¿POR QUÉ JANUKÁ ES LA FIESTA DE LOS NIÑOS?

Algunas consideraciones dignas de ser tomadas en cuenta sobre la celebración de Januká y sus significados.


La clave, como casi todo en el judaísmo, está en la palabra –eso que nos diferencia del resto de los animales y que es, en última instancia,  lo que significa que  fuéramos creados  a SU imagen y semejanza. La palabra hebrea  Januká es una palabra compuesta,  por un lado, con  una raíz verbal –janu , de lajnoj, לחנוך, inaugurar (de donde el nombre propio Janoj, Enoc en lenguas occidentales) y por otro lado, de Ká, que es como se pronuncia el  pronombre numeral “25”, que en hebreo se representa mediante la grafía de Kaf (כ, 20) y He (ה, 5). La cifra 25 se refiere, como sabemos, a que fue el día vigésimo quinto del mes de Kislev cuando se produjo el maravilloso portento del aceite de oliva en la Menorá del Templo de Jerusalén; tras la independencia del Imperio Seléucida,  fue re-inaugurada su santidad. Januká, así pues,  ellos inauguraron el (día) 25.

¿Pero de dónde viene la sustancia semántica, el significado léxico del verbo lajnoj, לחנוך?

En hebreo damos las gracias diciendo todá, תודה, que viene del verbo lehodot, agradecer, להודות  -la primera oración del día, modé ani lefaneja, agradezco ante Ti- pero también, en hebreo culto, se dice Jen Jen, חֵן חֵן, que sería “Gracia”  en tanto que don sobrenatural concedido por Dios para que el ser humano se encamine hacia el perdón y la redención. De ese “jen” viene el nombre propio de Jana, que significa Gracia, aunque en las lenguas occidentales diera por corrupción lingüística el nombre de “Ana”. Y el nombre de Enoc, Janoj, significa, así pues, el que ha recibido el Jen, la gracia. Y es tal la cosa que de aquí viene la palabra jinám, gratuito (gratuito también del latín gratia, gracia, la gratificación divina sobre el Hombre)

Es decir, el jen, la gracia, es lo que se da cuando inauguras (lajnoj) algo, generalmente un edificio, bien sea por vivienda o por negocio. Le damos la gracia de que el futuro de esa novedad sea bueno.  De ahí el estado constructo Janukat Bait, Inauguración de una casa.

En español tenemos cuatro conjugaciones verbales (-ar, -er- ir- se) En hebreo tenemos una Menorá (donde está la Or, la Luz) Es decir, tenemos siete brazos de candelabro. Tres se corresponden a la voz activa de los verbos, tres a la voz pasiva;  y el central, el Shamash, la voz reflexiva: de lavar, lavarse.

Pues bien, Lajnoj, inaugurar, pertenece al brazo más largo de esa menorá verbal, un brazo que se llama PA´Al. El siguiente brazo se llama Pi´el, (esto son cosas que quedaron compuestas por judíos de Al Andalus en el S X d.e.c.) y en ese brazo Lajnoj da Lejanej, לחנך, que desde el punto de vista etimológico usa la misma raíz que lajnoj, y lo traducimos hoy por “educar”, de donde educación, jinuj, mejanej, educador, etc.

¿Por qué entonces de la acción de dar gracia a un edificio pasamos a “educar”?

Porque el ser humano es como una extensión del Templo (por eso comemos kasher, de forma apta para mantener la santidad de nuestro cuerpo sin corrupción) Y el Hombre, en su principio físico, en su ciclo vital, parte de ser un niño. Es decir, educar, desde un punto de vista judío –la haskafá, el contrapunto de la halajá- es inaugurar su camino como receptáculo físico de toda esa gracia divina que mediante el trabajo divino busca la redención.

Así que es en Januká donde por cuestiones históricas de los propios hechos celebrados, se aprovecha para educar a los niños en que los milagros son posibles no por la fuerza sino por la inteligencia (los macabeos no fueron una fuerza militar notable frente a los helenistas pero fueron una luz, una Or –de Menorá- que aplicó el estudio de las formas de lucha helenista para conocer “su talón de Aquiles”. Lo que en hebreo se llama “be´Moaj, lo be´Koaj” (Con mente, no con  fuerza) De igual manera los niños hebreos son “inaugurados” en el estudio, no en el uso de la fuerza. Y por eso januka es un momento adecuadísimo para que los niños, entre dulce y fuego, con canciones y juegos, inauguren su propio portento: su vida como judíos. Sabiendo que la soberanía del Pueblo de Israel sólo es del Dios Unico de Israel, y de nadie más.

© פדרו הוארגו