LOS JUDÍOS DE MELILLA

 Breve repaso general a la judería melillense, pionera en el reino tras lo de 1492.


 Melilla, colonia fenicia ya en el S VIII aec, formó parte de la provincia romana de Hispania cuando los romanos, en el 40 dec, dividen la Mauritania (de donde la palabra moro) y crean la Mauritania Tingitana (de Tánger). En el S IV, con la redistribución administrativa romana, pasó a depender de la diócesis de Hispania por completo. Por eso cuando llegaron los visigodos la anexionaron a su reino y también por eso el rey Sisebuto la reconquistó cuando los bizantinos conquistaron el sur de la Península Ibérica y el Norte de Afríca. Tras ser conquistada por los musulmanes la plaza -en estado de abandono total- fue reconquistada en 1497 por Pedro de Estupiñán. El control del Estrecho de Gibraltar hizo que los ingleses azuzaran a los musulmanes para asediarla, sin éxito,  en el S XVIII. En el Tratado de Paz de 1767 ya aparece al ciudad como española, y sus fronteras, hoy europeas, totalmente delimitadas en 1863, con la creación de los puertos francos de Ceuta y Melilla.

  Diez años más tarde se realiza un censo de melillenses en el que, a diferencia del S XVII y XVIII,  ya aparecen no pocos judíos. (El primer judío del que se tiene noticia, no obstante, es del XVIII: Moisés Melul, preso por lo que parece ser un asunto de contrabando en Gibraltar. Por aquellas fechas se produjo el ya mencionado suceso del asedio del sultán Mohamed III; los judíos de Melilla fueron puestos en primera línea de fuego, por lo cual sufrieron muchas bajas.) En el censo de 1874  aparecen 27 judíos, en una gran desproporción de género: 22 varones y sólo 5 mujeres. Todos provienen de Tetuán, excepto uno que es de Orán y otro que es de Gibraltar. Todos ellos son comerciantes y han llegado a Melilla atraídos por la creación de ese puerto franco, pues por Real Decreto se permite que habite en Melilla todo el que así lo quisiera, siempre y cuando demostrara que tenía medios propios para subsistir. Además en 1868 nace la más liberal de nuestras Constituciones, «La Gloriosa», por la cual se instaura en España la libertad religiosa. Es decir, en 1874 se dan unas condiciones muy propicias en distintos planos para crear una comunidad judía en Melilla.

Uno de los primeros en llegar desde Tetuán fue el niño Samuel Salama Hachuel, que en Melilla se hizo cargo de los negocios heredados de su padre y se convirtió en el comerciante más adinerado de la ciudad y el banquero más prestigioso.

Nueve años después del censo de 1874, los 80 judíos de las kabilas bereberes de Beni Sidel y Beni Bugafar, emigran a Melilla sin que sepamos la razón, pero parece ser que era por ser muy pobres y querer prosperar a la orilla del puerto, cada vez más activo. Empezaron por aprender español. En realidad son la avanzadilla de lo que pasará en 1893, con el estallido del conflicto hispano-marroquí conocido como La Guerra del Rif (región bereber) Muchos judíos de las kabilas rifeñas -357 hebreos-  temen represalias de los bereberes y deciden asentarse en Melilla, en barracones improvisados para ellos.

Al comenzar el S XX , en 1904, hubo un evento histórico conocido como la Revuelta del Rhogui, que perpetra una matanza en el melaj -barrio judío- de Tazza. 654 sobrevivientes, algunos de ellos desnudos, pasan a Melilla en busca de refugio. Las autoridades militares en la Plaza les asisten en tiendas de campaña, con mantas y alimentos. 177, una vez terminado el conflicto, retornaron a sus casas en Tazza, pero el resto se quedó para siempre en Melilla.

Casa de David J. Melul, en 1907

Seguidamente, entre 1909, fecha de la Revuelta de Casablanca, y 1918, fin de la Primera Guerra Mundial, se censan en Melilla 1397 judíos nuevos, provinientes de Orán, Casabanca, Fez y Debdú, donde se habían refugiado en 1391 los judíos de Sevilla. Esta ola migratoria estuvo formada por judíos con medios económicos que no necesitaron ayuda de la administración. Para 1935, un año antes del Alzamiento Militar que provoca la Guerra Civil, el número de judíos en Melilla es de 3.500 (6% de la población total) y han enterrado en su cementerio a 1925 judíos, aleihem ha´shalóm. La más longeva fue Esther Chocrón, fallecida a la inaudita edad de 130 años en 1909.

Barrio Hebreo, en 1909

Melilla tiene cuatro barrios de marcado acento hebreo: el de Medina Sidonia, popularmente llamado Melilla La Vieja, fue el primer asentamiento y en donde vivían las familias más adineradas, esto es, las que más tiempo habían pasado en la ciudad y más posibilidades habán tenido para prosperar con todo lo que se derivaba de la gestión del puerto. Aquí fue donde en 1866 -antes de que entrara en vigor la libertad religiosa en España- se levantó la primera sinagoga de Melilla, la de Yaakov Salama. Los melillenses a la sinagoga la llaman Tefilá, que en hebreo significa oración. En Melilla llegó a haber 23 sinagogas, sobresaliendo sobre todas la de Or Zaruah, de 1925, construida por Y. Benarroch (Ben Ha´rosh) en recuerdo de su padre. En 1926, este señor, que era presidente de la comunidad, sufragó con casi 200.000 pesetas la construcción del Talmud Torá, el primer Colegio Rabínico que hubo en España después de 1492. Su primer director fue un famoso talmudista ceutí, Isaac D. Levy, autor de numerosa obra que el mundo desconoce. Del Colegio Hispano-israelí salieron infinidad de médicos, farmacéuticos, abogados, etc.

En el barrio de las Barracas de Mantelete se desarrolló la vida comercial, pero los judíos lo abandonaron cuando se creó el Polígono, donde en 1894 había cuatro escuelas hebreas. La foto principal de esta entrada es del barrio del Polígono.

Y. Benarroch Benzaquén

Por otra parte, el Barrio Hebreo, construido a partir del campamento de los judíos que vinieron de Tazza. Hoy allí solo viven 3 familias, porque en 1948 hubo una gran oleada de melillenses judíos que prefirieron radicarse en Israel. El Barrio Hebreo, formado en principio por 100 casas, fue posible por la obra filantrópico de un judío melillense de los más ricos de la ciudad, Yamin Benarroch Benzaquén, que el dái que se casó sentó a su mesa a 1000 indigentes, tanto judíos como no judíos. Construyó un albergue para rabinos itinerantes, una yeshivá, la construcción de la sinagoga hermana de Or Zaruah en Jerusalén, y llegó a ser el primer español y judío en ser inscrito en el Libro de Oro de Keren Kayemet Le´Israel. Murió en Barcelona en 1949, habiendo sido condecorado por el gobierno español. Pero está enterrado por expreso deseo suyo en Tánger, no en Melilla.

Sus actividades laborales tienen la peculiaridad de que en Melilla no había orfebres que no fueran judíos. Y otra cosa digna de mención es que los dos únicos bancos que había eran judíos: Casa Salama y Casa Garzón. En 1893 Melilla pagó en aduanas a Marruecos la impresionante cantidad de 20 millones de pesetas, de los cuales 15 fueron pagados por comerciantes judíos, lo cual nos da una idea de la prosperidad que el puerto generaba a principios de siglo XX.

También hubo grandes escándalos nutriendo las páginas de los periódicos. En las primeras décadas del S XX, un matrimonio de judíos melillenses se fue a Madrid, donde después de hacerse bautizar, engañaron a quienes los hospedaban y ayudaban. Huyeron regresando a Melilla, donde quisieron retornar al judaísmo, pero el rabino principal, Abraham Cohen Dayán, originario de la comunidad de sevillanos de Debdou, les negó esa posibilidad aduciendo que la religión era asunto serio y no camisa para cambiar todos los días. El matrimonio entonces decidió asesinar al rabino. La comunidad quedó estupefacta y los asesinos, tras ser juzgados en Málaga, encarcelados durante muchos años.

Bibliografía:

Jesús F. Salafranca , » Síntesis histórica de los judíos de Melilla», UNED 1987