LOS JUDIOS DE BELMONTE

 Historia de la comunidad judía de Belmonte, la más antigua de las vigentes en la Península Ibérica,  pues durante muchos siglos permaneció oculta bajo un secreto manto de cripto-judaísmo en los montes de Portugal.


Belmonte -no la villa de Cuenca, sino la de Portugal- es una localidad que debe su nombre al  Monte da Esperança , en cuyos riscos  se  levantó , a fines del S XII, un  castillo vital para las  guerras del recién creado reino de Portugal contra  leoneses y castellanos. La fortaleza será transformada en casa señorial en 1466, cuando su primer alcalde, Fernando Cabral, lo reciba de Alfonso V de Portugal. Es el lugar donde pase su infancia su hijo, el descubridor del Brasil.

 Poco después de recibir los fueros de fundación se constata -mediante una inscripción de una sinagoga-  la existencia de una comunidad judía en lo que hoy llaman barrio de Marruecos. Dicha comunidad se vería muy aumentada después de 1492, con el Decreto de Granada por los Reyes Católicos, cuando muchos judíos de Castilla creyeron que en Portugal estarían a salvo de la presión inquisitorial. No podían suponer que cinco años más tarde,  Manuel I de Portugal decretó la conversión forzosa al catolicismo, seguida de una serie de persecuciones. Es entonces cuando se crea  comunidad cripto-judía que ha sobrevivido, sola y en silencio,  a lo largo de los siglos, manteniendo sus rituales y sus  tradiciones  propias hasta el día de hoy.

Samuel y familia

El mundo tuvo conocimiento de la existencia de esta comunidad cripto-judía mediante el descubrimiento realizado por un judío askenazí, Samuel Schwarz, nacido en Polonia en 1880. Este ingeniero, arqueólogo e historiador de la diáspora judía , especializado en las sub-diásporas de los sefardíes, participante del Primer Congreso Sionista, se mudó con su esposa a Lisboa al estallar la Primera Guerra Mundial. Previamente ya había estudiado el mundo de los chuetas mallorquines y publicó artículos en la Real  Academia de Galicia, de la cual era miembro. Fue entonces cuando descubrió la estela en hebreo que identificó como de la sinagoga de Belmonte. Y fue así como conoció a Baltasar Pereira de Sousa. Alguien le dijo que no tratara con él, que era judío. El polaco le preguntó a Pereira de Sousa , que le dijo que sí, que él peretenecía a una comunidad de cripto-judíos de Belmonte. La comunidad fue un tanto recelosa ante el askenazí, pero se ganó su confianza cuando les recitó ante ellos el Shmá , Israel. A partir de entonces pudo conocer y documentar sus costumbres, sus rezos, etc. Aunque escribió algunos artículos antes, en 1925 escribió un libro sobre el cripto-judaísmo portugués. Su pasión blibiófila le hizo hacerse con algunos incunables. Actualmente el fondo de su biblioteca, vendido al estado portugués,  se encuentra en la Biblioteca de Ciencias Sociales Mário Sottomayor Cardia de la Universidade Nova de Lisboa, donde está siendo inventariado y catalogado como Biblioteca Samuel Schwarz (Biblioteca Samuel Schwarz)

Beit Eliahu, la sinagoga de Belmonte

La comunidad judía sólo sería oficialmente creada en el año de 1989 y su sinagoga, advocada a la ortyodoxia,   fue inaugurada en 1997. No obstante, algunas familias se niegan a asistir a la sinagoga y prefieren -aun sin necesidad de ello- mantener la tradición del culto en secreto, en la intimidad del hogar y no en un espacio público que les es ajeno en tanto espacio como en modus operandi.

En 2003, se puso en marcha el Proyecto Belmonte,  bajo el patrocinio de la Federación Sefardí Americana, con el fin de recaudar fondos para adquirir el material necesario para la educación y la vida judía de la comunidad de Belmonte,  que  asciende a algo menos de dos centenres de personas.  El Museo Judío de Belmonte (Museu Judaico de Belmonte) se inauguró el 17 de abril de 2005. Durante el verano de 2006, la Federación Sefardí Americana cesó su patrocinio en el Proyecto Belmonte y el  museo, que cerró,  fue reabierto  en 2017.