ZANTE, LA ISLA DE LOS JUSTOS

La totalidad de los judíos de la isla griega de Zante, todos sefardíes, fueron salvados del nazismo por los isleños ortodoxos y en especial por dos de sus mayores autoridades.


Zacinto, también llamada  Zante, es una hermosísima isla del archipiélago de las islas jonias; su antigüedad queda avalada por ser  nombrada en La Odisea y ,después, en la Historia de Tucídides (que es, por cierto, quien dice que sus habitantes fundaron la colonia de Sagunto, donde se generará la mayor judería del Antiguo Reino de Valencia) Pero queda muy poco de su legendaria belleza patrimonial,  pues está muy castigada por los terrremotos, en especial por una cadena de ellos en 1893.

Codiciada por los venecianos,  se la quitaron de las manos los otomanos en 1481; aunque después, será  anexionada por Venecia en 1485.  A finales del S.  XVII fue ocupada por franceses y luego por rusos, también ocupada por británicos y al fin, en 1864, propiedad de Grecia.  Los italianos de Musolini la tomaron en 1941. Los nazis de Hitler en 1944. Y seis años después un terrible terremoto la destruye parcialmente.

Comunidad judía existe desde hace ocho siglos, pero era muy pequeña -y romaniote- hasta que al pasar a manos del Imperio Otomano se asientan en ella los sefardíes. Queda aún el viejo cementerio.

Portón al patio de la sinagoga de Zante

En Israel es conocida como La Isla de Los Justos (entre las Naciones) porque conocen la historia inaudita de la salvación de toda la judería de la isla por parte de los isleños. Doscientas setenta y cinco almas de judíos sefardíes salvados del horror nazi por sus vecinos y las autoridades de la isla. No hay nada parecido en la historia de la Shoá, pero por motivos que todos sabemos cuáles son, no todos los judíos conocen esto, ni siquiera los mismos judíos sefardíes.

En 1944 , con los nazis campando a sus anchas , todos los judíos de las Islas Jonias fueron confinados por los nazis  en barcos  que navegaban hasta el puerto de Patrás, la tercera ciudad de Grecia, en el norte del Peloponeso; de su estación de tren eran llevados, en condiciones deleznables, infrahumanas, al campo de concentración de Auschwitz. En la isla de Corfú, por ejemplo, arrestaron a 2000 judíos, en la vecina de Kefalonia, a 400. La isla de Zante correría una suerte distinta.

El jerarca nazi encargado de la detención de los judíos en Zante, Paul Berents, se dirigió a Jrisóstomos, patriarca griego ortodoxo, y al alcalde, Lucas Carrer,  y les informó de que tenían un plazo de 24 horas para confeccionar un listado con el nombre y dirección de todos los judíos de la isla.

Pasado ese plazo, el comandante nazi pasó a recoger la lista. Se le entregó un sobre, cerrado, que abrió sin más,  y se encontró que la lista sólo contenía dos nombres: el del pope  de la iglesia ortodoxa, Jrisostomos,  y el del alcalde Lucas Carrer.

Desconcertado, estupefacto y sin duda agraviado,  Berents dio parte a Berlín,  buscando recibir de sus superiores instrucciones ante el imprevisto.

Mientras tanto, Moisés Ganís, cabeza de la comunidad judía de Zante, avisado por el pope y el alcalde de las pretensiones del nazi, se ufanaba en esconder a toda la comunidad en casas de griegos ortodoxos.

Ninguno dudó ni un sólo momento: ni uno sólo de  los  cristianos  delató a ningún judío.

Uno de esos judíos, entonces de once años de edad, fue Jaím Konstantinitis. Estuvo escondido en un cuarto con otros diez -cuatro de ellos familiares suyos- durante cinco meses. Permanecieron ocultos por sus vecinos hasta el doce de septiembre de 1944, que es cuando se liberó la isla de la barbarie nazi. Toda la familia Konstantinis, después, emigró entonces a Israel, el único sitio del mundo donde no podía pasarles nada malo.

Algunos años más tarde, cuando el gran terremoto de 1953 dejó la isla asolada por completo, la primera ayuda internacional  que llegó a la isla era la que se envió  dede Israel. Con un mensaje:

«Los Judíos de Zante nunca olvidaron su Alcalde y su querido Obispo y lo que hicieron por nosotros.»

En 1978, la importante institución israelí de Yad Vashem nombró al Obispo Jrisóstomos y al Alcalde Lucas Carrer «Justos de las Naciones», la mayor condecoración que el estado de Israel concede a los no judíos.

Luego se realizó el  documental Ningún hombre es una isla (el título es un verso de John Donne, un verso que hizo famoso  Ernest Hemingway  en su obra  «Por quién doblan las campanas».  Y  también se realizó una una película dirigida por  Teo Papadulakis.

Lukas Karras falleció en 1985. En el lugar donde se erigía la sinagoga hay un monumento  en su memoria, así como para la del metropolitano Jrisóstomos.

El 81% del total de los judíos de Grecia  fue asesinado en los campos de concentración. Los de Zante, no.