RUSIA DEVUELVE LOS ARCHIVOS DE LOS JUDÍOS GRIEGOS

La Junta de Comunidades de Grecia anuncia el retorno de unos documentos que forman parte del legado histórico de los judíos griegos, especialemente los de Salónica.


 Durante el 16 de abril y el 2 de mayo de 1945, el Ejército Rojo se enfrenta en Berlín contra el III Reich; Hitler se suicida, Berlín se rinde y acaba la Segunda Guerra Mundial. Los soviéticos no sólo se llevan a Moscú a 180.000 prisioneros de guerra; también se llevan un gran número de las obras de arte que el nazismo había expoliado por todo Europa. Y entre otras muchísimas cosas, los rusos también se llevan  a Moscú  lo que encontraron en un castillo de Wolfsdorf,  en  la Baja Silesia: los archivos, libros y objetos litúrgicos que los alemanes sustrajeron a las comunidades judías de Grecia, en especial de la comunidad de Tesalónica.

El pasado jueves, KIS (la Junta Central de Comunidades Judías de Grecia) emitió un comunicado de prensa en el que se anunciaba que, tras un largo y tortuoso proceso diplomático emprendido por los judíos de Grecia, tras la última visita del presidente de Grecia a Rusia, Vladimir Putin ha accedido a que  todos los artefactos de la judería griega en tierras rusas  sean devueltos.

 Ese material, guardado hasta ahora en el Archivo Nacional Histórico-MIlitar, se compone  principalmente del archivo de la comunidad judía de Tesalónica,  que fue saqueado el 11 de julio de 1942, y también por  libros y artefactos religiosos  sustraídos de 30 sinagogas, bibliotecas e instituciones comunales  varias. Por desgracia, como sabemos y recordamos, los cinco siglos de judería sefardí en Salónica desaparecieron en el devastador incendio de 1917, cuando ardió el Gran Talmud Torá, que además de escuela y biblioteca, era sede del  rabinato principal y también alojaba el archivo rabínico. Es decir, estamos hablando del material entre el fin de la Primera Guerra Mundial y el fin de la Segunda Guerra Mundial.

 Esta justa devolución del expolio histórico de los masacrados judíos salonicenses será expuesta en el futuro Museo del Holocausto de Salónica, que se espera abra sus puertas en breve, para que todo investigador que lo requiera pueda trabajar sobre su innegable valor histórico.