LOS JUDÍOS DE CALCIS Y LA DUQUESA DE PLASENCIA

 Algunas notas de la historia de una de las comunidades más antiguas de la diáspora.


Calcis -Jalkida ,en griego moderno-  capital de la isla de Eubea, está separada del continente por el estrecho de Euripo, un lugar donde se produce un fenómeno natural muy peculiar: la corriente fluye en una dirección durante seis horas y trece minutos, se queda inmóvil unos instantes y luego invierte su dirección. Estos cambios de corriente se dan de forma regular durante veintitrés o veinticuatro días del mes lunar. Sin embargo, en los restantes cuatro o cinco días del mes ocurren sucesos extraños. Algunos días, la corriente no cambia, y otros, lo hace hasta catorce veces. Dicen que Aristóteles murió ahogado tratando de dar con el misterio.

La presencia judía en este lugar es antiguo. Tanto es así que dicen que la de Calcis podría ser la sinagoga más antigua de las que aún están en uso. Es decir, en principio sería una sinagoga romaniote -de los judíos griegos que ya estaban en Grecia antes de la llegada de los sefardíes. De su maravillosa antigüedad quedan dos columnas. Hoy sostienen el recuerdo de un pasado amplio y luminoso, ensombrecido  el día en que llegaron los nazis.

Cementerio hebreo de Calcis

Pero antes de eso, en 1854, pocos años después de que se formara administrativamente el reino de Grecia, el día de Viernes Santo, la comunidad recibió un duro golpe: la sinagoga, y la judería circundante, fueron incendiados a posta por una masa de imbéciles antisemitas. Casi todos los archivos de la comunidad,  los libros, reliquias y manuscritos fueron destruidos. Sólo tres Rollos de la Torá , que datan de los ss. XIII y XIV, han sobrevivido hasta hoy.

 

Mientras tanto, unos años antes, en 1795, y muy lejos de allí, en los Estados Unidos, nacía Sofía, hija del marqués de  Barbé-Marbois,  embajador de Francia en EE.UU. y de Elizabeth Moore, hija del gobernador  de Pennsylvania.  Y al año siguiente del feliz nacimiento partieron hacia el nuevo destino diplomático: la República Dominicana.

A Sofía, para su disgusto,  la desposaron con  Charles-François Lebrun, Duque de Plasencia y Príncipe del Imperio . Aunque no eran un matrimonio feliz,  tuvieron una hija, Elizabeth. El padre  se fue a Amsterdam a traducir La Ilíada;  y la madre, con la criatura, a Italia. Tras el estallido de la Guerra de Independencia  de Grecia -1821-  la duquesa arbazó, como Lord Byron,  la causa griega y en 1830 se trasladaron  a Nauplia, la capital de Grecia, y luego a Atenas.

Sinagoga

Lo primero que hizo al llegar a Atenas fue comprar toda la tierra que pudo en las inmediaciones del Monte Penteli y  encargar un palacio en su ladera Y al mismo arquitecto le encargó también  el palacio de la Duquesa en Atenas, al que llamaron Villa Illisia ( que hoy es el Museo de Arte Bizantino) Durante los trabajos de construcción , se fue de viaje con la hija a Beirut , pero allí la hija contrae una neumonía y fallece. La embalsamaron para regresar a Atenas y la conservó así en una cripta de su casa eventual en la calle Pireo. Con tan mala suerte que la casa se incendió y la hija embalsamada desapareció en el incendio.

 La aristócrata mundana por excelencia, amante de bandoleros refugiados en el Pentélico, sufrió tal conmoción interna que su vida dio un giro total y se empezó a dedicar  al judaísmo.  Se retiró de la vida social por completo. Davelis, dicen, la visita a a escondidas, llegando a palacio por unos túneles. Hasta que fue  decapitados en la Plaza del Sintagma de Atenas, bien cerca de Villa Illisia. Entonces se convirtió al judaísmo y empezó a destinar su poderío económico en la beneficiencia. Cuando se enteró de que la sinagoga de Calcis y su judería habían sido incendiadas -la sexta vez en dos mil años-  ella corrió a pagar su reconstrucción.  Para  la reconstrucción de sus muros  se usaron lápidas del antiguo cementerio de la comunidad hebrea.
 Sofía falleció poco después.  Su tumba pervivió intacta hasta 1946, cuando Atenas fue liberada de la invasión nazi y cayó en manos de las guerrillas comunistas. El único heredero de la Duquesa fue un sobrino que tenía en Francia y que toda la herencia griega de su tía la vendió al Estado Heleno.
 Con el paso del tiempo, ya en el S XX,muchos judíos de Calcis se mudaron a la localidad de Volos, a las afueras de Atenas.  La madre del guía de la sinagoga de Calcis, Maisis (de maíz) fue una de las sefardiot que fueron a Volos  hablando en ladino. Dice que en ese entonces la comunidad tenía unas tresceintas almas y que todos eran comerciantes.
Luego vino la guerra y tuvieron que refugiarse, con la ayuda del obispo griego ortodoxo y los partisanos,  en pequeñas aldeas del monte. El gran temor a que les pasara lo que contaban que había ocurrido a los judíos de Salónica,  casi en su totalidad aniquilados en los hornos del infierno de Auschwitz. Sólo 22 judíos de Calcis no lograron sobrevivir a los nazis en Grecia. Entre ellos el padre y una hermana de Maissis que se quedaron en Calcis al cuidado de su madre mayor, que no se podía mover. POr otro lado estaban personajes como Sarika Yehousúa, una niña de doce años que empezó con los partisanos como cocinera y acabó reclutando un ejército de niñas adolescentes.  Acabó teniendo que rendir cuentas ante un juez que sólo le impuso la pena de abandonar para siempre Grecia. Y se fue a Israel.
La comunidad de Calcis hoy es de 50 personas. Se reúnen en  los Shabat  unas 25 personas, y hacen todo como lo hicieron siempre. En las Fiestas Mayores, traen un rabino.