LOS ANUSÍM DE INGLATERRA

Notas sobre una comunidad de cripto-judíos ibéricos en Bristol y Londres en el S XVII.


 Los judíos de Inglaterra, expulsados del reino por Eduardo I en  el S XIII, fueron -oficialmente- readmitidos  por los ingleses  en tiempos de la  breve  república de Oliver Cromwell, en el S XVII, con la llegada de los sefardíes de Amsterdam. Y este hecho es bastante conocido, no menos estudiado e incluso,  a drede,  difundido como el origen de la comunidad judía inglesa. Pero no es del todo cierto: antes de eso, en Inglaterra vivieron y trabajaron una serie de judíos a los que , no por haberse disfrazado de cristianos, tengamos  que considerar menos judíos que los otros (los cuales a la sazón, no hacía tanto tiempo no habían sido sino cripto-judíos ellos mismos)

Expliquemos esto. El Edicto de Granada ofrece dos opciones -la conversión o el exilio. Es decir, los que escogen el exilio es porque no conciben la posibilidad de dejar de ser judíos. Así que los judíos de los Reyes Católicos que se van a Portugal tenían que ser judíos con una clara identidad judía que no querían perder -por eso se iban, de lo contrario era más cómodo quedarse.  Cuando en Portugal el rey Manuel decreta la conversión de los judíos, no ofrece la posibilidad del exilio. De hecho prohibe por completo la emigración de los hebreos. Y quí está la clave de por qué el cripto-judaísmo es más abundante en Portugal que en España.

 En 1535 se crea la inquisición portuguesa. A partir de este momento las cosas cambian sustancialmente, pues todos los cripto-judíos están siendo controlados por la sospecha de estar viviendo en silencio su judaísmo. La presión derivada de la gran matanza de judíos en Lisboa en 1505 es enorme para la mayoría de los que viven en 1535, y sobre todo desde 1540, que es cuando las actividades persecutorias son reales. Y un pequeño grupo de conversos portugueses huye de la Península Ibérica para raadicarse en Bristol y en Londres.

Entre esos judíos destaca el nombre de Antonio de Noronha, representante comercial de Diego Mendes -el cuñado de Doña Gracia Mendes, mercaderes de especias y banqueros,  con sede en Amberes, que en los barcos que partían de Lisboa escondían cripto-judíos que desembarcaban en Flandes, pero también en Inglaterra. Estos primeros grupos , a falta de sinagoga, se reunían en casa de Alves López todos los Shabat. El embajador español en Inglaterra los denunció , fueron deternidos y sus bienes confiscados, aunque fueron liberados dos años después, en 1544, y huyeron probablemente a Rouan, en Francia, frente a las costas inglesas. Noronha, Simón Ruis, la familia Anes (que era de Valladolid, Castilla) y el dr. Hector Nunes, se quedaron en Inglaterra, donde a la sazón no había Inquisición y mientras fueran discretos se les dejaba estar. Según una denuncia de un tal Tomás Fernández, sobrino de un médico judío en Ingglaterra, eran ocho familias en Londres y doce en Bristol. Rodrigo López , médico , tenía pacientes en la corte real . Otros eran comerciantes de paños, como Alvaro de Lima, Bernardo Luis Freire, o Dunsta Anes, que se convirtió en especiero de la casa real e incluso fue ennoblecido con el más bajo escalafón de la nobleza inglesa. Su hija, casada con Rodrigo Lopes, se fue a Constantinopla, donde se integró rápidamente en la comunidad sefardí , mientras su hijo William permanecióp junto al Támesis para seguir llevando los negocios familiares, además de otras cosas, pues estos cripto-judíos portugueses fueron pieza clave para que el pretendiente a la corona portuguesa cumpliera su cometido. Su madre era judía.

 En 1635, el mercader  de vinos y piedras preciosas portugués ANTONIO FERNANDEZ DE CARVAJAL, residente en las Islas Canarias, pero radicado en Rouen, Francia, decidió pasar a Inglaterra por haber sido denunciado en Francia. Cuando en 1654 estalló de nuevo la guerra entre INglaterra y España, dejó de servir como diplomático con los españoles, y recibió la nacionalidad inglesa, siendo el primer judío en recibirla. Además fue el fundador de la primera sinagoga oficial que hubo en INglaterra.

 No obstante toda esta vida judía en el Londres del S XVII, a estos judíos no se les considera germen de la comunidad judía londinense; es más, su existencia, aunque conocida para las autoridades, que incluso se llegaban a servir de ellos, no tuvo en cuenta en absoluto a este grupo de anusím cuando comenzaron las conversaciones para la rehabilitción de los judíos en el Reino Unido.