¿POR QUÉ » SEGUIR EN SUS TRECE» ES SINÓNIMO DE TOZUDEZ?

 Análisis histórico-filológico de la expresión que se suele utilizar para referirse a alguien que no da el brazo a torcer…


Sabido es que la lengua castellana, muy barroca, tiende a la retórica y que , por eso,  en el habla popular – no sólo en la lengua escrita y en la tradición literaria- abundan expresiones, locuciones, refranes y dichos que, en muchas ocasiones, tienen un origen oscuro, perdido en el paso de los siglos y sólo accesible a estudiosos del refranero.

Muchos de esos orígenes expresivos tienen un motivo directamente ligado al antisemitismo (aunque su carácter original se haya diluído y el hablante de hoy en día no tenga noción alguna de su origen)

Tal es el caso de la expresión «Seguir en sus 13» , que como todos sabemos significa que alguien es muy terco o tozudo, alguien que persiste con tenacidad al frente de sus principios y argumentos, alguien que , usando otro dicho, no da el brazo a torcer.

Esas torceduras de brazo no son sino pulsos -esas mediciones de fuerza entre dos manos cuyos dedos se entrelazan hasta abatir al brazo contrario la mesa. ¿Y qué tiene que ver todo esto con la terquedad?

A  principios del S XV, pocos años después de las masacres de 1391 , estaban muy en boga las DISPUTAS, especie de pulsos intelectuales de índole teológica, entre el cristianismo y el judaísmo, donde se buscaba la conversión de los Hijos de Israel.

Una de las más famosas fue la disputa de Tortosa, promocionada por Jerónimo de Santa Fe (nacido Yehosúa ha´Lorquí) médico del Papa Luna en su fortaleza de Peñíscola, Castellón. Los judíos le pusieron un apodo, un juego de palabras con las iniciales de su nombre M, G, D, F, formando la palabra ‘Megadef’, que significa ‘injuriante’. Jeroni de Santa Fe deseaba ferviertemente poder convertir a los más posibles, siendo cabeza del grupo más radical, los hebreomastix.

Las 62 sesiones de la Disputa  la narra  rabí Shlomo Ibn Verga, un sevillano nacido en 1460 en la localidad de Verga. Lo cuenta en el libro titulado  ‘Shévet Yehudá’, o “La Vara de Judea” , en el que recoge el testimonio de un tal rabí Yehudá Verga (tal vez pariente suyo) que presenció la disputa.

Pues bien: Cuando la Disputa llegaba a extremos de presión total por parte de los cristianos, los judíos comenzaban a salmodiar, uno tras otro, en voz alta, los 13 Principios del Judaísmo. Y de ahí no se movían: continuaban en Sus 13 .

Y no daban el brazo a torcer en el pulso mantenido con la jerarquía eclesiástica.