MOSHÉ DE CUÉLLAR , EL HOMBRE MÁS RICO DE BUITRAGO

 Historia de un judío de la sierra madrileña que de ser riquísimo pasó a perderlo todo.


 El 26 de octubre de 1474,  la presunta  hija de Enrique IV de Castilla y Juana de Portugal (o de ésta y Beltrán de la Cueva) tiene doce años. Cinco inviernos antes, mediante el Pacto de los Toros de Guisando, había dejado de ser Princesa de Asturias -heredera de la corona- para que lo fuera su hermana Isabel (La Católica) Juna pasó toda  su infancia  custodiada por D Iñigo López de Mendoza en los castillos de Buitrago del Loyoza,  luego en el castillo de Escalona y el Alcázar de Madrid. Ahora, con doce años, va a firmar las capitulaciones de sus esponsales con el Duque de Guyena, hermano de Luis XI de Francia. Y el sitio para esa ceramonia sería la Heredad de Santiago.

 Santiago, como localidad, hoy ya no existe. Sólo queda de ella las ruinas de su iglesia, con una tenebrosa espadaña en el valle del río Loyoza, en la Sierra de Guadarrama, muy cerca de la preciosa localidad de Buitrago,  a unos 85 kms al norte de Madrid. En el S XI, cuando está a punto de consumarse la toma de Toledo, los señoríos segovianos se han ido extendiendo sobre la comarca y han  sido repoblados con  mudéjares y judíos. Más tarde, ya en el S XV, la Heredad de Santiago está dedicada a la ganadería y allí viven los empleados de D Moshé de Cuéllar, el judío más rico de todo el valle de Lozoya, una persona que tiene tanto poder como para estar lo suficientemente cerca de la monarquía y prestar sus dominios para ceremonias reales. No en vano estaba a cuatro leguas del Castillo de Buitrago de Lozoya, propiedad y residencia de los Duques del Infantado, título nobiliario que ostentaba la Casa de Mendoza, a la que como hemos dicho pertenecía el tutor de Juana La Beltraneja, D Iñigo López de Mendoza, segundo hijo del Marqués de Santillana (quien tiene como mayordomo mayor del castillo de Hita a Yehudá Alazar. D. Iñigo López tuvo a David de La Hija a cargo de su mayordomía)

 Pero tan buena posición social como tenía Moshé de Cuéllar  va a cambiar bien pronto y de manera no sólo sorpresiva sino también traumática.

 De entrada , ese mismo 1474, en otoño, muere Enrique IV (que tenía por médicos a dos judíos, los físicos Samaya Lubel y su hijo Abraham Lubel) Al año siguiente se declara la Guerra de Sucesión entre los partidarios de La Beltraneja y los de la Católica, concluyendo en 1479, como sabemos, con el triunfo de Isabel I de Castilla.

 Moshé de Cuéllar , el más rico hombre de Buitrago entre los hebreos, en los próximos doce años de su vida va a haber como se avecina su absoluta ruina cuando los Reyes Católicos decreten, para sorpresa de todos, el edicto que exige o conversión o expulsión.

  La enormidad de los bienes de Moshé de Cuéllar la conocemos por los estudios que hizo Francisco Cantera Burgos sobre los   documentos custodiados en el Archivo Histórico Nacional: el Inventario o apeo de los bienes raíces que los judíos dejaron en la Villa y Tierra de Buitrago, realizado desde el 22 de julio hasta el 6 de agosto de 1492. En ese inventario se nos ofrece la posibiliad de saber que había dos sinagogas, y que en una de ellas, intramuros, había un patio donde estaba la carnicería, además de la vivienda del rabino, r Samuel. En total eran 55 casas judías intramuros y 31 en el arrabal. Moshé de Cuéllar era propietario de ocho de esas casas dentro de las murallas y de tres pares de ellas, algo dejadas,  en el exterior. Pero tenía muchas más propiedades: por jemplo, en el paraje llamado Las Pozas -nombre del que luego se servirán familares convcrsos, los Del Pozo- tenía un  linar (terreno para plantar lino) y una finca conocida como el Prado de Cañuelo.

 En la  antes mencionada Heredad de Santiago -que era propiedad también de su padre, Yaakov de Cuéllar y  el hermano de Moshé, Abraham-   habían desarrollado una factoría agro-pecuaria donde también se fabricaban quesos, con tres pares de casas para los arrendatarios y pastores de ovejas merinas cuya lana lavaban en otras casas. Eran   también propietarios de molinos y aceñas.  Además, tenía propiedades en Villavieja, terrenos baldíos, linares, prados , hazas (pequeñas franjas de tierra) que ascendían a 59 entradas en el inventario de lo que pasaba con la expulsión a manos de los Reyes Católicos. En total, la valoración de toda la propiedad de Moshé de Cuéllar se cifró en 101.845 maravedíes. Y unas rentas anuales que rondaban los 9.000.  Una barbaridad.

 Aunque no está del todo comprobado, Moshé podría ser hermano del regidor de Segovia, Gonzalo de Cuéllar, que fue quemado por la Inquisición en 1490 por judaizante. En el trestimonio del proceso inquisitorial consta Moshé, su hermano y su hijo, r. Abraham. De igual modo constan sus nombres en un contencioso en Medina del Campo, pues el ejecutado había dejado deudas sin pagar y , por tanto, ahora los familiares de los de Cuéllar tenían heredada una deuda enorme  con los mismísimos Reyes Católicos:  393.000 maravedíes.

 El hijo de Moshé se convirtió con el nombre de Iñigo Lopez de León y fue regidor de la villa de Buitrago después de la expulsión. Pero fue también condenado por judaizante y la mitad de su hacienda, que no era poca, pasó regalada por Carlos I de España y V de Alemania a la familia Mendoza. Su hijo se llamó Alvar López de León y fue vecino en 1532 en Alcalá de Henares.