YACOV GAÓN

Historia  poco clara de un recaudador de impuestos que se enfrentó a los habitantes de Tolosa en 1462.


Gaón , que hoy significa «genio, persona de extraordinarias habilidades en alguna materia» , antaño significaba presidente de las academias talmúdicas de Sura y Pumbedita, en Babilonia, las cuales dejaron de estar en servicio a principios del S X con el consiguiente trasvase de gaones a Sfarad, donde comenzarán la nueva era rabínica de los Rishoním, esto es, los primeros (en estudiar el Talmud fuera de Babilonia). La estirpe de los Gaón, así pues, sería descendiente de alguno de los gaones establecidos en la Península Ibérica en el S. X. Shem Tov ben Abraham ibn Gaon , talmudista y cabalista del círculo de Shlomo bem Aderet, nació en Soria en 1283.

En el S XV, es decir, tras 1492, los Gaón se establecieron en los territorios imperiales de los otomanos, radicándose en Sarajevo , Bosnia-Herzegovina. Pero algunos años antes de ese funesto año en la historia del sefardismo,  en la década de los ´60 del S XV, los Gaón -o al menos una rama de ese linaje- vivían en la ciudad «muy leal» de Vitoria, en la llanada alavesa, hoy capital del País Vasco. La judería vitoriana no era pequeña; y hasta hoy permanece en pie la palabra que su alcaldía dio a los judíos en la Edad Media, prometiendo no construir ni destruir el antiguo cementerio, Juramendi.

Por aquel entonces reinaba sobre Castilla Enrique IV , llamado el impotente. Casado a los quince años con su prima , Blanca de Navarra, el matrimonio fue anulado por ser el monarca víctima de un maleficio que le provocó impotencia sexual (excepto con rameras que atetiguaban que  con ellas cumplió) El, en realidad,  quería casarse con Juana de Portugal, también prima suya, y hermana del rey portugués,  cosa que consiguió. El 28 de febrero de 1462, la reina tuvo una hija, Juana, llamada La Beltraneja por  el populacho, que la creía hija de Beltrán de la Cueva, Duque de Alburquerque.

Los Gaón , para esa época, llevaban generaciones dedicándose a la tarea de recaudar impuestos en Vitoria. El sistema fiscal del medievo era muy complejo, mucho más que el actual, y se componía de muchos impuestos distintos. Uno de ellos era el llamado «de pedido» (también llamado «de servicio y medio servicio») El impuesto de pedido era un impuesto directo para financiar  peticiones puntuales, como por ejemplo, una campaña militar determinada. En 1463 esa campaña era la de la Reconquista, que estaba a 30 años de consumar su fin con la toma de Granada.

Yacov Gaon, así pues,  el 6 de mayo de 1463, fue hasta la villa de Tolosa -hoy en la provincia de Guipúzcoa, de la que fue en tiempos su capital- con la intención de cobrar a los tolosanos el impuesto de pedido. Pero los de Tolosa le plantaron cara y dijeron que no pagaban ni un maravedí. Gaón, sorprendido, preguntó por qué se negaban a contribuir lo que otros pagaban; los tolosanos le dijeron que estaban exentos de pagar ese impuesto por disposición del mismo Enrique IV. Yakov Gaón , que no daba crédito a lo que tenía que oir, les amenazó con consecuencias ante aquella especie de rebelión fiscal. Y entonces, los tolosanos, en turbamulta, se abalanzaron sobre él y le apalizaron hasta darle muerte, colgando luego su cabeza en lo alto de una picota.

El rey estaba en esos momentos en Hondarribia -no lejos de Tolosa. Cuando se le informó de los sucesos, se personó en el mismo lugar del crimen y, como los asesinos se habían tirado al monte,  ordenó derrumbar la casa donde se había perpetrado.

El historiador guipuzcoano Esteban de Garibay -fallecido en 1600, muchos años después de los hechos- cronista de Felipe II, en su obra Compendio historial de las chronicas y universal historia de todos los reynos de España, impreso p en Amberes, 1571, dice que Enrique IV otorgó una aministía general a los condenados después de hacer sido informado, mediante documentos, de que nunca los hidalgos guipuzoanos habían pagado el impuesto de pedido. Ante este hecho, cabe hacerse una pregunta: ¿Tan mal conocía Gaón su oficio como para desconocer este hecho sin duda llamativo?

 

Bibliografía :

  • Compendio Historial…, L. XVII, cap. IX
  • AUÑAMENDI EUSKO ENTZIKLOPEDIA