LOS JUDÍOS DE CASABLANCA

 Notas sobre una comunidad que aún resiste en la costa atlántica de Marruecos.


 El lugar donde hoy está el puerto de Casablanca -el mayor de Africa- no siempre se llamó así. Los bereberes lo llamaron Anaffe, que significa «promontorio» (pero también «eminencia») Hoy en día, Anfa es un barrio de Casablanca.

 En el S XV -y principios del siguiente- el Reino de Portugal  quería dominar la costa atlántica de Africa. Al mando de Enrique El Navegante navegaron por los grandes ríos, como el Congo,  para llegar a  tener el monopolio de las minas de oro, de las especias y de los esclavos. En 1468, Anafe fue destruida por los portugueses: el puerto era refugio de corsarios musulmanes que atacaban la región portuguesa de El Algarve; Portugal lanzó contra la plaza una misión punitiva, la destruyó y la dejó en la ruina durante tres siglos. De esta época es cuando se cree que llegaron los primeros judíos al lugar. Pero el verdadero asentamiento comienza cuando regresan en el S XVII y se empiezan a dedicar al comercio. Pronto la comunidad ha conseguido tal nivel de desarrollo que se convierten también no sólo en prósperos e influyentes  negociantes sino también en los representantes diplomáticos ante delegaciones europeas.

A principios de S XX vivían en Casablanca unos siete mil judíos, pero muchos de ellos -una cantidad indeterminada por las estadísticas- sufrieron hasta el asesinato cuando en 1909 tribus bereberes de la región de Chaula ( Shawiya ) atacaron la ciudad. Se oponían a los acuerdos del Tratado de Algeciras (1906) . Tras ese desgraciado evento histórico del ataque bereber, la Armada de Francia bombardea la ciudad durante dos días de agosto -matando a siete mil marroquíes- y se crea el Protectorado Francés de Marruecos, del cual Casablanca se convierte en su capital económica. Y la comunidad judía, en la más importante del país, con varias asociaciones sionistas, principalmente juveniles.

Escuela judía en Casablanca

También con periódicos propios, como L´Avenir Illustré, con su editor Samuel Daniel Levy, nacido en Tetuán en 1874, pero emigrado a Casablanca después de haber sido director en las escuelas de L´Alliance de varias localidades tunecinas y también de Tánger. También responsable de las escuelas judías de Buenos Aires, así como representante de la judería marroquí en el Congreso Judío de Ginebra en 1933. En Casablanca, hasta 1970, año en que fallece, era una institución.

La ciudad cuenta con unas 30 sinagogas. Pero de entre ellas destaca la de Bet El, construida por un grupo de judíos de Orán en 1947. Su aspecto actual se debe a una completa renovación en 1997. En su tiempo no cabía un alfiler, pero hoy sólo funciona en Shabat para unos 30 judíos. Y para ocasiones eventuales de emigrados que quieren que sus hijos hagan allí su bar mitzvá o que allí les administren las siete bendiciones del matrimonio hebreo.

En 1933, cuando Hitler accede al poder y se pone en funcionamiento el despotismo nazional-socialista, también en Casablanca se sufrieron actos antisemitas, sobre todo contra comercios hebreos. Muchos miembros de las comunidades brasileña y española, profusas en la ciudad, defendieron a los judíos. Con la desgracia de la Segunda Guerra Mundial, en Casablanca se levantó un campo de refugiados para judíos que huían del nazismo y sus consecuencias. Con la ayuda del Joint, pasarán luego a Estados Unidos. En 1944, un escriba hebreo, un sofer stam, Asher Prosper Jasín, escribió en Casablanca «Meguilat Hitler».

Tras La Shoá, Casablanca tenía censados a 75. 000 judíos. Muchos de ellos desempeñándose en tareas del gobierno civil. En 1956, con la independencia de Marruecos, ya eran 100.000, pero hoy están la mayoría repartidos en Canadá, Francia, Israel…

No obstante la vida judía continua en la ciudad. En 2016, tras una inversión muy grande, se reconstruyó la sinagoga de Etedgui, destruida en el bombardeo de 1942; y a su lado, se inauguró el Museo del Melaj de Casablanca. La tevá de la foto principal es de ese museo.