LOS HEBREOS QUEMADOS EN EL EBRO

Hoy hace 298 años del Auto de Fe en que murió Lorenzo González, criptojudío de La Rioja. Y  se llama a concentración en cierta plaza logroñesa para recordarlo y reivindicar su figura a nivel institucional.

1719 -la España borbónica de Felipe V y la Ilustración – pero también del  Tribunal de la Santa Inquisición aún en activo. Lorenzo González, natural de Logroño, acusado en Auto de Fe por profesar a escondidas el judaísmo -marrano, vulgo dixit–  fue condenado a ser quemado vivo en la plaza pública que había en lo que hoy es el comienzo de la Calle de los Portales, al otro lado del río Ebro, en el lugar que incluso hoy se conoce por El de los Quemados (en torno al Pozo Cubillas, zona que durante el S.  XIX fue conocida como ‘El molino de los quemados’ porque albergaba entonces un molino de harina). El escalofriante Auto de Fe archivado fue redactado con tal profusión de odio que llamó la atención de un señor que lo entoncontró , lo copió (con ayuda de otras manos) y que hoy se conserva en el Archivo Histórico de La Rioja.

El año pasado, se convocó una concentración en Logroño,  junto a la iglesia de Santiago, en la plazoleta Alonso de Salazar, que fue sacerdote e inquisidor….y junto a la casa de Mateo de Nuevas, quien fue secretario honorario del secreto de la Inquisición de Logroño.

 

Allí  leyeron, en voz alta y bien templada, el escalofriante acta del Auto de Fe; describe minuciosamente el proceso y detalla hasta lo que costó la leña con la que se le quiso quemar y lo que se pagó a los arrieros que fueron a buscar al verdugo hasta Vitoria; en el acto de recuerdo, además, se guardó un minuto de silencio en  in memoriam. Asistieron una veintena de logroñeses. Rubén Antoñanzas, concejal del ayuntamiento logroñés,  y  Federico Soldevilla, presidente de la asociación Amigos de La Rioja, entre los que reclamaron a las instituciones un monumento que honre con el nombre de este riojano quemado vivo la de todos los que corrieron la misma suerte. Nadie se hace eco de sus reivindicaciones.

El  próximo año se cumplirá el tercer centenario de su Auto de Fe. Y esto es motivo por el cual, igual que en 2010 se celebró el Cuarto Centenario del Auto de Fe de las Brujas de Zugarramurdi, existe quien reclama la conmemoración del Tercer Centenario del Auto de Fe de Lorenzo González a nivel institucional.

Esta figura fue rescatada del olvido por D. Manuel Gómez, de 73 años, que conoció el caso por una documentación del Instituto de Estudios Riojanos: la copia del acta notarial escrita por el secretario del Tribunal de la Inquisición. El acta original no se conserva, ya que los archivos de la Inquisición se han perdido, o se han hecho perder, pero sí se conserva la copia manuscrita de la sentencia, realizada en 1797 por varios amanuenses. La desaparición de estos archivos, donde se conservaba el expediente entero, impide saber más detalles sobre Lorenzo González, como de dónde era, dónde vivía o cómo fue a parar al Tribunal de la Inquisición. Nada más conocemos de él, no de su vida, sino de su muerte, que en este caso fue un asesinato.

De dicho relato sobre tal ignominia, se saca en limpio que «a última hora, dijo que se convertía a la fe de Cristo, entre el clamoreo de un público enloquecido, y murió agarrotado, pero su cuerpo ardió como el de tantos otros».

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