LA PUERTA DE LA SINAGOGA DE BEMBIBRE

Bembibre, en la comarca de El Bierzo (León) una judería cuya sinagoga fue centro de un contencioso que llegó hasta los Reyes Católicos.


Nunca llegó a ser una aljama en sí, pero sí una localidad con notable judería de la cual la más antigua documentación es de 1286. No obstante, su existencia debe de ser al menos un siglo anterior, cuando la población se erigió en capital del Alto Bierzo, paso de Castilla a Galicia, con una comunidad levantada básicamente por el emprésito ( el préstamo de un particular al Estado) entorno a una sinagoga y una academia talmúdica, epicentro de todas las juderías bercianas: Los Barrios de Salas, Cacabelos, Villafranca, Vega de Valcárcel y la  más importante de la comarca, Ponferrada. Que no les iba mal lo demuestran los datos de su contribución fiscal son , en progresión, los 4.500 maravedíes  de 1472 a los 26.950 mrs. en 1491, con un máximo de 24.874 mrs., en el año de 1488.

Con la bonanza económica, los judíos de Bembibre quisieron tener  mejor sinagoga. Pero antes de poder inaugurarla , el provisor de Astorga encomendó al párroco de la villa,  Diego González, seguido de un grupo de fieles, que lo impidiera, tomando posesión de la misma y arrojando fuera “… la tora e las otras cosas que para ornamiento de aquella los dichos judios ende tenian …”. Hecho esto,  erigió un sencillo altar y ofició la liturgia por algún tiempo, lo cual fue reprobado días más tarde por la justicia seglar, que restituyó el edificio a sus legítimos dueños.

Comienza así un contencioso ante el Consejo de los Reyes Católicos entre  la parroquia, representada por el autor de la incautación, Diego González, que pide que se les restituya “… la dicha casa que ansi para iglesia ovo tomado …”; y la judería en sí,  cuya causa defiende Ravi Za Connueto. Ambos grupos eligieron como juez árbitro al obispo de Córdoba, Iñigo Manrique.

El  19 de mayo de 1490 se dicta sentencia en Valladolid:  la pertenencia de la sinagoga es de la iglesia de la villa, argumentándose la falta de facultad para su remodelación y el haberla hecho “…mas rrica e mas sunptuosa …” que la vieja.  Y esto contravenía la ley vigente , las  Decretales de Gregorio IX de 1234, que prohíben toda restauración que alterase o introdujera  mejoras   en estructuras antiguas, sancionándose la confiscación del renovado templo con la elocuente adjetivación de “…justamente…”.

Dos años después, la expulsión.

En cumplimiento de la  misma, el merino mayor de Bembibre, Rodrigo de Ferrera, “ordeno el destierro de los judios de esta villa y ocupo sus casas”; al igual que la de la sinagoga del Barrio de la Fuente, que fue transformada en capilla cristiana bajo la advocación de San Esteban Protomártir y Santa Ana.

El cementerio hebreo, el malvar (donde se crían las malvas)  pasaría a su vez a formar parte de la feligresía y con el paso del tiempo se perdió la memoria de su emplazamiento.

El solar de la sinagoga fue ocupado por la iglesia parroquial de S Pedro.