LA TUMBA DEL RAMBÁM

Uno de los lugares más visitados de la ciudad santa de Tiberias, en La Galilea.


La Tumba del Rambám, según la tradición judía, está en la ciudad santa de Tiberias, en La Galilea, frente al lago de Kineret. Fue trasladado allí tras fallecer en Fustat (El Cairo) , el 20 de tevet del año 4965. Y el motivo de ese traslado , al menos así dice la leyenda, se debe a que en su lecho de muerte puso en su boca unas palabras de Ya´akov Avinu: «Al na tikvereni be´Mitsráim» (en arameo, Os ruego no me enterréis en Egipto)

El lugar de la Tumba del Rambán, como cabe suponer, es uno de los santos lugares más visitados en Israel por turistas, viajeros y lugareños piadosos. En la misma división del antiguo cementerio de Tiberias también está la tumba de r. Yojanán Ben Zakai, así como otros amoraítas. Y también está allí enterrado el padre del Rambám, r. Maimún, y el nieto, r. David Ha´Naguid.

Desde el año de 2009, a las puertas del cementerio existe un centro de interpretación de la vida y obra del Aguila de la Kneset, Ha´Rambám, r. Moshé ben Maimún. Para los cristianos, y en griego, Maimónides (el hijo de Maimón)

Maimún ( o Maimón) es una palabra que en principio significa «Afortunado»  (de mimún, fortuna) , pero a su vez ese sustantivo es derivado de la palabra Máim, agua, que no en vano es un elemento preciado cuya presencia y buen uso favorece la agricultura, la higiene y la purificación, es decir, es afortunado quien la tiene. Debido a esos vasos comunicantes con la etimología del nombre , la tumba estaba flanqueada por dos pequeñas acequias de agua dulcísima, que discurrìa bajo catorce columnas, siete a cada lado, que representaban las catorce grandes obras del Rambám.

1927
1927

La primera fuente que acredita que la tumba de Tiberias es la del Aguila se debe a un autor egipcio, y musulmán, llamado Jamal Al Din Al Kipti, (el juez de los egipcios, literalmente) que escribió una historia de los médicos en 1225.

Sobre el asunto en cuestión, que nos remite al SXIII, se fueron construyendo leyendas, como la que cuenta Yosef Sofer, askenazí polaco del S XVIII, que cuenta que como no debían enterrarlo en Egipto, pero tampoco sabían dónde hacerlo, pusieron el cuerpo sobre un camello que dejaron al libre albedrío, decidiendo que allí donde el camello se detuviera y se negara a moverse sería el lugar perfecto: el camello se detuvo en Tiberias, junto a la tumba de Yojanán bar Zakai.

No obstante hay quien dice que fue enterrado en Jebrón, en la Tumba de los patriarcas, y  hay quien dice que jamás salió de Egipto y que está enterrado en la Sinagoga del Rambám en El Cairo.

Otra leyenda cuenta que lo que se quedó en El Cairo – lo cuenta un cronista judío, Yosef ben Yitzjak Sambari- fue un dedo, nada más, y que por otra parte fue llevado a la tumba de Tiberias en un momento dado. También se dice que cuando salió de Egipto, el cortejo fúnebre iba a ser asaltado por beduinos que , milagrosamente, reconocieron en el Rambám una figura protectora y en consecuencia formaron una guardia protectora que lo acompañó hasta Tiberias.

A partir de los años ´50 del siglo anterior se empezaron a realizar modificaciones arquitectónicas en el  lugar, como podemos ver en la siguiente fotografía, y los cambios y remodelaciones han tenido lugar hasta al año 2000, no sin incidentes provocados por las opiniones y actos de algunos grupos de judíos que entendían que los trabajos de rehabilitación suponían un jilul kavod ha metím, una profonación contra el honor de los fallecidos.