LOS JUDÍOS DE EL BIERZO

 Notas sobre los judíos que habitaron en   la comarca de El Bierzo, en Castilla-León, que esperan que alguien investigue los archivos al respecto.


 Al nordeste de la provincia de León, lindando con Galicia y Asturias,  existe una comarca -El Bierzo- constituida por una treintena  de localidades muy antiguas pero desarrolladas tras las explotaciones mineras de los romanos, que tenían aquí una gran cantera de oro.  De esos tiempos romanos dataríamos la llegada de los judíos a la Península Ibérica, como esclavos tras la destrucción de Jerusalén por Tito en el 70 dec.

Luego , en la etapa de los visigodos, se desarrollaron en el Bierzo  poblaciones como Villafranca,  Los Barrios, Cacabelos, Bembibre, Vega de Valcarce  o Ponferrada. En todas ellas crecieron, al socaire del Camino de Santiago, juderías medievales  que el tiempo intenta borrar de la memoria histórica.   De su existencia no queda nada tangible, pero queda lo incorpóreo, que no es menos importante; por ejemplo,  los datos de su contribución fiscal ;  en progresión, los 4.500 maravedíes  de 1472 a los 26.950 mrs. en 1491, con un máximo de 24.874 mrs., en el año de 1488. Las sumas tan desorbitadas se deben a los pagos de la guerra contra los musulmanes, una presión fiscal que luego sería recompensada con el ignomnioso Decreto de Granada de 1492: o conversión o exilio.

  Ejemplo de esa  huella hebrea perdida en los laberintos de la memoria  la encontramos, por ejemplo,  en Ponferrada. Esta población, en el año 1082, construyó un puente sobre el río para facilitar el paso de los peregrinos del Camino De Santiago, pues era difícil hacerlo por el río Sil; luego se  reforzó  el puente con hierro, de donde pont-ferra-da, Ponferrada.  Justamente al lado de ese puente, a la vera del río, entre el parque de El Plantío y el río Boeza,  se situaba  su sinagoga. Una vez que tras 1492 ésta fuera  tristemente desacralizada,  fue convertida en la bodega La Bóveda, hoy solar ocupado por las oficinas de Hacienda.

Justiniano Rodríguez Fernández, historiador nacido en 1910,  en su obra  ‘Las juderías de la provincia de León’, (1976)  dice que la sinagoga no estaba situada en la judería, porque no había judería propiamente dicha, ya que los judíos ponferradinos obviaban las leyes y vivían mezclados con los cristianos al menos hasta 1488. Otra zona no cercana a las casas judías era -obviamente- el cementerio,   en el llamado ‘monte de los Judíos’, cerca de la confluencia de los río Sil y Boeza , frente a la rampa de entrada del castillo de los Templarios.

Edificio de La Bóveda, donde estuvo la sinagoga

Otra localidad de la que se sabe su pasado judío es Bembibre. Con documentación ya en el S XIII, llegó un momento en que, con la bonanza económica, los judíos de Bembibre quisieron tener  mejor sinagoga. Pero antes de poder inaugurarla , el provisor de Astorga encomendó al párroco de la villa,  Diego González, seguido de un grupo de fieles, que lo impidiera, tomando posesión de la misma y arrojando fuera “… la tora e las otras cosas que para ornamiento de aquella los dichos judios ende tenian …”. Hecho esto,  erigió un sencillo altar y ofició la liturgia por algún tiempo, lo cual fue reprobado días más tarde por la justicia seglar, que restituyó el edificio a sus legítimos dueños.

Comienza así un contencioso ante el Consejo de los Reyes Católicos entre  la parroquia, representada por el autor de la incautación, Diego González, que pide que se les restituya “… la dicha casa que ansi para iglesia ovo tomado …” y la judería en sí,  cuya causa defiende Ravi  Aça (Isaac)  Connueto. Ambos grupos eligieron como juez árbitro al obispo de Córdoba, Iñigo Manrique.

El  19 de mayo de 1490 se dicta sentencia en Valladolid:  la pertenencia de la sinagoga es de la iglesia de la villa, argumentándose la falta de facultad para su remodelación y el haberla hecho “…mas rrica e mas sunptuosa …” que la vieja.  Y esto contravenía la ley vigente , las  Decretales de Gregorio IX de 1234, que prohíben toda restauración que alterase o introdujera  mejoras   en estructuras antiguas, sancionándose la confiscación del renovado templo con la elocuente adjetivación de “…justamente…”.

Dos años después, la expulsión.

En cumplimiento de la  misma, el merino mayor de Bembibre, Rodrigo de Ferrera, “ordeno el destierro de los judios de esta villa y ocupo sus casas”; al igual que la de la sinagoga del Barrio de la Fuente, que fue transformada en capilla cristiana bajo la advocación de San Esteban Protomártir y Santa Ana. Hoy la ermita de S Pedro.

Monte Judío, donde estaba el cementerio de Ponferrada

Otra localidad destacale es Villafranca, ya con judería desde el S XII, vertebrada  en  la popular calle del Agua -donde nació Enrique Gil y Carrasco, autor de «El Sr De Bembibre». También resalta a algunos villafranquinos ilustres como los escritores Ramón Carnicer y Antonio Pereira, estos últimos “con apellidos de muy probable origen converso”, ya que muchos hebreos pudieron regresar a sus pueblos  aceptando su conversión al cristianismo. En Villafranca llegó a haber un alcalde judío,  Nuño Peláez allá por el año 1175.

Juderías de menor enjundia fueron las de Cacabelos o la de Vega de Valcarce.

Pero queda lo intangible, como el apellido Arias, que deriva de Urías -nombre del marido de Betsabé. O  Venaroz, como Vinarós, en Castellón, de Ben Ha´Rosh, transliterado por los judíos de Marruecos en el afrancesado Benarroche. Y quedan también apellidos ligados a la historia de Ponferrada.

La villa fue donada a la Orden del Temple, pero cuando esta fue disuelta -quemando a los templarios en París- Ponferrada pasó a la familia de Castro -nombre judeo-converso donde los haya. Juana de Castro murió sin descendencia en 1374, así que la población pasa a la Corona de Castilla. El rey Enrique Iv, ya a finales del S XIV, la dona al conde de Castilla, Pedro Enríquez -otro apellido judeo-converso por excelencia. Este contrae nupcias con Isabel de Castro, ambos padres de D Fadrique Enríquez de Castro. El abuelo de éste, Fadrique Alfonso de Castilla, era hijo de una judía  de Guadalcanal, Sevilla, llamada Paloma bat Guedalía, descendiente de los sabios judíos de Babilonia asentados en la Península Ibérica, y abuela también de Fernando el Católico.

Actual estado del Monte del Judío, donde estaba el cementerio