R YITZJAK BEN WALID

 Nota biográfica de Ner Ha´Maaraví, La vela occidental, considerado uno de los mayores rabinos de Marruecos.


Tetuán,  en la costa marroquí del Estrecho de Gibraltar, poblada y desarrollada por sefardíes y moriscos andalusíes,  en 1777 ya hace más de un siglo que está amurallada; su puerto es el único del reino de Marruecos en manos musulmanas. Además, en esta época de su máximo esplendor, ya es conocida como importante sede diplomática. Hasta que el 4 de febrero de 1860 los españoles la conquistan.

En Tetuán,  patria chica de grandes sabios sefardíes, en 1777 el gran rabino Shem Tov es padre de un niño al que llama como su abuelo, Yitzjak. Dicen que antes de haber llegado a la edad de Bar Mitzvá ya estaba claro que sería un gran rabino. A edad muy joven, quedó huérfano de padre y la familia vivió penurias económicas, pues sólo se sustentaba de lo que la madre ganaba repartiendo panes por las casas. La madre tuvo que ir vendiendo tomo a tomo los libros de El Talmud que tenía el difunto padre. Y el hijo, al ver la tristeza con que la madre se deshacía de estas joyas y así poder alimentar a sus hijos, hizo la promesa de que haría todo lo posible para recuperar todos y cada uno de aquellos libros.

A los 18 años se casó con la hija de un rabino, pero la esposa murió al poco tiempo y se quedó solo con la criatura. Dos años después, se casó con Simja Vidal Bivas, con la que traerá al mundo diez niños que se dedicarán también al rabinato. La situación de penuria económica le llevó a mudarse a Gibraltar, pero entonces la comunidad de Tetuán le pidió encarecidamente regresar y tomar el puesto de gran rabino. Lo será durante 40 años. Cuatro décadas de bondad y humildad en las que se preocupó por todos , pero en especial de la situación de las viudas, que él conocía muy bien por experiencia propia.

La sinagoga que lleva su nombre, en el melaj de Tetuán

Su sionismo era generoso y abundante, y jamás tuvo impedimento en hacer donaciones a los emisarios de Eretz Israel recaudando fondos para el desarrollo de las comunidades en las cuatro ciudades santas. Incluso se fue a vivir a Jerusalén; pero como había hecho al irse a Gibraltar, regresó a Tetuán en 1822.

Tras muchas disquisiciones, acabó por estar a favor de la creación de las escuelas de L´Alliance, que en Tetuán tienen como fecha de fundación el año de 1860, el mismo año en el que llegan los españoles (la descripción de la judería tetuaní será escrita por D Benito Pérez Galdós en uno de sus Episodios Nacionales)

En 1868, junto a Yitzjak Nahon, escribió una carta a Sir Moses Montefiore para solicitar ayuda ante la violencia que sufren los judíos tetuaníes, entre las que destacaban las derivadas del asesinato de dos mujeres judías.

Legendario era lo que se contaba sobre su bastón, que se tenía por tan sanador tras la bendición del rabino que pasó de generación en generación hasta perderse.

En 1870, a la edad de 93 años, se le fueron las fuerzas y murió en el rezo de arvit de un Shabat mientras cantaba un salmo. Fue enterrado en el cementerio de la ciudad que tanto amó y su tumba es lugar de peregrinación para la hilulá , en tet de adar (que aquel año fue 9 de febrero de 1870)

La calle en que vivió, que hoy lleva su nombre

Es considerado como uno de los más grandes rabinos de Marruecos, mekubal de no poca monta, además de presidente del Beit Din y autor de una obra , «Así habló Yitzjak» , un recopilatorio de responsas que los críticos han definido como la historia económica, social y religiosa de los judíos de Tetuán.

Su gran biblioteca, hoy en manos de un coleccionista privado en Jerusalén, tenía joyas como una edición del Mishné Torá del Rambám fechada en el S XVI.

A su nombre se abrieron numerosas instituciones religiosas en Israel, pero la más grande es la de Har Nof, en Jerusalén. En Tetuán la calle en que vivió lleva su nombre y la casa en la que vivió es un museo dedicado a su vida.