ORFEBRES DE ZARAGOZA EN EL S. XIV

Otro de los grandes legados de los judíos hispano-hebreos: el arte de la argentería, extendido por todo el orbe sefardí.


Orfebre judío en Marruecos

La orfebrería, la técnica artesanal que trata los metales nobles -oro, plata, platino, etc.-  está muy ligada al Oriente Medio, donde ya desde tiempos inmemoriales las culturas sumeria y egipcia se dedicaban a ello. Los egipcios consideraban al oro una manifestación divina del Sol. Los hebreos, nada más salir de Egipto, cuando iban ya por el versículo 31 del Libro del Exodo, también van a vivir la experiencia divina del metal: Ha´Shem, diseñador de todo lo que hay sobre el Planeta Tierra, le dice a Moshé Rabenu que ha escogido a Betzalel Ben Uri, de la tribu de Yehudá, para llenarlo de Espíritu Divino, Sabiduría, Inteligencia y Capacidad Creativa  y que así pueda realizar  trabajos artísticos en oro, plata y  bronces , tallar gemas preciosas en el peto del Sumo Sacerdote y crear el Arca de la Alianza con toda la utilería litúrgica, La Menorá y todo lo que sea necesario para el culto… Betzalel fue el primer artista del mundo hebreo. Por eso hoy la Academia de Bellas Artes de Israel lleva su nombre. Y a partir de Betzalel la tendencia hebrea al oficio de la orfebrería es notoria. Betzalel sería el término ante quem del asunto; el término post quem sería la dinastía de los Azuelos, tres generaciones de plateros en Rabat, herederos de las artes del Al Andalus, que recogieron la tradición de los plateros de Tánger , para abrir tiendas de lujo en Casablanca. En medio, los plateros del Yemen y de El Cairo, los judíos sefardíes cautivos en Malta por los Caballeros de la Orden de S. Juan,  r. Yehudá ben Atar, av del Beit Din de Fes que no quiso nunca tener más sustento económico que el de la orfebrería , el monopolio judío  de la platería en Melilla, etc. etc. etc.

Pendientes de plata en forma de Sefer Torá

A los plateros, en la Edad Media, se les llamaba «argenteros». Aunque los judíos hispanos ya se habrían dedicado al oficio de la plata en tiempos de los romanos y los visigodos, y por supuesto en la época musulmana, los que mejor conocemos son los de la Corona de Aragón, en especial los de las ciudades de Barcelona, Valencia y Zaragoza.

 Los argenteros maños, parece ser , pertencecían todos a la sinagoga de D. Benviniste, que por eso se llamaba de «los argenteros» y un siglo más tarde habitaban en la calle » de la argentería», en plena judería. De aquí se deduce que no sólo eran abudantes sino también importantes, familias de cierta alcurnia que transmitán sus artes a través de generaciones y no de aprendices, como los Almalí y los Xueu (Judío) .

 

Bandeja de oro de la Edad Media, con motivo judío.

 Los Almalí, en el  s XIV, nos son conocidos porque, dedicándose a la medicina y la artesanía, pagaron grandes sumas de impuestos al rey que los protegía.

 Salomón Almalí – de almá, עלמה, jovencita en hebreo- era hijo de un platero llamado Barón –Bar es hijo en arameo («ben» en hebreo) y el sufijo «on» es de dimunitivo.  Debía de ser muy respetado en la comunidad de la sinagoga de D Benveniste, pues en 1352 figura como el encargado de recaudar todos los impuestos de sus fieles para entregarlos en nombre de la aljama. Tuvo  dos hijos, Barón -la tradición de llamar al nieto como el abuelo-  y Yehudá. El año en que nació éste último, 1375, Salomón Almalí cobró por ciertos trabajos encargados por el arzobispo de Zaragoza. (Que los judíos se encargaran de realizar la utilería litúrgica de los cristianos se acaba a principios del SXV, después de la Disputa de Tortosa, pues el Papa Luna, Bonifacio XIII lo prohibe.)

Yehudá Almalí fue quien heredó el oficio del padre y quien continuo siendo el argentero del arzobispo , D. Lope. Era tan afamado y fino su trabajo que no sólo realizaba obras en Zaragoza, sino que también consta que recibió 540 sueldos por realizar un crucifijo de plata para la iglesia de Alcañiz. Casó con Yamila , que le dio una hija a la que llamaron Dueña. Esta joven Almalí, valga la redundancia, admitió el Kidushín -el compromiso nupcial-  de un judío de Calatayud llamado Samuel Abenshaprut, pero no consta que pasaran por la jupá -el palio nupcial hebreo. (En aquella época el kidushín ya implicaba que la comprometida estaba totalmente sujeta a la Ley de Moisés, por lo tanto, aun no pasando por la jupá sólo podía divorciarse mediante la concesión de un guet, el documento de divorcio hebreo)

Anillos de boda de Fez y de venecia, en el Museo de Hª y Arte Judíos de París

Por otra parte está también Bonafós Almalí, que quizás fuera hermano de Salomon. Bonafós tuvo un hijo, Yucé, que también fue platero. Y debía ser muy bueno en ello, pues consta que recibía encargos de Dña. Leonor de Sicilia, tercera esposa del rey Pedro IV El Ceremonioso y madre de madre de Juan I de Aragón y de Martín el Humano,  así como de Leonor de Aragón, esposa del rey Juan I de Castilla. En 1361 ,  por una «cassola» (cazuela) de algo más de dos onzas de plata Dña Leonor le abonó 42 sueldos. (A su posible primo Yehudá le pagaron 540 en Alcañiz por un crucifijo) Yucé Almalí fue presidente de la comunidad de los argenteros y también se hacía cargo de la cofradía de los enterramientos (Kbarim) es decir, la Jebrá Kadishá. También se sabe que poseía casas en la parroquia de S Lorenzo, es decir, en el linde la judería con el barrio de los cristianos, junto a una iglesia mozárabe destruida cuando la guerra de los franceses, y por tanto vecino del arzobispo Bienvenist de la Caballería.

 Yucé llamó a su hijo como el abuelo. Bonafós. Y también heredó el oficio de su padre, pero sólo sabemos de él que fue testigo en un par de juicios, que tenía una viña cerca de un pozo llamado del Carmen, que prestó 200 sueldos a un pintor llamado Guillén de Leví (converso) Bonafós Almalí, aunque Zaragoza no vivió las masacres de 1391 por toda la Península Ibérica, sin duda estaba al corriente de las destrucciones de las aljamas de Sevilla, Valencia, Palma de Mallorca, Barcelona, Gerona, etc. Ese mismo año de 1391 el merino de Zaragoza  encargó  a un descendiente de los Almali, Abraham, un salero para el rey D. Juan. 10 florines de oro.

 No sólo los Almalí sededicaban a la argentería. También estaban los Abenxueu ( Ha´ben Xueu, El hijo del judío) Bonafós y Moshé  Abenxueu.

 Bonafós estaba relacionado con el mundo artístico, tanto judío como cristiano, y no sólo en Zaragoza sino también en Valencia, especialmente con un platero llamado Juan de Luna. Además de platero fue recaudador de impuestos.

 Moshé pertenecía a la mano mediana. En la aljama había tres manos, o grupos socio-económicos: alto, mediano, y bajo. Moshé  , en paralelo a su trabajo como argentero, represntaba a la mano mediana de la sinagoga de los argenteros ante las autoridades municipales. Y también por eso fue recaudador de impuestos, pues servía de enlace entre el funcionariado real y la aljama misma.

Rimoním de Sefer Torá en la catedral de Palma de Mallorca

 Otros plateros de los que se tienen datos es Salomón Abenardut o Salomón Aborrabe, que en 1368 fue denunciado -en falso-  por haber comprado unas joyas que habían sido previamente robadas. Le pagaron 10 florines por hacer dos  perfumadores  de ocho onzas de plata  para el rey. La mitad que a su colega Yucé por el salero del rey D Juan.

 De la misma manera que Ibn Gavirol, esplendor de las letras hispano-hebreas, nacido en Málaga, pero radicado en Zaragoza, estaba el platero conocido como Abraham Almalaqui, el malagueño, que ya era platero junto al río Ebro en 1384.

 Abraham de la Caballería -miembro de esta ilustre familia- hijo de D Yuce y Dña Oro, en 1355  tuvo quince días para  hacer un cinto de plata de once onzas. El camarero del rey Pedro el Ceremonioso le pagó 120 sueldos por una cinta de plata de ocho onzas y media.  Así dice Asunción Blasco Martínez, catedrática de la Universidad de Zaragoza.