LOS JUDÍOS DE VALENCIA Y JAIME I

Notas sobre la judería valenciana antes y después del 9 de octubre de 1238, bajo el reinado de Jaime I El Conquistador.


Jaime I de Aragón -y de los reinos de Valencia y  de Mallorca, así como conde de Barcelona y de Urgel,  señor de Montpellier y demás feudos en la Ocitania- fue un monarca propicio para los judíos (aunque no por otra cosa que por interés propio para su corona)

Tras una infancia difícil en el castillo templario de Monzón, extendió la Corona de Aragón por Mallorca, Menorca, Ibiza, Valencia, Murcia (que conquistó para su hija, Violante, esposa del rey castellano Alfonso X) Todo ello le valió el sobrenombre de El Conquistador. No sólo de territorio invadido por musulmán, sino que, tras enviudar de Violante de Hungría, también fue conquistador de los tálamos de muchas damas de alto rango.

 La conquista de Valencia fue larga. El rey entró en la ciudad de Valencia el 9 de octubre de 1238 -día grande de la Comunidad Valenciana- pero no acabó de conquistar lo que sería el Reino de Valencia hasta 1245.

 Los moros de  Balensya, sabedores de lo de las  conquistas  cristianas en localidades como Morella o Burriana  no opusieron resistencia a la entrada del monarca: huyeron con lo puesto. Los judíos, que entonces  representaban el 7% de la población de la ciudad,  no:  permanecieron en su sitio. Siguiendo la norma de alguno de sus predecesores, Jaime I decidió protegerlos a cambio de poder usarlos.

Como dice Asunción Blasco: » (…) No tardó en darse cuenta de que le resultarían rentables: a nivel individual, porque eran buenos administradores y tenían dinero, y a nivel colectivo, porque podían ser la solución a sus constantes apuros económicos. «

También podría decirse que los judíos se dejaron querer: podrían mantener relaciones comerciales, intelectuales y familiares con las comunidades judías de lo que hoy es Aragón, Cataluña y Baleares;  además, podrían  disfrutar  de privilegios nada despreciables, como la exención de impuestos, incentivo de la repoblación de judíos aragoneses. La aljama valenciana crecería en todos los sentidos y la libertad de culto estaba garantizada.

 Hasta entonces, la taifa valenciana había permanecido -desde 1021- conquistada por un nieto de Almanzor -chambelán del califato de Córdoba- y de Sancho Garcés de Pamplona. Conquistada por El Cid en junio de 1094, volvería a caer en manos musulmanas cuando entraron los crueles  almorávides, en mayo de 1102. Bajo el gobierno de éstos, se produjeron revueltas contra ellos, por su integrismo, y la taifa vivió en una gran inestabilidad política y bélica, hasta que fue conquistada por los almohades -otros integristas bereberes- a mediados del S XII; tampoco fue buena época. En 1238, tras cinco meses de asedio, el gobernante musulmán entregó la ciudad a Jaime I, que le permitió  al caudillo musulmán que se refugiara en Túnez.

 A ese 7% de judíos valencianos de la taifa de Valencia, a partir de la conquista de Jaime I,  hay que añadirle un número indeterminado de judíos de la Corona de Aragón que se instalaron en la ciudad bajo el marco del programa de repoblación, que se basaba en en conceder durante años exenciones fiscales y entrega de casas y  tierras. Pocos se atrevían a vivir en las tierras de frontera, por el peligro vital que eso implicaba, así que había que incentivar a los nuevos pobladores. Los judíos no tenían problema con disfrutar de esos privilegios porque sabían que no correrían peligro: no eran los reconquistadores.

La judería estaba dividida en tres manos: La má major, o mayor, la má mitjana, mediana,  y la má menor. La mà major  englobaba  a la aristocracia judía,  mientras que la mà mitjana estaba formada por el grupo de artesanos, mercaderes, comerciantes y gentes pertenecientes a las profesiones liberales, así como a los  intelectuales. El estamento productivo en el Antiguo Régimen, los laboratores.  La mà menor eran los económicamente más débiles (pequeños artesanos y gente con recursos materiales escasos) que estaban totalmente exentos de tributo fiscal al rey.

Puerta de los Judíos (Plaza Pinazos) entrada a la judería

En los archivos del Antiguo Reino de Valencia, según Hinojosa Montalvo  (el mayor estudioso de la valencianía hebrea) constan los primeros judíos aragoneses a los que Jaime I dio tierras:  un tal Yehudá de Zaragoza, a quien se le entregaron unas casas y un par de jovadas (terrenos capaces de ser labrados por una pareja de bueyes en un mismo día), Alçar Albufach, también zaragozano, a quien se le dio lo mismo en cantidad que al anterior, y así mismo a otro zaragozano llamado Juçe. (Yosef).  Al año siguiente las donaciones reales en Valencia fueron registradas a nombre de un judío de Alagón, Shimon Avenpescat y  otro Alaçar (pero éste de Huesca, a quien dieron todo un huerto en la judería)

Pero una de las familias más favorecidas será la de los Cavallería (nombre evidentemente ya converso) Yehudá ben Lavi -que así se llamaba-  fue no sólo tesorero de la monarquía aragonesa, sino también  de Bayle (goebernador  de Zaragoza) Fue muy recompensado por el rey tras la conquista de Valencia. De hecho, el año en el que falleció Jaime I, Yehudá ben Lavi era el bayle de Valencia, con privilegios como el pasto de rebaños de mil ovejas mientras uno de sus cuatro hijos viviera dentro de la judería. Su patrimonio era notable, porque además de lo donado por el rey se sumaba lo que él mismo compraba a los cristianos, siempre en las mejores tierras de regadío, lindando con los huertos del propio monarca. Todo propiedades para especular con ellas: la alquería de Malilla, por ejemplo, se la vendió a la viuda de Revaya, una tal Astruga, y con el dinero de la venta se compró una casa en Benimaclet. A uno de sus hijos, Salomón, se le concedió la bailía de la cercana aljama de Sagunto hasta 1275.

Que el rey otorgara estos privilegios no era muy corriente en la época y escandalizaba a gran parte de la Iglesia. No obstante, el sucesor de Jaime I,  su hijo Pedro III ,  acabaría sucumbiendo al clero cristiano  y a parte de la nobleza  y ya no permitiría que los judíos fueran bailes. Al dejar de colaborar con los órganos de poder urbano, quedando sólo como fuente de ingreso, las aljamas se empobrecieron, comenzando su declive en tiempos de Jaime II , y sufriendo las consecuencias antisemitas de la irrupción de la peste , incluso siendo la aljama sometida a oligarcas como Yehuda Altsar y llegando a su destrucción con las matanzas de 1391 ,  con la gran LA MASACRE DE VALENCIA.)

Jaime I fue el monarca que presidió la Disputa de Barcelona entre Ha´Rambán y un converso que deseaba la conversión de toda la judería ibérica. Pero eso es otra historia.

Bibliografía:

  •  Jaime I y los judíos, Asunción Blasco, Universidad de Zaragoza, Ediciones de la Diputación de Zaragoza.
  • Los judíos de Valencia, Hinojosa Montalvo, Universidad de Alicante, 2009