consecuencias derivadas de la Disputa de Tortosa, en 1414. No pòr la diputa en sí, que no es la que provoca en masa un gran número de conversiones al cristianismo, o si se prefiere una ola de abjuraciones de la fe mosaica, sino por una serie de disposiciones de fuente eclesiástica que hacía necesaria la queja de la aljama: por ejemplo, después de la visita del gran antisemita llamado Vicente Ferrer, se decreta prohibido par los hebreos moler harina en el molino, amasar pan o venderlo; pena de amputación de pie para judío que osara entrar en casa de cristiano; prohibición de vender vino; además, el cierre de las tiendas judías que no estuvieran dentro de la judería y portar un distintivo que los distinguiera como judíos (para que los bandidos supieran a quién atracar) . La aljama se quejó al rey, amenazando con irse -lo que supone importante pérdida de impuestos-  y es el mismo monarca que intercedió por ellos, prohibiendo las actividades contra los judíos. Puesto que la Iglesia no cejaba en su empeño, constan pleitos al respecto.

Dadas estas circunstancias insostenibles, el 22 de junio de  1419 ,  a instancia de los adelantados Azarian Avingoyos ben Ya´akov y Bienvenist Abendahuetel, el  gabay de la sinagoga, Ya ákov Almosnin,  convocó una gran reunión en la Sinagoga Mayor de Jaca. Acuden a ella, entre otros, rabí Abram Avinpapur, Jabuda Abambron, hijo de Barjalá, Simuel Ampifaz, Mosse Babo, Salamon Almosnin, Açach
Abambron, Açach Alcalá, Barjala Alcalá, Bonafos Abambron hijo de Açach, Sento Abambron, Azarian Almosnin, hijo de Salamon, Simuel Abambron, Bonafos Alcalá, hijo de Mahir, Fahim Abambron, Barjala Sucran y Juce Avingoyos, hijo de Açach. Se encuentra también presente Alfonso de Orpesa, comisario y portero del rey, quien presenta una cédula y un memorial fechado en Barcelona el 7 de abril de 1419, donde se abordan las diversas prohibiciones que pesaban sobre las aljamas del reino de Aragón a
raíz de los hechos referidos.