R. MOSHE CORDOVERO: HA´RAMAK

Nota biográfica general de uno de los grandes nombres de la Escuela de Tsfat, pilar fundamental del desarrollo de la primera generación de la era rabínica en la cual aún nosotros nos encontramos.


 Moshé Cordovero fue a nacer en 1522 -treinta años después del Decreto de Granada- pero no sabemos a ciencia cierta en dónde vino al mundo. Aunque no hay ningún documento que lo atestigüe, algunos dan por hecho  que nació en Tsfat, en La Galilea. Lo que sí es seguro es que su padre era el rabino Yaakov Cordovero, sefardí de Córdoba. El término Cordovero, con /v/ sería corrupción de la transliteración del nombre en hebreo a caracteres latinos según la lógica del inglés, pero deberíamos escribir Cordobero, porque el nombre hace referencia al origen sefardí del padre: Córdoba. Pero a pesar de todo,  hay que precisar que en España, concretamente en el Principado de Asturias, hay una localidad llamada Cordovero.

 Sí se sabe que creció en  la ciudad santa de Tsfat, donde desde el S XIV, con la construcción de la sinagoga de Eliahu , se fue desarrollando una comunidad judía importante que, tras 1492, se verá engrandecida con la llegada de muchos sefardíes para fundar lo que se llama La Escuela de Tsfat, el epicentro del orbe kabalístico en el S XVI. Otomana desde 1517, y dado su esplendor espiritual y económico ( con las artes de la industria de la lana castellana) y siendo, además,  sede de la primera imprenta que hubo en Eretz Israel, hacía que la población prevaleciera notablemente sobre la aún devastada Jerusalén.

  Cordovero estudió bajo el magisterio de r YOSEF KARO, AUTOR DE «SHULJÁN ARUJ» , lo que lo convierte en uno de los primeros representantes de la era rabínica de los Ajaroním (valga el oxímoron ) Fue ordenado por r. Yaakov Berav, nacido en la localidad hoy toledana de Maqueda , que en aquella época estaba tratando de reformar los procesos de ordenación rabínica propios de una nueva generación en el devenir del rabanismo.  El primer puesto del rabinato de Cordovero fue ser el dayán de Tsfat.

 Mientras tanto, en Jerusalén, r Shlomo Luria, askenazí casado con sefardiá, había sido padre de un niño, Yitsjak, que con el tiempo será el gran reformador del mundo kabalístico, creando un nuevo método de exégesis mística, el método del Ari. En 1570 , tras  una ardua experiencia supraterrenal, Ha´Ari llega a Tsfat, y Cordovero será su rabino. Aunque no por mucho tiempo, pues Ha´Ramak muró ese mismo año. No obstante, Ha ´Ari heredó el liderazgo rabínico de Cordovero y siguió su camino, aunque desde el punto de vista metodológico de la Kabalá sus caminos difieren.

Tomer Debora, su tratado moral, en edición para askenazíes

 La obra  de Cordovero es abundante, pero entre sus páginas todo el mundo conviene que su obra magna es   Pardés Rimoním, «El campo de las granadas» ;  es en este libro en donde  expone profundamente todo su método de estudio kabalístico, que si bien es nuevo -Cordovero es un pionero de la Edad Moderna Hebrea-  se caracteriza por no desdeñar los métodos de la generación precedente, la de los rishoním, en Sfarad.

También escribió, como gran mekubal que fue,  un libro sobre El Zohar y otro sobre el Sefer Ha´Yetsirá. Estas obras dicen que fueron compuestas después de haber escuchado la composición de «LEJÁ DODI» de su amigo y colega Alkabetz.

Fuera ya del ámbito de las esferas celestes,  nos dejó un libro sobre ética, Tomer Debora , un título complejo para traducir pues Debora además de un nombre de mujer es abeja y también un derivado del verbo diber, hablar…

  Por todo ello, desde el S XVIII, en la ceremonia de la recepción del Shabat se cantan en su honor los salmos 94 y 98 del Sefer Tehilím.

 La lista de sus discípulos es enorme: Abraham Galante, Elihau de Vidas, etc. La de los investigadores de su obra no es menor, pero uno de los indispensables es Yosef ben Shlomo, especialista en Filosofía de las Religiones, fallecido en 2007.

Falleció el 23 de tamuz de 1570 y fue enterrado en el viejo cementerio de Tsfat, donde miles y miles de judíos se acercan a rezar por la eternidad de su alma en agradecimiento a su legado para el orbe judío.