LOS JUDÍOS DEL PUENTE DEL ARZOBISPO

Notas sobre una pequeña judería de la provincia de Toledo.



 Al igual que no todos los judíos de Sfarad fueron grandes rabinos y médicos, así no todas las juderías de la Península Ibérica fueron grandes aljamas con grandes sinagogas e imponentes hechos. ¿Pero habríamos de olvidarnos  de estos lugares por una mera cuestión de dimensiones? Al contrario; estas pequeñas juderías, ajenas a los habituales círculos de  mercaderes de turismo con «aires judaicos»,  suponen un interesante reto para las investigaciones de los hebraístas y  los historiadores amantes del judaísmo hispano-hebreo.

  El Puente del Arzobispo, a 110 kms al oeste de la provincia de Toledo, en el valle del Tajo,  es el municipio más pequeño de toda Castilla; fue fundado  en el S XIV por el arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio, propietario de una aldea al otro lado del río para la cual quiso construir un puente. De la vigilancia de la construcción de ese puente, nace la localidad de El Puente. Hoy es conocida por su maravillosa loza verde esmeralda.

  Para 1388 el puente estaba construido y la aldea fue creciendo con molinos, hospitales para peregrinos que iban al monasterio de Guadalupe, etc. La llegada de la población judía parece ser que viene marcada por la huida de judíos de Toledo tras las matanzas de 1391, refugiados en este lugar nuevo que era propiedad de un amigo de los judíos. El médico personal del arzobispo, rabí Jaím, fue nombrado juez de todas las juderías del arzopispado toledano.

No obstante, hasta el momento, la primera documentación de la comunidad judía de El Puente es de 1450; como dice Pilar Tello y recuerda el Dr. Viñueles,  según documentos fiscales del arzobispado para ese año  en el Archivo de la Catedral de Toledo,  se adjudicó el cobro de los 30 dineros que pagaban los judíos a Ferrán García Rojo. La cantidad, que era fija, no dependía de la cantidad de judíos que vivieran en El Puente, sino que había sido estipulada para toda aljama castellana con el fin de  recordar las presuntas 30 monedas por las que Judas vendió a Jesucristo. 30 dineros era una cantidad bastante exigua, pero muy simbólica para marcar la primacía cristiana sobre la hebrea en aquellos tiempos.

 Todas las noticias que tenemos de la sinagoga son indirectas. Por ejemplo, contratos de compra-venta de casas que se describen como que lindan con la sinagoga en la calle Real. Aún existe tal calle con ese nombre, pero nadie sabe realmente en dónde estaba ubicada la sinagoga en cuestión. También se menciona en el  proceso inqusitorial toledano contra Moshé Albane, cuando una mujer atestigua que la esposa solía estar interesada en saber cuándo era el ayuno mayor -Yom Kipur- y que la había visto llevar aceite a la sinagoga de El Puente. (Este Moshé Albane de Toledo tiene el mismo apellido que el firmante de la Elegía por los Mártires Judíos de Toledo, la más completa narración versificada de la masacre de los judíos de Toledo en 1391. )

  También conocemos el nombre de un  rabino  natural de la villa que en 1492  hizo frente a  un pleito en la  audiencia  de Valladolid:  el bachiller  Juan de Corrales   fue acusado por  Rabí Sentó Qeruela de no pagar durante años el montazgo de su rebaño de carneros. El mntazgo era un impuesto que habían de pagar los ganaderos para que sus rebaños pudieran pastar por los montes; el rabino era el encargado de cobrarlo. El alcalde Alonso Pérez condenó a Juan de Corrales a que entregara al judío los 134 carneros que estaban en el puerto de Ramacastañas, o en compensación, 150 mrs. por cada uno. Pero hubo recurso y hubo de devolver 60 de aquellos carneros y pagar las costas  dek juicio, que ascendieron a 3.643 mrs.

 Otro judío documentado es Simuel de Frómista, de los más acaudalados de la villa, que vivía junto a la sinagoga. Lo sabemos porque el once de septiembre de 1469 entraron a robar en una  casa que tenía a las afueras, en el lugar llamado La Estrella, y aparte de robarle un tazón de plata -parece ser una copade kidush- se llevaron un caballo, 50.000 maravedíes  y, además,  secuestraron a su hijo Abraham y un primo de éste.

  Tras 1492, cuando todos los que no se quisieron convertir parten hacia Portugal, todas las propiedades judías, como sabemos, pasan a ser hacienda real que los monarcas reparten a su antojo. En el caso de las casas y tierras de El Puente, se entregan al primado de España, el Cardenal Mendoza.

  No todos optaron por el destierro, sino que muchos lo hicieron por el bautismo. Los conocemos por las listas de los inhabilitados -neocristianos a los cuales se les inhabilitaba para el ejercicio de ciertos oficios o ciertas vestimentas -como camisas bordadas en seda o anillos. En El Archivo Histórico Nacional constan 34 inhabilitados en El Puente que entre 1495 y 1505 compraron su habilitación a la Inquisición. También conocemos el caso de muchos conversos que regresaron de Portugal a reclamar las haciendas de sus antepasados. Algunos de estos retornados volvían solos, con el resto de la familia aún judíos.

Bibliografía:

Judíos y conversos de El Puente del Arzobispo (Toledo) en la Edad Media. Gonzalo Viñuales Ferreiro. Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, H.ª Medieval, t. 14, 2001