¿QUÉ ES «SHABAT SHIRÁ»?

 «Shabat Shirá», uno de los más singulares momentos del ciclo anual judío: el Shabat que precede a la luna llena del mes de Shvat.


En el calendario hebreo hay doce Shabatot especiales. Uno de esos Sábados es el denominado Shabat Shirá, שבת שירה, el Shabat de la Poesía/canción , literalmente.

¿Pero a qué se refiere? ¿Cuándo ocurre este Shabat?

El día quince del mes de Shvat -la luna llena de ese mes- se celebra la fiesta de  Rosh Ha´Shaná La´Ilanot (El Año Nuevo de los Arboles, el momento en que el mundo vegetal renueva su savia) un moed, una fecha,  totalmente mishnaico, es decir,  no aparece en La Torá (como otras fiestas, por ejemplo Januká) La fiesta de la renovación cíclica de lo vegetal -también creación de H´´-  es conocida por tal y cómo se puede pronunciar en hebreo esa fecha, Tú Bishvat, tet vav (15)  bi´shvat,  el 15 de Shvat.

El Shabat anterior a ese Rosh Ha´Shaná Arbóreo se lee la parashá de «Be´Shalaj» (Sefer Shemot, 13) y entonces, sobre la tevá de la sinagoga, al leer la Parashá de la semana, se entona el Canto del Mar, Shirat ha ´Yam, el cántico que el Pueblo de Israel entonó al cruzar el Mar Rojo mientras las mujeres, encabezadas por Miriam, bailaban para expresar su alegría.  Y y por eso Shabat Shirá.

Además, ese Shabat especial que celebra ese salto místico fundamental para la creación del pueblo hebreo,  tiene una costumbre: la de dejar  en los alféizares de las ventanas  -antes de que empiece el Shabat- migas de pan para que las coman los pájaros. Las aves  son un recurrido símbolo de la iconografía hebrea -empezando por la paloma de Noé.  Cuando Dios abrió las aguas del mar del final -Yam Suf-  para que los hebreos abandonaran la esclavitud egipcia, los pájaros se alegraron tanto de esa libertad que se unieron a los hebreos, acompañándolos con sus  alegres trinos y revoloteos, como  coro del cantar de júbilo de los judíos. Y los niños les daban de comer frutas prodigiosas que surgían en mitad del paso del mar. Lo más  probable es que se trate de una costumbre ancestral para tener oportunidad de captar la atención de los niños y poderles hablar de lo que cuenta la parashá, y pasar, como pasaron los hebreos el mar, la tradición de padres a hijos.

Este cántico también se entona en el séptimo día del moed de Pésaj, porque ese día es el que en realidad ocurrió el prodigio divino del mar.

Desde el punto de vista lingüístico,  la canción tiene su importancia idiomática: es ejemplo de hebreo clásico en  su etapa más arcaica, es decir, del más antiguo estrato lingüístico de la lengua hebrea.  Por estos motivos fue materia de estudio filológico por jajamím de la talla de Ha´Rambán (Najmánides) además de todos los filólogos actuales, claro está, porque este poema litúrgico sigue siendo actualidad.

EL 22 de mayo de 2007, el Museo de Israel, en Jerusalén -en el cual está el Santuario del Libro-  expuso al público un fragmento de un Rollo hebreo  datado entre los ss  VII-VIII  d.e. c. y  que  presenta el texto de Éxodo 13:19 a 16:1., el que contiene “la Canción del Mar”, Shirat Ha´Yam. El manuscrito fue encontrado a fines del S XIX en la Guenizá de la sinagoga de bene Ezra en El Cairo, pero repetimos, fue caligrafiado en el S VII, término ante quem.

El  texto de la Shirá se caligrafía, como se puede ver en esta captura fotográfica, de modo especial , de forma distinta al resto de texto en en los Sifrei Torá.

El Canto del Mar también se conoce como Az Yashir, Entonces cantó,  que son las dos primeras palabras del piut.

Y entonces Najshón, hijo de Aminadav, de la Tribu de Yehuda, creyó las palabras de  Moshé  Rabenu y se lanzó al  mar el primero. Pero aun así,  el mar no retrocedió y casi se ahoga. En ese preciso momento, Di-s Mismo apareció sobre el mar y de forma instantánea se abrió en doce sendas, una para cada tribu. Al abrirse el Mar Rojo también se abrieron todos los océanos, los ríos y los lagos del mundo; incluso todo aquello que contuviese agua, hasta el agua en vasos y jarras. Esto sirvió para informarle al mundo entero sobre el milagro que Di-s había producido.

Y aquí, su letra y música, con la voz de Amir Benayoum: