LOS JUDÍOS EN LA DIÓCESIS DE CALAHORRA

Notas generales de las aljamas bajo la jurisdicción medieval de una de las diócesis más grande de Castilla.


«Dioikesis» -administración, en griego- es el término usado por el Imperio Romano Tardío para gestionar las provincias de su enorme territorio. Tras la conversión del rey Recaredo al cristianismo católico, las diócesis son los distritos eclesiásticos bajo jurisdicción de un obispo. El hombre medieval, aun súbdito de un reino, tenía muy claro a qué diócesis pertenecía jurídica y administrativamente hablando. El judío, también sabía a qué diócesis pertenecía su aljama. La localidad de Calahorra,  hoy,  pertenece a La Rioja, y la diócesis calagurritana atiende a los cristianos riojanos, pero la comunidad autónoma de La Rioja no existía en la Edad Media y la diócesis de Calahorra se extendía hasta el Mar Cantábrico -concretamente a la localidad vizcaína de Portugalete,  hasta tomar parte de la provincia de Guipúzcoa, toda la de Alava  y todo lo que hoy es La Rioja. 381 localidadesd e Alava. 155 en Vizcaya. 39 en Guipúzcoa. 21 en Navarra. 255 en La Rioja. 38 en Burgos y 65 en Soria. Pero no en toda localidad hubo judería. En Guipúzcoa sólo hubo en Mondragón y Segura. En Vizcaya, tan sólo propiamente hablando en Orduña (y elementos dispersos en Bilbao) Pero en Alava y La Rioja eran abundantísimas a ambas riberas del Ebro, llegando a ser aljamas, como la de Miranda de Ebro.

 Las primeras noticias de judíos en la zona son del S XI, especialmente en Nájera y Calahorra, son las referentes a las regulaciones del Fuero de Nájera. Por esta fecha ya constan judíos como propietarios de viñedos. En Calahorra las primeras fuentes serias son del S XII. Alfonso VI, en el Fuero de Nájera, regula la actividad de los judíos porque en ese momento ha habido un gran movimiento migratorio de judíos que huyen del Al Alandalus con la invasión de los almorávides. y almohades, refugiándose en los reinos cristianos del norte.

Judería de Nájera, hoy

Ahora bien, la situación demográfica  no es continua en el tiempo. En el famoso Repartimento de Huete, de 1290, donde quedaron registrados los tributos de las aljamas castellanas, sólo figuran diez para la diócesis de Calahorra: Haro, Vitoria, Miranda de Ebro, Nájera, Albelde, Logroño, Calahorra, Arnedo y Alfaro. Pero casi un siglo después, la situación cambia por efecto, primero de las hambrunas derivadas de la peste negre de 1348 y  de las guerras sucesorias entre los dos hermanastros que lucharon entre sí entre 1360 y 1369, Pedro I y Enrique III. La contienda bélica se desarrolló principalmente en esta zona, con los ejércitos de Inglaterra y de Francia apoyando a uno o otro, en el marco internacional de la Guerra de los Cien Años. Y como colofón a este período de crisis, las matanzas antijudías de 1391 y sus olas de conversiones al cristianismo. Todo ello dibuja un nuevo panorama:  el judío abandona el centro urbano y se dispersa por el medio rural, donde estaba más seguro. Hacia la primera mitad del S XV, Burgos, Segovia o Toledo apenas tienen judíos, pero renacen las juderías de Hita,Talavera, Maqueda…En la diócesis de Calahorra, Nájera -donde se ejecuta la Batalla de Nájera y donde se asalta la judería en 1360 por su apoyo a Pedro I- pasa de pagar 19.318 maravedíes a pagar 1000 en 1439. Calahorra pasa de 11. 692 a 5.210.

 El campo a orillas del Ebro es rico -había muchos judíos que eran campesinos- y proporcionaba unas condiciones ideales para el cultivo de la uva y la industria vitivinícola (de especial interés halájico) Pero quizás el mayor motivo de asentamiento en la zona sea el Camino de Santiago, que promovía un desarrollo del artesanado y el sector servicios -hospitales y hospederías- muy suculento para medrar. Con el tiempo, incluso mucho: en 1152 luçef Arraiosu, judío de Calahorra, figura como merino, es decir, como gobernador de toda la comarca; en el SXII fueron alcaldes en Calahorra dos Petro Zaheit, posiblemente padre e hijo.

 Para acercarnos a saber más o menos de cuántos judíos estaríamos hablando la historiografía analiza el pago del impuesto llamado «Castellanos de Oro», una tasa especial para sufragar la guerra contra el reino nazarí de Granada. Todo varón mayor de veinte años pagaba  un  castellano – 485 maravedíes- que te eximía de participar en la contienda. Contrastando estos datos con los que pagaban juderías como la de Cáceres, con cneso seguro, estaríamos hablando de entre 14.000 y 15.000 familias en la Diócesis de Calahorra. En términos medios, entre el 5% y el 10% de la población total, pero con datos muy dispares entre distintas aljamas: en Calahorra, el 16% -450 familias- pro en Miranda el 24% -48 familias- ya que el total de esa localidad era sólo de 200 familias. Son las mismas estadísticas que para el resto de Castilla.

De entre todos ellos, famoso es Rabí Leví de Nájera era el rabino de la localidad cuando se decretó  EL EDICTO DE GRANADA y uno de los muchos que desestimó la conversión, además de uno de los que siquiera quiso permanecer en la Península Ibérica, embarcándose en la aventura de comenzar una nueva vida en Constantinopla. No obstante, la familia pasó a vivir a la localidad galilea de Tsfat, donde nacerá  su hijo, Moisés de Nájera, en hebreo Rabí Moshé Nayera, que desde su juventud fue darshán -comentador de La Torá- y rabino de altísima piedad. Moshé fue padre en 1555 de un niño al que llamaron Israel.  Pero en  1578, tras una violenta revuelta musulmana contra los judíos tzfatíes, tomó a su familia -con su hijo Israel- y se refugiaron en Damasco. Allí Moshé  fue líder de la tradición de las mishmarot, especie de vigilia  estudiantil de La Torá en los novilunios -Rosh Jodesh- que la comunidad siria mantiene hasta nuestros días. Y redactó un compendio de saberes talmúdicos de la primera era rabínica (Jazal) con sus correspondencias, Ha´Lakoaj Tov, que fue primordial para posteriores estudiosos. Murió en 1580 y fue enterrado en Damasco.

La sinagoga de Calahorra -en donde en 1167 murió rabí Abraham Ben Ezra, z´´ l-  se ubicaba en los terrenos donde luego se levantó el convento de S. Francisco, hoy museo de pasos procesionales. La Torá de esa sinagoga hoy está en el claustro de la catedral de Sta. María, donde se encuentra el Museo Diocesano de Calahorra. El día 13 de junio de 1900 tuvo lugar un terrible incendio en la Catedral; acabó con todo el retablo mayor. Veintinueve años después  del incendio, los canónigos D. Fernando Bujanda y D. Julián Cantera, encuentran el pergamino de la Torá. ¿Dónde? Se encontraba a modo de cubierta o envoltura de dos libros de actas del Cabildo Catedralicio, concretamente a los correspondientes a los años 1451-1460 (con cuatro columnas de escritura ) y 1470-1476 (con cinco columnas de escritura muy deteriorada).

 

Bibliografía básica: Enrique Cantera Montenegro, Las juderías de la diócesis de Calahorra en la Baja Edad Media,  tesis doctoral de la Universidad Complutense , Madrid, 2015