YOSEF IBN JASDAY

Historia de un judío de ascendencia aristocrática que fue tachado de traidor por la comunidad judía de Zaragoza.


 Los hudíes -o Banu Hud, los hijos de Hud- fueron una dinastía de origen yemení que gobernó en Zaragoza y alrededores durante  los ss XI y  un poco del XII.

  Zaragoza, que estaba  gobernada por los tuyabíes,  se independizó del califato de Córdoba en 1017. Poco después,  en 1039, el hudí  Suleiman ibn Mohamad se apoderó de la ciudad y se proclamó su emir. Luego,  se la dejó en herencia a su hijo,  Al-Muqtadir, que elevará la plaza  a su mayor esplendor en todos los aspectos. Es, por ejemplo, quien mandó construir, para habitarlo, el Palacio de la Aljafarería, hoy sede del gobierno de Aragón. En esa corte reunió a un gran número de intelectuales y artistas. En 1110,  la taifa de Zaragoza es conquistada por los almorávides y, sólo  ocho años después, es reconquistada la ciudad por Alfonso I. Es decir, desde 1039 a 1118 , Zaragoza va ser una ciudad de pleno desarrollo cultural , sólo superada por Sevilla, y en franca imitación a lo que había sido Córdoba en tiempos del califato.

 En la Córdoba califal de máximo esplendor gobernó Abderramán III, quien tuvo como mayor consejero y cumpliendo las tareas de visir, a JASDAY IBN SHAPRUT,  el cual también ocupará tan importante cargo en el gobierno del sucesor, su hijo Al-Jakim.

Jasday también tuvo un hijo, Yosef ibn Jasday, poeta; pero el hijo de éste, Jasdai ibn Yosef,  ya no vivió en Córdoba, sino que, con las invasiones de los violentos bereberes, pasó a vivir en Zaragoza. Y allí, en la corte de Al-Muqtadir, será su visir, su mayor ministro, el segundo de a bordo de la enorme, rica y culta  taifa zaragozana, en la que se dieron cita nombres de la talla de  YEHUDA HA´LEVI ,  IBN GAVIROL  o su gran amigo, Ibn Pakuda.

Jasdai ibn Yosef, el nieto del gran Jasday ibn Shaprut, de la casa de los Ibn Ezra, compaginó su labor política con su labor cultural, que transitaba por las disciplinas de la aritmética, la geometría, la astronomía, la música, la filosofía , la medicina y, siguiendo la tradición de su padre,  la poesía. Tal era su erudicción, tal era la cercanía al emir, que Al-Muqtadir le nombró tutor de su hijo, Al-Mutamán,  que heredará el emirato  occidental  de su padre: Zaragoza, Tudela, Huesca y Calatayud (quedando al-Múndir con la zona costera del reino: Lérida, Monzón, Tortosa y Denia)

La Aljafarería, sede del emirato hudí.

Entonces ocurre algo que dejó estupefacta a la comunidad judía. Jasday quiso casarse con la hermana de Al-Mutamán, pero para eso tenía que convertirse al Islam. Al hacerlo,  tomando el nombre deAbu al-Fadl ,   fue convertido también en visir de su propio pupilo y ahora cuñado. La comunidad judía recibió con sorpresa e impacto   la conversión al islamismo, pues Jasday era el nasí -el principal- de la comunidad. Y a los ojos de los judíos de Zaragoza en el S XI se había convertido en un traidor. A los ojos de los musulmanes quedó como un arribista víctima del deseo de poder.

Ambos , judíos y musulmanes, maniobraron conjuntamente ante el emir  para despojarle de sus poderes y prevenir entuertos futuros. Y en 1093, Al Mustán decide tomar cartas en el asunto, alejándole de la corte zaragozana y  enviándole como embajador ante la corte del califa fatimí en El Cairo.. En Egipto, se pierde la pista de sus andanzas cuando parte hacia La Meca en peregrinación.

Este fue el destino del nieto de Jasday Ibn Shaprut, nasí de la judería cordobesa y visir de su califato.