RODRIGO LÓPEZ, MÉDICO REAL DE ISABEL I DE INGLATERRA

Historia del converso sefardí cuya tragedia vital -dicen- sirvió a Shakespeare  como inspiración de Shylock -«El Mercader de Venecia»


Rodrigo -a quien también la historia conoce como Roger Lopez- fue a nacer en el Portugal de 1517, donde su padre, médico judío, asistía a Juan III de Portugal. Bajo coerción, este médico tuvo que admitir el bautismo; su hijo, Rodrigo, fue así pues educado en el catolicismo en la Universidad de Coimbra. Acusado de judaizante, se le invitó a abandonar Portugal de inmediato. Y decidió que el lugar idóneo para él era Inglaterra, donde todavía faltaban cien años para que se admitiera el retorno de los judíos expulsados por Eduardo I en 1290.

En Londres se hizo llamar Roger, para no levantar sospechas de criptojudaísmo,  y abrazó la fe de la  iglesia anglicana. Ejercía como físico -médico-  en St Bartholomew’s Hospital in Smithfield. Y se casó con Sara Anes, otra conversa portuguesa, con quien tuvo cinco hijos, que fueron todos ellos bautizados en la capilla del hospital dondde trabajaba el padre.

Aristócratas como el Conde de Leicester, favorito de Isabel I de Ingalterra, así como otros renombrados personajes de la nobleza británica de la época, estaban entre sus pacientes; Robert Dudley, el maquiavélico favorito real, fue quien introdujo  a Mister Lopez en la corte real;  fue así   como llegó a ser nombrado médico perosnal de Isabel I, la última monarca de la casa de Tudor e hija de Enrique VIII y Ana Bolena; además también era la principal enemiga del Reino de España, al que asolaba apostando en el Atlántico al pirata Sir Francis Drake para abordar las naos españolas tanto en el Caribe como en Cádiz.

A Rodrigo López , pasar a ser médico real de quien venció a la Armada Española,  le granjeó, además de cierta posición social -pues cobraba unas rentas de cincuenta libras al año-  el que le fuera concedido el privilegio del monopolio de la importación de anís, entonces de moda. Después se le concedieron tierras en el condado de  Worcestershire, en los Midlands.

Devereux

Todo le iba bien. Su neuva patria le había sido propicia. Pero en sus años al servicio de Isabel I se desarrollará la guerra anglo española (1585-1604) y  Rodrigo, de pronto, vio su posición tambalearse cuando   se vio involucrado  en una trama de espionaje para  Felipe II de España.  No había pruebas de tal acusación -formulada por el favorito de la reina,  Robert Devereux, II conde de Essex- pero la calumnia de  que  Lopez presuntamente intentaba asesinar a la reina inglesa por mandato del monarca español se hizo una realidad. Una realidad sumamente peligrosa en aquellos tiempos y en aquellas esferas.

En esa época , no sólo en Inglaterra, sino incluso en España, era bastante común difamar a médicos conversos por envenenadores y practicantes de abortos; la reina, que ya reinaba la decadencia de su monarquía,  reprendió al conde y las acusaciones, en principio, pues fueron consideradas absurdas. Pero la calumnia siguió su rumbo y Elizabeth I ya no era tan reina como para poder detener el proceso de las maquinaciones de palacio. Rodrigo López había caído en desgracia

Examinaron su correspondencia, que mantenía mediante un correo también converso, Antonio Pérez.  Y fue así como  descubrieron que sí había mantenido contactos en español con el secretario de Felipe II .  No obstante, cuando tradujeron las cartas se reveló que en ningún momento hablaron sobre el asunto de envenenar a la reina, aunque sí se encontraron que Lopez daba  información confidencial de la casa real inglesa. Además, por si fuera poco, se descubrió que era judío porque había hecho donaciones a una sinagoga de Amberes.

López -Lopus, como le llaman en inglés-  que había curado a Devereux unas cuantas enfermedades venéreas-  fue arrestado.  Confinado en la Torre de Londres, se le sentenció a muerte en febrero de 1594;  fue ejecutado el siete de  junio del mismo año, después de que,  bajo cruentas torturas,  llegara a confesar lo que nunca sabremos si fue cierto.

Elizabeth I

Parece ser que el deseo de envenenar a Isabel I era, valga la redundancia, real. La histgoriográfia, apasionada por el caso, sostiene que lo que  pasó fue que los verdaderos asesinos -gente de Flandes- señalaron a López para evadirse de su pena. Pero ellos también sufrieron tortura hasta ser ejecutados.

Algunos historiadores de la literatura, así como  críticos literarios de solvente renombre, consideran que la figura de  López -famosísimo en su tiempo-  es el personaje inspirador de  la redacción de la obra de teatro «El mercader de Venecia»,  de William Shakespeare (escrito hacia 1596-98),  sirviendo  como un prototipo del principal antagonista de la obra, Shylock, un prestamista judío veneciano que odia a los cristianos.

En la foto principal podemos ver un grabado en el que se representa al dr. Lopez hablando con un español.

Christopher Marlowe, ese  siempre controvertido autor en relación a Shakespeare, hace  mención de López en «Doctor Fausto» (hacia 1592), comparándolo con el personaje principal de una forma elocuente:

«¡El doctor Lopus nunca fue un doctor así!»