PARASHAT HA´SHAVÚA: «RE´E»

Parashá: Re´é, רְאֵה‎, Mira. Deuteronomio 11:26–16:17. Haftará 3 de consolación, haftará majar jodesh: 1 Samuel 20:18–42. Darshán:  Morenu veRabenu HaGaón HaTzadik Rabí David Janania Pinto shlita



“La bendición, que atendéis las
mitzvot de Hashem, vuestro Dios,
que yo os prescribo hoy” (Devarim 11:27).

El lenguaje del versículo es motivo de extrañeza. ¿Por qué dijo “La bendición, que atendéis las mitzvot de Hashem, vuestro Dios”? El versículo debió haber dicho: “La bendición, si atendéis las mitzvot de Hashem, vuestro Dios”, como dice en el versículo que le sigue: “y la maldición, si no atendéis las mitzvot de Hashem, vuestro Dios y os apartáis del camino que yo os ordeno hoy, para ir tras dioses ajenos que no habéis conocido”.

Me parece que se puede esclarecer que Hakadosh Baruj Hu viene a enseñarnos que el solo hecho de atender las mitzvot de Hashem es bendición, porque a veces el hombre siente que debido a que cumple las mitzvot y atiende la voz de Hashem, pierde algo de este mundo terrenal, como, por ejemplo, el hombre que cierra su negocio en medio del día por un cuarto de hora para rezarla tefilá de Minjá, puede pensar que está perdiendo clientes de esa forma. Hakadosh Baruj Hu quiso enseñarnos que no es así. Aun cuando a nuestros ojos pareciera que en esos momentos está teniendo alguna pérdida, cuando se ve el cuadro en su totalidad cada cual podrá ver fehacientemente que Hashem lo hace todo para bien, y aquella “pérdida” que tuvo, fue, en sí, para bien. Incluso Moshé Rabenu, cuando Hashem le dijo que no podía entrar a la Tierra de Israel, habrá pensado que aquello era algo muy malo, a tal punto que suplicó ante Hakadosh Baruj Hu, en 515 tefilot que le permitiera entrar a la Tierra de Israel. Y la intención de Moshé Rabenu no era la de entrar para comer del fruto de la tierra, sino tenía la intención de favorecer al Pueblo de Israel, pues dijeron nuestros Sabios, de bendita memoria (Tratado de Sotá 9a) que si Moshé Rabenu hubiera entrado a la Tierra de Israel, él habría construido el Bet Hamikdash, y dicha edificación no hubiera podido ser destruida nunca, porque ningún enemigo del Pueblo de Israel pudo nunca tocar siquiera nada de lo que había hecho Moshé Rabenu, ni Shelomó Hamélej.

No obstante, precisamente de este castigo, aparentemente muy duro, que recibió Moshé Rabenu surgió algo muy bueno, porque debido a que el Bet Hamikdash sí se destruyó, nosotros estamos a la expectativa de su reconstrucción, con el tercer Bet Hamikdash. Éste será mucho más grande y hermoso que los dos que le precedieron, y la Shejiná no la abandonará jamás. Solo el que tiene la cabeza sumergida por completo en la Torá y en el cumplimiento de las mitzvot ameritará esta bendición. Esto está insinuado en el versículo:

“La bendición, que atendéis
las mitzvot de Hashem, vuestro Dios”,

en donde el término et (את :traducido aquí como ‘la’) alude a todas las letras del alfabeto hebreo, desde la primera —la álef (א ,— (hasta la última —la tav (ת — (con las que fue escrita toda la Torá. Y el término asher (אשר :traducido aquí como ‘que’) contiene las letras con las que se puede formar el término rosh (ראש : ‘cabeza’), porque solo al que introduce la cabeza únicamente en la Torá y las mitzvot, Hakadosh Baruj Hu lo protege de toda angustia y aflicción, y le da una abundancia de bendiciones y éxitos, y no pierde nada de su servicio a Hashem.

Muchas veces, cuando recibo al público y escucho las aflicciones del Pueblo de Israel, y mi corazón se llena de mucha angustia, me surgen pensamientos: “¿Qué hago yo inmiscuyéndome en las angustias de Israel? ¿Por qué tengo que escuchar tantos problemas?”. Pero entonces llega algún joven que me pide mi bendición para tener éxito en Torá, lo cual es lo más importante para él. Él no pide riqueza ni tener éxito en sus negocios, ni en encontrar la pareja adecuada, ni ningún otro aspecto; solo el estudio de Torá y el cumplimiento de las mitzvot. Jóvenes como éste me dan fuerza para continuar, porque veo que hay un futuro para el Pueblo de Israel. ¡Dichosos los Hijos de Israel para quienes la Torá y el cumplimiento de las mitzvot se encuentra a la cabeza de sus prioridades!

El Jumash de Devarim no habría sido escrito si el Pueblo de Israel hubiera entrado a la Tierra de Israel directamente después de haber recibido la Torá en el Monte Sinai. Resulta, pues, que el pecado de los espías fue lo que nos dio el mérito de tener todo un tomo más. El Rambán dice (en la introducción al Jumash Bereshit) que todas las letras de la Torá son Nombres de Hakadosh Baruj Hu. Y nuestros Sabios, de bendita memoria, dijeron, además, (Bereshit Rabá 74:17) que seiscientas mil letras tiene la Torá, las cuales se paralelan a las seiscientas mil almas que tiene la congregación de Israel. Resulta que, si no fuera por el pecado de los espías y el castigo que ello ocasionó — de deambular por el desierto por cuarenta años — no habríamos ameritado tener el Libro Devarim, y habríamos perdido muchos de los nombres de Hakadosh Baruj Hu. Asimismo, muchas almas sagradas de la congregación de Israel no habrían podido descender al mundo.

Lamentablemente, hoy en día abundan los aparatos que apartan al hombre de su estudio de la Torá, y lo expulsan del mundo. Es necesario saber que en el corazón el espacio está limitado, y si lo llena con sandeces no le va a quedar mucho lugar para el estudio de la Torá en absoluto. David Hamélej, alav Hashalom, dice (Tehilim 109:22):

“Y mi corazón es un espacio en mi seno”;

con esto, David Hamélej quiere decir que él degolló la Inclinación al Mal que tenía en su ser, a tal punto que su corazón era un ámbito muy espacioso que podía llenar con más y más Torá y mitzvot. Nosotros, asimismo, no debemos dejarnos ser atraídos por los avances de la tecnología y los aparatos sofisticados del mundo terrenal que a cada día se renuevan y modernizan, porque al momento en el que dicha tecnología nos desconecta del Creador del Mundo, debemos alejarnos de ella como quien se aleja del fuego. Y a aquel que, por el mérito de su alejamiento de dichas atracciones, logra agregar tan solo media hora de estudio de Torá cada día, o de realizar más actos de bondad cada día, Hakadosh Baruj Hu le hará ver de forma fehaciente que no se perdió de nada de los avances de la tecnología, sino, al contrario, Hashem estará de su lado para que tenga éxito en todo a lo que se dedique.