RAJEL DE MORPURGO EN LAS LETRAS HEBREAS

Rajel Morpurgo, joya literaria de la época de la Haskalá: la primera poetisa judía y en hebreo en dos milenios.


Rajel Luzzato -nacida en Trieste el 8 de abril de 1790-  fue hija de dos benditos: Baruj y Braja Luzzato, -de la celebérrima familia Luzzato, con esplendorosas joyas como el Ramjál, Rabí Moshé Jaím Luzzato, cabalista,   mekubal y poeta dieciochesco, o Efraím Luzzato, médico y versificador, padre de Isaac Luzzato, también dado a la lírica, y abuelo de Rajel, quien también era prima, por si faltaban poetas hebreos en la familia,  del Shadal, Shmuel David Luzzato.

Quizás hoy la más famosa de todos sea ella:

Una mujer que escribe poesía hebrea en el S XIX era suficientemente inusual en el momento en que muchos lectores dudaron de los poemas fueron escritos por una mujer. Algunos visitaron su casa en Trieste para confirmar que en realidad existía, que de verdad escribía por sí misma y que lo publicado era auténtico, además de inaudito.

Ninguna de sus obras se publicó después de la muerte de su primo hasta  que apreció un  colección de sus poemas, Ogav Rachel (עוגב רחל),  El Arpa de Rajel, publicado  en 1890

 

 

Trieste,  en tiempos de Rajel,  espléndido puerto franco de la casa real de los Habsburgo -más que ventana al mar era ventanal adriático del Imperio Austrohúngaro. Sus habitantes, en sus habitaciones, eran  italoparlantes venecianos, serbo-croatas, eslovenos y judíos. Estos, que configuraban una comunidad mixta, de judíos alemanes emigrados al sur y de españoles radicados en Italia tras la expulsión, hacía poco que habían recibido todos los derechos civiles de mano de la emperatriz María Teresa; con José II, incluso se les admitía en altos cargos y en la bolsa de valores;  construyeron una nueva sinagoga que sería destruida cuando la Primera Guerra Mundial acabó con aquel mundo  heredado del neoclasicismo,  del romanticismo  y tan antiguo régimen.

Jacob Giacommo Morpurgo -nacido en Gorizia en 1783- era el benjamín entre otros quince hermanos. Gorizia, hoy en Eslovenia, era entonces un sofisticado y recoleto punto de encuentro balneario y monóculo de la aristocracia -Carlos X de Francia vivía allí su exilio.  Los Morpurgo, judíos financieros que habían sido ya antaño distinguidos con una baronía que hacía negocios con los Rothschild  (el patriarca de Los Bauer en Madrid casó con una Morpurgo ) no podían faltar, siendo como eran, la más poderosa familia judía de Trieste.

Rajel y Jacob se casaron en 1819, se radicaron en Gorizia y tuvieron una prole de cuatro retoños: Ignazio- que les dio doce nietos-  Giussepe, Davide y Perla. Jacob, viticultor, era comandante de los ejércitos de Napoleón cuando Francia codiciaba Venecia frente al imperio Austro-Húngaro. Rajel era esposa y madre y culta: a los doce años estudiaba Torá con sus tíos rabinos, modernidad inaudita, a los catorce dominaba Rashi, el Talmud y estaba encantada con «Jobot Ha´Levabot», del gran autor zaragozano Ibn Pakuda. A los dieciocho empezó a versificar en hebreo, aunque -como era mujer- sólo pudo publicar ( con estrepitoso éxito y asumiendo un gran riesgo por cometer una gran audacia) a la edad de cincuenta y dos años,  en la misma revista donde publicaba su primo David y mentor: Kojabei Itzjak.

Portada de Kojavei Yitzjak año 1845

Kojavei Itzjak, כוכבי יצחק -Las estrellas de Isaac- fue una revista publicada en Viena entre los años 1845 y 1870, donde aparecían obras originales y traducidas de autores de  la talla de Heine -uno de los mayores poetas del S XIX en lengua alemana, enterrador del Romanticismo y judío renegado.  La relevancia de esta publicación en el desarrollo de la literatura hebrea en la época de la Haskalá  fue tal que en Tel Aviv hay hasta una calle que lleva su nombre. Se publicaba en paralelo con Keren Jemed, que todo hay que decirlo, publicada en Praga, era más importante.  Kojabei Itzjak se publicaba de forma binanual y Rajel publicó prácticamente en todas sus ediciones, pasando a ser concida no sólo en los ambientes cultos de la Viena del renacimiento judío sino en todo Centro -Europa.

Su poesía, de factura entre neoclásica y postromántica, es netamente judía por ser no sólo rimada en hebreo sino también porque su tema central es el advenimiento de El Mesías.

Los principales logros poéticos de Morpurgo no son sus “poemas escritos desde el ocio” o sus poemas nacionalistas ,  sino más bien sus poemas de la contemplación personal (incluyendo “Mira, esto es nuevo”, “Lamento de mi alma”, “¿Por qué , Señor, para muchos gritos “,” O Preocupado Valle “,” Hasta que yo soy viejo “) El poder de estos poemas se deriva de  haber sido escrito en dos niveles: el primero y más evidente es su seguimiento de  las convenciones culturales de la poesía masculina contemporánea, explotando un  amplio conocimiento del escritor  canónico . El segundo nivel de significación es sutil y se revela en el contraste entre los textos canónicos a los que se refiere y el propio poema. En este nivel oímos la voz de una mujer que describe su sufrimiento protestando  por su  status inferior en la sociedad y la cultura judías.

Portada y contraportada del libro de Tova Cohen , prof. emérita de Literatura en la universidad de Bar Ilán (Edita “Carmel”, 2016)