SAMUEL ABRAVANEL

Noticia biográfica del abuelo de Don Isaac Abravanel, el converso Juan Sánchez de Sevilla.


D. Miguel de Cervantes, en su «Coloquio de los Perros», hace nacer a uno de ellos , Berganza, junto a la Puerta de la Carne, que era la entrada y salida única de la judería de Sevilla después de ser la plaza reconquistada por Fernando III en 1247. No queda nada, pues fue demolida en 1863. Pero sabemos que junto a ella, es decir, nada más entrar a la antigua judería, Fernando III decretó que la mezquita que había se convirtiera en sinagoga. Hoy el solar es ocupado por la iglesia de Sta Mª La Blanca desde la matanza que instigó el EL ARCEDIANO DE ECIJA contra los judíos hispalenses.

Un poco más allá se encuentra el Palacio de Altamira -hoy consejería de cultura de la Junta de Andalucía. Antigua construcción mudéjar, fue residencia de José Pichón, almojarife -consejero de economía- en 1369, de las arcas de Enrique II de Castilla. Murió  ajusticiado en Burgos diez años después, acusado de malversación de fondos y de malsín (delator)

El importante cargo de tesorero resal de Pichón lo ocupó Samuel Abravanel, hijo de Yehudá Abravanel, quien había sido almojarife de otro rey, Fernando IV, fallecido en 1312.  La estirpe de los Abravanel pertenecían a la aristocracia hispano-judía desde antiguo y hacían remontar sus ancestros al Rey David. No queda claro si la familia Abra-beni-el, como ellos se decían, procedía de Toledo y radica en Sevilla tras la reconquista o si fueron en origen sevillanos huidos a Toledo cuando el acoso almohade y luego retornados a Sevilla. Yehudá Abravanel, a quien Amador de los Ríos da como  iniciador de la estirpe, consta como que en 1310 intercambió monedas para comprar a los genoveses todo el avituallamiento necesario para el cerco de Algeciras. Era tal la cercanía con el rey Fernando IV que éste dispuso  en su testamento se le entregaran  los   30.000 maravedíes que le debía.

Palacio de Altamira

Samuel  Abravanel fue quien compró la casa de José Pichón, a quien sucedió en el cargo de contador real,  y en esa casa, hoy Palacio de los Condes de Altamira,  vivió hasta la muerte de su rey Juan I, un año antes de la matanza de 1391.

Fue un hombre culto -tanto desde el punto vista hebreo como en general- y  siempre estuvo cerca de gente de letras; protegió a algunos eruditos judíos y a alguno, como a Menajem ben Zeraj, le ayudó a ser rabino de Toledo.

A pesar de su judaísmo, Samuel se convirtió al cristianismo  con el nombre de  Juan Sanchez de Sevilla. Para la explicación de esta conversión hay varias versiones. Amador de los Ríos sostiene que los Abravanel fueron arrojados de Castilla cuando la matanza de 1391 en Sevilla. Para Baer la conversión es anterior a la matanza, aunque cercana a ese momento.  BENTZION NETANIHAU, sostiene que la conversión de Abravanel se debe al ajusticiamiento de Pichón.

Fuera como fuere, el converso Juan Sánchez de Sevilla ostentó el cargo de tesorero real , según cuenta Pérez de Ayala en la Crónica de Enrique III, habiéndolo sido años antes de la reina, Catalina de Lancaster.

Samuel y su hijo Alfonso acabaron por vender todas sus propiedades, campos e inmuebles, a la familia de los Estúñiga. Algunos dicen que para borrar huellas de la conversión.

Samuel fue el abuelo de Don Isaac Abravanel, que nació en Lisboa en 1437, siendo tesorero del rey de Portugal  para luego pasar a Plasencia, Alcalá de Henares y Guadalajara y siendo  financiero de los Reyes Católicos para la Guerra de Granada, además de infructuoso mediador para la derogación del Decreto de expulsión.

(Montes Romero-Camacho, I. (1999). Juan Sánchez de Sevilla, antes Samuel Abravanel, un modelo de converso sevillano anterior al Asalto de la Judería de 1391: datos para una biografía. Aragón en la Edad Media, 14-15 (2), 1099-1113.)