LA JUDERÍA DE MONZÓN

Notas sobre la judería de una pequeña localidad de la actual provincia de Palencia.


 A principios del S V d.e.c, algunos pueblos germanos -suevos, vándalos y alanos-  empujados por los hunos, van desplazándose por occidente y se asientan en la Península Ibérica. El Imperio Romano, ya reducido a su mitad oriental, con sede en Constantinopla, pide a otro pueblo germano, los godos, vecinos de los francos, que vayan a poner en orden en la invasión de aquellos pueblos. El lugar donde los visigodos se asientan en la Península Ibérica se llamó  Campi Gothorum, los Campos de los Godos, que hoy es la comarca de la Tierra de Campos. Y su capital, la ciudad de Palencia.

Lápida de Monzón , S XI

A partir del S VIII -esto es, tras la invasión de los musulmanes, que van a asolar la zona en su empeño por alcanzar la conquista total de la Península Ibérica- la Tierra de Campos declina en su esplendor y languidece durante tres siglos.

Esta situación se revierte en el año de  1059, cuando  Fernando I, dentro de su restructuración de los reinos cristianos,  restaura la sede episcopal de Palencia. En este contexto se enmarca la repoblación de la zona con judíos de otros lugares del reino de Castilla; sobre todo, los judíos repoblarán la merindad de Campos, cuya capital era la localidad de  Monzón (1)

Datados a finales de ese mismo siglo  S XI poseemos dos artefactos arqueológicos : dos lápidas, con epigafría hebrea,  con la siguiente  inscripción:

«Este es el sepulcro de rab Samuel, hijo de rabí Shaltiel el príncipe,  sobre el cual se cayó la casa y murió del desastre el tercer día (descanse en el Edén), a 16 días del mes de Elul del año 4.857 (26 de agosto de 1097) de la Creación del mundo. »

 

Este hallazgo se produjo en 1890, cuando un labrador estaba arando sus tierras, en  una heredad cercana a la colina donde se erigía el foso del castillo a cuyo socaire creció la judería. ( vid. foto principal) La lápida, partida en dos,  es la  cubierta de un  pequeño sarcófago,  dentro del cual aparecieron los restos de un niño de corta edad. Y ese niño era el hijo del nasí de la comuniad (príncipal), de la aristócrata estirpe rabínica de los Shaltiel, entonces recién llegados a la Península Ibérica desde Babilonia. La lápida fue inmediatamente trasladada al Museo Provincial de Palencia. Hoy en día se encuentra en depósito en el Museo Sefardí de Toledo (que no es sefardí, sino hispano -hebreo)

Por aquel entonces, Urraca de León, hija de Alfonso VI  (y,  por tanto, por vía paterna,  nieta de Fernando I;  y por vía materna, nieta del rey de Francia)  era una joven casada con Raimundo de Borgoña.  Gobernaba junto con su marido toda la costa atlántica peninsular, desde la frontera con los territorios musulmanes del sur hasta la costa cantábrica gallega. Su padre, reconquistador de Toledo, al dividir el reino, le otorgó  a ella el reino de Galicia; luego, al enviudar, Urraca se hizo cargo del reino leonés. Es entonces cuando su padre la casa, contra su voluntad,  con el rey Alfonso I de Aragón en el castillo de Monzón de Campos. Esta boda fue muy polémica,  ya que los términos   del matrimonio eran de muy distinta para cada cónyuge en caso de fallecimiento. Los judíos -junto a la nobleza y el clero- estaban a favor de Dña. Urraca. Ese es el principio no sólo de la animadversión contra las aljamas por parte de los que estaban a favor  de Alfonso de Aragón -la nobleza y la burguesía de las villas del Camino de Santiago – sino que también los judíos sufrieron,  en sus propias carnes,  distintos tipos de violencias y atropellos de toda índole. Más tarde, reinando el hijo de Urraca, Alfonso VII, se emitirá un perdón real a los de Saldaña y Carrión -villas palentinas de amplias juderías- por haber matado a los judíos, haber destruido los palacios reales, expoliando su pan y sus vajillas de ricos metales, e incendiando los montes con afán  de una devastación integral.

Si bien murieron muchos judíos en esta guerra civil, las aljamas palentinas no menguarían -seguiría habiendo judíos pagando impuestos al rey- pues por estas fechas hay un gran movimiento migratorio de judíos de Al Andalus que huyen de las invasiones de los almorávides y, seguidamente, de la de los almohades. Los fueros otorgados a estas nuevas comunidades son muy beneficiosos para los judíos , sobre todo para los de Carrión de los Condes.

En la aljama de esta localidad se había ido gestando el epicentro  de los judíos karaítas (los que no reconocen la autoridad de El Talmud) Abraham ben David, el primer cronista de la historia hispano-hebrea, escribió su Sefer Ha´kabalá para demostrarles por qué valía tanto El Talmud en el  desarrollo de la vida rabínica. Ya el nasí de Toledo, Cidelius, -médico de Alfonso VI en Toledo- batalló contra esta secta judía hasta conseguir del Emperador de todas las Hispanias  permiso para expulsar a los karaítas  de todas las aljamas castellanas -menos una que no menciona y que se supone que es la de Carrión de los Condes.

El 12 de mayo de 2019, el ayuntamiento de Monzón de Campos aprobó cambiar el nombre de una estrecha calle del pueblo para llamarla Calle de los Judíos, en recuerdo a la parte de la localidad en la que habitaron los judíos. La calle mayor de la judería nueva era la calle Salvador.

 

(1) Las merindades son circunscripciones administrativas de una comarca medieval, a cuya cabeza está un merino, que es algo así como el gobernador de la comarca.

Bibliografía:

Pilar Tello, La Judería de Palencia, Instutición Tello de Meneses, 1968