MOSHE AMAR Y LOS ÚLTIMOS TESOROS SEFARDÍES

El catedrático y rabino Moshe Amar, erudito del sefardismo, denuncia que el auge del turismo folclórico ha desterrado del ámbito académico el legado verdadero del judaísmo: la exégesis teológica de La Torá.


Moshe Amar, hoy por hoy uno de los mayores estudiosos  mundiales del legado sefardí se dedica básicamente a no permitir que las circunstancias socio-culturales de nuestro tiempo  hagan desaparecer por completo y para siempre el trabajo intelectual de muchos sefardíes durante muchos siglos. Y eso lo convierte en una rara avis de los círculos académicos israelíes , donde por diferentes motivos prevalece lo antropológico sobre lo teológico.

Según sus conclusiones, expresadas de forma pública en suplementos culturales de diarios israelíes de gran tirada,  el problema viene de lejos, de los años ´80 del siglo anterior, o  incluso antes,  de los ´60, cuando en Israel se publicaron polémicas obras como «La Revolución Askenazi», de Kalman Katzenelson, que propugnaba que los askenazíes eran superiores a los sefardíes y que éstos debían aprender yidish.

Con el grito en el cielo se creó entonces el instituto por la conservación del legado sefardí. Pero lo ha cerrado la controvertida  ministra Limor Livnat.

Radicado en  Israel desde  1963, el talmid de la yeshivá Porat Yosef se convirtió en rabino; y  luego en experto en paleografía  y epigrafía hebreas en la Edad Media:  estudia las escrituras antiguas, indaga y rastrea las huellas de manuscritos que localiza, adquiere y ,después,  examina, analiza antiguas inscripciones y recopila y conserva todo lo que está escrito por los sefardíes a través de los tiempos. Durante años ha estado completamente solo en la lucha por la búsqueda de fondos que sufraguen las investigaciones y conservación de ese legado  en todo el Magreb. Según él,  mientras que existe y crece el interés por la música y la gastronomía  de las comunidades orientales,  se  descuidan y desatienden tesoros de las ciencias sociales,  espirituales ,  con siglos de antigüedad y con unos contenidos capaces de enseñarnos muchas cosas.

Después de haber  tenido cierta escolarización en clases de las Fuerzas de Defensa de Israel, pasó directamente al mundo universitario cuando conoció a Jaim Ze’ev Hirschberg, el fundador de  los estudios de investigación  de los judíos del norte de África en la Universidad Bar-Ilan. Sin tener acabada la secundaria,  era tal su conocimiento de todo tipo de manuscritos que que Hirschberg quedó maravillado y  en 1975 fue admitido como estudiante, llegando a doctorarse en esa misma universidad, donde ha impartido sus clases.

Amar preside actualmente la asociación «La luz de los judíos del Magreb» , una entidad destinada a la preservación de ese patrimonio cultural único que no debemos perder.

Después del Comité Biton de 2016, que supuestamente fomentaría el legado orientalista en  la educación israelí , se podría suponer que las cosas estaban  a punto de cambiar , pero  sin embargo  la ministra de Cultura y Deportes, Miri Regev, solo  alienta  la cultura popular, lo folclórico, lo «compartible»  en las redes sociales de modo instantáneo para perdurar un minuto.

Prof. Haim Ze’ev Hirschberg

Amar, que ya está  jubilado, viaja por su cuenta a Marruecos para continuar la recopilación de todo ese precioso y preciado material intelectual que muchos desprecian. Entre los tesoros que descubre, un antiguo libro de poesía, escrito por un diplomático judío del siglo XV llamado Avraham Ben Zimra, que fue  escrito solo una o dos generaciones después del Decreto de la  Alhambra. Lo encontró de casualidad en una tienda de antigüedades,de esas que cierran la puerta del negocio para poder bajarte a sus sótanos. Además del poemario había incluso Sifrei Torá. Compró el poemario por 1000 dólares de su bolsillo.

Entre los textos que Amar guarda en sus archivos se encuentran los protocolos de los tribunales rabínicos locales, que cuentan la historia de comunidades enteras: historias de plagas, pogromos, dificultades, pero también filosofía, literatura  y mucho más.

Actualmente está implicado en la creación de un instituto en Jerusalén donde agrupar a una serie de rabinos con actividad académica para capacitarlos como docentes universitarios de la tradición halájica sefardí,porque según él, los estudiantes actuales, en el mejor de los casos, sólo conocen lo más notorio de la tradición lituana.