
En una de las principales calles de la antaño capital de un imperio, la Acera de Recoletos, hubo un cementerio judío.

En 2002, al irse a realizar trabajos de renovación en la calle, apareció allí un cementerio judío que los estudios arqueológicos pertinentes dataron en el año de 1411. Habían encontrado 78 enterramientos , con 26 esqueletos de adultos y niños, en disposición oeste-este , con los brazos extendidos juntos al cuerpo y con las palmas de las manos hacia arriba. Esta modalidad de enterramiento la denominan los medievalistas como «decúbito supino»
La verdad es que ese campo santo ya había sido descubierto en el S XVIII, cuando fueron a cavar los hoyos para plantar los árboles del Paseo. Pero entonces pensaron que era un cementerio romano y, para nuestro pasmo, no le dieron importancia.
En el lugar -que en nuestro tiempo, para mayor pasmo, se volvió a tapar- hoy luce una triste inscripción en hebreo (con varias faltas de ortografía) Pretende decir la placa «Comunidad de Valladolid» , pero ni el sonido de la doble ele se escribe en hebreo como la han escrito , ni el signo de vav lleva punto al centro cuando es /o/ (se lee, finalmente, *Ualdulid, y no Valladolid)
«Son tumbas de tiempos antiguos, en las que unos hombres duermen el sueño eterno. No hay en su interior ni odio ni envidia. Ni tampoco amor o enemistad de vecinos. Al verlas mi mente no es capaz de distinguir entre esclavos y señores».
Moshe Ibn Ezra

Según archivo, los judíos compraron el terreno del camposanto no más ni menos que a la orden de los dominicos, la creadora de la Inquisición; concretamente, compraron un campo que tenían en el convento de S. Pablo, otorgándose escritura de la compra el 18 de agosto de 1413, ante el escribano Juan Alonso de la Rua y comprometiéndose los compradores a abonar el convento “en dos plazos y por los cuatro primeros años, treinta y cinco florines de oro del cuño de Aragón en cada uno de los dichos años, y cuarenta en cada uno de los sucesivos”.
Hay otro dato: la judería de Valladolid aportaba el 3% de lo recaudado de los judíos de toda Castilla, 69.530 maravedíes, de los más de dos millones y medio que tributaban los hebreos castellanos. Lo que lleva a pensar que serían unas dos mil personas, sin contar niños ni mujeres, lo que en Historia medieval se llama mil fuegos, mil hogares. Los judíos de Valladolid figuraron ya formando aljama en el repartimiento de Huete de 1290.
No queda sino la literatura: «La Ruta del Hereje», inspirada en la novela del escritor y periodista Miguel Delibes, tiene parada en el almacén de la Judería de la calle San Quirce. Otra de las obras que hacen referencia a la vida de los judíos en Valladolid es ‘Los locos de la Costanilla’, del asturiano Miguel Ángel Galguera.
Bibliografía:
- Moreda Blanco, Javier (2009). La Necrópolis Judía del Paseo de la Acera de Recoletos (Valladolid). Valladolid: Junta de Castilla y León.